AVN
En 2010 se generaron miles de despidos en Estados Unidos, en su mayoría de fuerza laboral inmigrante, esto tras el anuncio del Gobierno de Barack Obama, sobre las auditorías realizadas a las empresas con el objetivo de verificar los documentos de sus trabajadores para indagar el estatus de estos.

La medida buscó así obligar a los patronos a despedir a las personas que estaban sin papeles en la nación norteamericana, reseñó el portal de TeleSUR.

En ese sentido, unas dos mil 900 empresas, especialmente del sector agrícola, han sido auditadas, para examinar los documentos presentados por los trabajadores al momento de solicitar empleo.

El Gobierno ha impuesto multas contra las compañías norteamericanas por el orden de los 3 millones de dólares, asunto que ha provocado el despido masivo de inmigrantes.

Los patrones ahora llaman a esas auditorías «redadas silenciosas» que obligan a despedir personal, imponen multas y dificultan recontratar a inmigrantes.

Esta medida impacta en especial al sector de la agricultura, en el que la Federación Laboral reconoce que por lo menos el 60 % de los campesinos son indocumentados mexicanos.

Únicamente en la granja Gebbers Farms, ubicada en el estado de Washington, se vio obligada a despedir a 500 trabajadores en su mayoría mexicanos, tras recibir una auditoría federal en diciembre de 2009.

Tras los despidos, Gebbers Farms puso anuncios para contratar empleados estadonidenses, pero precisamente este tipo de trabajo «no resulta atractivo» para la población oriunda de EE.UU., por lo que ante la falta de solicitudes, la granja solicitó al Gobierno federal acogerse a un programa de trabajadores temporales para traer legalmente a mil 200 trabajadores del extranjero, principalmente de México.

Funcionarios de la Oficina de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por su sigla en inglés) la cual se encarga de las redadas y las auditorías, dijeron que la Federación Laboral trata de crear nueva costumbre de revisar documentación de empleados entre los patrones.

El director de ICE, John Morton, dijo que el objetivo de las auditorías es crear «una cultura de cumplimiento» de las leyes entre las empresas, para que verifiquen los documentos de sus empleados de forma rutinaria.

Por su parte, el senador republicano Jeff Sessions está en desacuerdo con la medida, porque, según él, la mayoría de los inmigrantes «no son deportados (…) Incluso después de ser descubiertos, se permite a los extranjeros ilegales seguir en libertad y buscar otro trabajo».

Sessions acotó que las deportaciones ocurrían en la administración de George W. Bush, cuando cientos de agentes llegaban por sorpresa a fábricas y granjas, donde detenían a los trabajadores sin papeles e iniciaban el proceso de expatriación.