La introducción de la resolución coincide con una escalada de nuevos llamamientos en favor de ataques militares contra Irán, que se ha producido desde que el presidente Obama firmó el Acta de Sanciones contra Irán en julio, convirtiéndola en ley.
El grupo de los neocon, agentes sionistas que orquestaron la guerra de Iraq y entre los que cabe destacar a individuos como Bill Kristol y Reuel Marc Gerecht, ha liderado estos llamamientos en favor de una acción militar.
El antiguo embajador de EEUU en la ONU durante la etapa de la Administración Bush, el conocido extremista John Bolton, ha sugerido que Israel podría “generar un apoyo más amplio” a nivel internacional para un ataque contra Irán presentándolo como un “ejercicio de autodefensa.”
Los que apoyan ataques militares, dijo Bolton, deberían “defender la táctica específica de ataques preventivos” contra Irán. Él dijo que el Congreso de EEUU “ha dejado claro” que apoya tales ataques y que esto “tranquilizará a Israel.”
A pesar del apoyo de los neocon sionistas, altos responsables militares de EEUU han advertido del peligro que supondría un ataque militar contra Irán.
El secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates, ha señalado que “otra guerra en Oriente Medio es la última cosa que necesitamos. De hecho, creo que sería desastrosa a muchos niveles.”
El almirante Mike Mullen, presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor de EEUU, ha expresado también sus reservas sobre un posible ataque contra Irán.
Recientemente, un análisis del diario israelí Haaretz afirmó que Israel carece de la capacidad estratégica para sostener una campaña de ataques contra Irán. También advirtió de la fuerte respuesta iraní, que podría ser altamente destructiva y dilatada en el tiempo.
EEUU, que provee cada año a Israel de armas valoradas en miles de millones de dólares, afirma que la ventaja militar israelí en la región responde al interés norteamericano.