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Deportespress

 

Johanesburgo.- el potente sonido emitido por las cornetas utilizadas en los estadios de futbol de Sudáfrica y que han generado críticas por su elevado nivel sonoro es emitido desde altoparlantes dentro de los estadios de futbol.

Esta información fue lanzada hoy por el equipo de periodistas deportivos que cubren la actuación de la selección argentina de futbol en el mundial de Sudáfrica.

Las sospechas comenzaron a evidenciarse porque varios minutos antes de comenzados los partidos el característico sonido de las vuvuzelas alcanzaba una potencia inusitada para la cantidad de espectadores que se encontraban en el interior de los estadios portando estos artefactos sonoros.

El elevado nivel sonoro que emiten las cornetas (123 decibelios) fue criticado por futbolistas, equipos técnicos y el público que asiste a los encuentros y que no permiten la comunicación entre las personas por la interferencia en el sonido del habla, equivalente a 90 decibelios.

Por este motivo, se había lanzado el rumor de prohibición de ingreso de vuvuzelas a los estadios, que ahora se sabe es gran parte emitido artificialmente desde parlantes de alta potencia.

 

Ante las críticas, la prohibición había sido desmentida por funcionarios de la Federación Mundial de Futbol (FIFA).

Joseph Blatter defendió que los aficionados sudafricanos utilicen sus trompetas plásticas conocidas como vuvuzelas en los partidos del Mundial, a pesar de las críticas de los espectadores televisivos de todo el mundo por el ruido atronador que producen.
El presidente de la FIFA dijo que Africa tiene «un ritmo diferente, un sonido diferente» y que la tradición de los aficionados no debe detenerse. Blatter preguntó en un mensaje de Twitter: «¿Querrían ver una prohibición de las tradiciones de su país?».
La FIFA y Blatter han respaldado el uso de las vuvuzelas desde que fueron conocidas mundialmente el año pasado en la Copa Confederaciones.

La denuncia, conocida hoy en medios argentinos, menciona que la emisión del sonido de vuvuzelas habría sido incluída en contratos privados entre la empresa poseedora de los derechos de explotación en Sudáfrica y la Unión Europea, Masincedane Sport, y algunos contratistas asociados a la Federación Mundial del Futbol.

La venta de vuvuzelas en todo el mundo se ha multiplicado desde el inicio del torneo más popular  del planeta que se desarrolla en el sur de Africa, a partir de este ardid publicitario.