«Los saudíes ya han dado a los israelíes el permiso para pasar mientras ellos ‘miran a otro lado'», indicó la fuente, que agregó que Riad «ya ha desarrollado simulacros para asegurarse de que sus propios aviones de combate no interfieren y nadie resulta derribado; todo ello con el beneplácito del Departamento de Estado de EEUU».
A pesar de las tensiones existentes entre ambos países, fuentes saudíes citadas por el diario aseguran que tanto Arabia Saudí como Israel tienen en las ambiciones nucleares de Irán a un enemigo común. «Estamos al tanto de todo. Les dejaremos pasar y haremos como que no hemos visto nada», indicó una de estas fuentes.
Los cuatro objetivos principales que Israel pretende atacar se encuentran a una distancia de unos 2.250 kilómetros de Israel. La apertura de este «corredor aéreo» supondría la aparición de un atajo que permitiría a los aviones de combate judíos alcanzar, casi sin necesidad de repostar, las instalaciones de Natanz y Qom, junto con el almacén de gas en Ishafan y el reactor de agua pesada de Arak. Se trataría de un ataque aéreo multitudinario, en el que participarían según indicaron las fuentes consultadas por el periódico británico, «múltiples andanadas de bombarderos que cruzarían Jordania, el norte de Arabia Saudí e Irak».
A la sombra del Mundial de Sudáfrica
El 19 de junio, 12 naves militares norteamericanas, incluido el portaaviones Harry S. Truman, escoltado por uno o más submarinos nucleares y otros buques de guerra con cohetes y cañones, navegaban hacia las costas iraníes a través del canal de Suez.
Junto a las fuerzas navales norteamericanas avanzaban un buque militar israelí, con armamento igualmente sofisticado, para inspeccionar cuanta embarcación parta para exportar e importar productos comerciales que el funcionamiento de la economía iraní requiere.
Por su parte, el Consejo de Seguridad de la ONU, a propuesta de Estados Unidos, con el apoyo de Gran Bretaña, Francia y Alemania, aprobó una dura resolución que no fue vetada por ninguno de los cinco países que ostentan ese derecho con la que imponen todo tipo de sanciones contra Irán. Otra resolución más dura fue aprobada por acuerdo del Senado de Estados Unidos. Con posterioridad, una tercera, más dura todavía, fue aprobada por los países de la Comunidad Europea. Todo tuvo lugar antes del 20 de junio. Ahora se trata de calcular cuándo las fuerzas navales de Estados Unidos e Israel se desplegarán frente a las costas de Irán, y unirse allí a los portaaviones y demás buques militares norteamericanos que montan guardia en esa región.
El diario Al-Quds Al-Arabi, con sede en Londrés, expresó su preocupación en el sentido de que el desplazamiento de esta flota de guerra, puede indicar que Israel y Estados Unidos están preparando un ataque contra Irán, con la cooperación de Egipto.
Según varias fuentes norteamericanas, en la reunión mantenida entre Obama y Netanyahu, el pasado 5 de julio, se habló más de Irán que del maltrecho proceso de paz entre palestinos e israelíes. Tras la reunión, los dos mandatarios anunciaron su coincidencia en la necesidad de hacer frente a “¡la amenaza que representa Irán!”.
Una visita suspendida a Francia
Por otro lado, el rey de Arabia Saudí postergó por tiempo indeterminado un viaje a Francia previsto para estos días, informó el sábado la agencia oficial saudí de noticias. El monarca tenía previsto inaugurar una exhibición de antigüedades saudíes en el museo parisino del Louvre.
La agencia no mencionó las razones del aplazamiento. Pero hace menos de dos semanas opositores saudíes, en su mayoría liberales y demócratas residentes en Europa, se habían citado en París para celebrar una conferencia sobre Derechos Humanos en Arabia Saudí y preparar actos de protestas contra la visita. La conferencia fue prohibida por parte del Gobierno francés, sin dar explicaciones, según el sitio de oposición saudí www.alhejazi.net