Concretamente, el sitio de Internet Mediapart difundió informaciones a partir de una ex contable (identificada con el seudónimo Claire T.), que aseguran la entrega a Sarkozy de 150 mil euros procedentes de la dueña de L’Oreal.
Para embrollar aún más el asunto, la fuente indicó que fue a través del actual ministro del Trabajo, Eric Woerth, que el equipo del entonces candidato presidencial recibió la suma entregada por el gestor de la multimillonaria Liliane Bettencourt.
Supuestamente Patrice de Maistre, allegado de Bettencourt, quien es la propietaria del gigante de cosméticos L’Oreal, fue el encargado de entregar la donación.
Me gustaría que el país se apasionara por los grandes problemas como la salud, la organización de la salud, la jubilación, cómo crear crecimiento, en lugar de embalarse con el primer horror, calumnia, sin ningún asidero de realidad, declaró.
Al aprovechar el contexto del coloquio en el cual tomó parte, el jefe de Estado galo deploró que en la época actual «haya más interés por la persona que crea un escándalo que por la persona que cura».
Por otra parte, la oficina del gobernante en el Palacio del Elíseo emitió un comunicado en el que rechazó tajantemente la idea de que Sarkozy recibiera dinero de Bettencourt y su difunto esposo.
De todas formas, el folletín alrededor de L’Oreal promete otras entregas por capítulo, con una entrevista anunciada con la contadora Claire T.
Al mismo tiempo, el ministro Woerth rechazó la presunta mediación en las gestiones para la contienda electoral. Era entonces tesorero de la gobernante Unión por un Movimiento Popular (UMP) y luego fungió como titular de Presupuesto.
No tengo nada que reprocharme. Todo está claro. Todo es limpio, recalcó a la prensa.
Woerth se vio obligado antes a presentar otro comunicado para aclarar que no fue partícipe del reembolso de 30 millones de euros a Bettencourt como parte del escudo fiscal que atenúa los impuestos.
Mediapart reveló la noticia, según la cual Bettencourt recibió la licencia de exención de impuestos a esa cifra millonaria con el visto bueno de Woerth, quien entonces, en 2008, era titular de Presupuesto.
Según Mediapart, la jefa del emporio francés al tiempo que lograba los beneficios fiscales, tenía dos cuentas no declaradas en Suiza, asunto del cual supuestamente conocía Florence Woerth, esposa del ministro vapuleado ahora.
Florence trabaja en una compañía que maneja las cuentas de L’Oréal, por lo que políticos y prensa local consideran la existencia de un conflicto de interés en el asunto.
Por añadidura, el diario Le Monde aseguró que en el propio 2008 Eric Woerth disfrutó de una cena con Liliane Bettencourt.
De otro lado, un juicio contra el fotógrafo Francois Marie Banier, acusado por la hija de Bettencourt de la vulnerabilidad de su madre, fue aplazado en razón del terremoto político que sacude a L’Oréal.
Banier es sindicado por Francoise Bettencourt Meyers, la hija, de obtener donaciones de su madre de alrededor de mil millones de euros aprovechándose de la mujer que ahora tiene 87 años de edad, con una fortuna de más de 17 mil millones de euros.
De acuerdo con los fiscales, el fotógrafo podría ser condenado a tres años de cárcel y a 375 mil euros de multa.
El Gobierno y la oposición en Francia permanecen enfrentados a raíz del escándalo de L’Oreal que coloca en tela de juicio los nexos entre políticos y empresarios.
Lionel Jospin, ex primer ministro socialista, recordó ayer que cuando ostentó su cargo jamás permitió involucrarse en cenas o actividades sociales con hombres de negocios.
Ahora sin embargo, veo un acercamiento muy fuerte entre los miembros de la administración, el poder político y el poder del dinero, declaró.
Grabaciones clandestinas realizadas por un mayordomo revelan supuestamente que Bettencourt realizaba operaciones financieras para eludir el fisco galo.