Noticiero Confidencial
1. En Colombia la existencia de holdings o monopolios de concentración y centralización de capitales para el control empresarial se volvió una política desde el momento en que las empresas familiares comprendieron la necesidad de insertarse en las dinámicas de globalización durante la década de los ochenta, aplicando, en gran medida, métodos de explotación del trabajo y de gestión empresarial como los del llamado toyotismo u ohnismo. Para ello, adecuaron el aparato estatal (superintendencias, registros mercantiles y notariales, entre otros) y las legislaciones (de propiedad, de contratación, de trámites, laborales, de pensiones, tributarias, comerciales y de tratamiento de conflictos comerciales, así como las de procedimientos), de la misma manera que impulsaron la implementación de políticas (de apertura, de inversiones, arancelarias, de la creación de zonas francas, de inversión e infraestructura, de privatización y venta de empresas de servicios públicos y sociales, etc.)

Reformas sustanciales se dieron en beneficio del sector financiero; el sistema de pensiones, empezando por la ley 797 de enero de 2003, que aumentó las semanas (1250) y el monto de las cuotas, la edad de jubilación, redujo la mesada, limitó la pensión para los sobrevivientes. Medicina que volvió a formular mediante una reforma constitucional, el acto legislativo 01 de 2005, que introdujo en el Capítulo 2 del Título 2 de la Carta Política, pomposamente denominado De los Derecho Económicos Sociales y Culturales, la estrambótica figura de toda una reforma pensional en la cual eliminó la mesada 14, el régimen de transición de la ley 100, los derechos especiales de jubilación para los nuevos maestros y los restringió para los antiguos.

Para favorecer los grandes intereses y proteger “la inversión”, se expidieron leyes como la 788 de 2002, pasando por la 863 y la 1111 de 2006, que son atinentes a las zonas francas y que establece los llamados contratos de estabilidad jurídica, para citar unas pocas. Desde 2005 los contratos de estabilidad jurídica, estatuidos en la llamada Ley del Inversionista, les permite a los conglomerados asegurarse del mantenimiento invariable por 20 años de las condiciones legales actuales en todos los aspectos, incluidos los impositivos, fiscales y aduaneros, con la única condición de hacer inversiones nuevas o ampliar las existentes en más o menos 1 millón de dólares y pagar una prima irrisoria. A tan ventajosa norma ya se han acogido unas 50 compañías, entre ellas Zenú, Sodimac, Leasing Bancolombia, Ciudadela Salud, Empresas Públicas de Medellín (EPM), Nacional de Chocolates, Noel, Meals, Alpina, Sofasa, Almacenes Éxito.

Con Bavaria (asociada a Sab Miller, 2ª cervecera mundial), el gobierno suscribió un acuerdo en el que “las normas que se amparan con el contrato tienen que ver con el régimen tributario y aduanero”; así, la multinacional cervecera librará de cualquier nuevo gravamen la ampliación de sus plantas en Barranquilla, Antioquia, Bucaramanga y Bogotá, sus proyectos de cogeneración de energía y vapor, la mejora y construcción de nuevos centros de producción y hasta la renovación del parque automotor. A más de lo anterior, de la exención por la importación de maquinaria por la constitución como zona franca uniempresarial, en la que se reduce el impuesto sólo al 15% de las utilidades, se lucra de la eliminación del impuesto a las remesas.

Y ni hablar de la oligarquía azucarera (Grupos Ardila Lulle, Caicedo-Colombina, Holguín, Providencia, Mayaguez) a las que además se les exoneró del pago de los impuestos a los combustibles, de las sobretasas que ayudan a sobreaguar a los agobiados fiscos municipales, se les aprobó que el llamado costo de oportunidad de fabricar etanol se relacionara con el del azúcar refinada y no la cruda, se les permitió subestimar el volumen de producción por quintal de azúcar y sobrevalorar los costos de producción, con todo lo cual se les regalan cientos de miles de millones de pesos del fisco para que monten su negocio y se conviertan en un ejemplo vivo de lo sacrificado que resulta enfrentarse a las leyes del mercado y de la libre competencia.

El impuesto de renta, al que inicialmente se le puso una sobretasa, se ha venido reduciendo en términos absolutos y se le ha adornado con tantas excepciones que los tributaristas más laxos sostienen que a la hora de la verdad éste llega máximo a 13%. Las exenciones y deducciones, descuentos, privilegios, ampliaciones de plazos proliferan: por traer bienes de capital al país, 40%, beneficio anexo a la baratía de la importación de maquinaria a causa de la revaluación que predominó durante gran parte de este mandato, que se suma a la posibilidad de descontar el IVA causado por el mismo concepto; por pagar los impuesto locales de industria y comercio; por enajenar cierta clase de activos; por montar hoteles y restaurantes a tono con la ecología y hasta en las reservas naturales, y por los servicios que presten los hoteles nuevos o remodelados; por aprovechamiento de nuevas plantaciones forestales; por sembrar cultivos de tardío rendimiento, por ejemplo palma africana; por construir vivienda urbana de interés social para arrendarla, por el tráfico con bienes inmuebles por parte de los fondos de inversión; por los gastos correspondientes al pago de la nómina a través de tarjetas de crédito o débito; por ahorrar para comprar viviendas de lujo; por la traída de fondos del exterior (legitimación de capitales siniestros); por la prestación de servicios de sísmica en la producción de hidrocarburos; por las inversiones de las empresas de acueducto y alcantarillado; por la producción de alcohol carburante destinado a la mezcla con gasolina automotriz; amén de la eliminación de la renta presuntiva, de los gravámenes a las remesas de los capitalistas al exterior.

Dadas las enormes ventajas que están obteniendo los grandes capitalistas en Colombia, las grandes empresas convierten el comercio y la economía venezolana, básicamente, como un espacio para la venta de bienes, la adquisición de materias primas y algunas maquinarias para sus empresas en el exterior (por la vía de acuerdos y convenios), la legitimación de capitales por medio de la adquisición de empresas de papel, constituidas en países del Caribe y posiblemente para el manejo de negocios ilícitos, utilizando como plataforma a Venezuela.

De manera simultánea con acuerdos bilaterales de libre comercio como los de los países de Centro América y El Caribe, así como Perú y el mismo Colombia con los Estados Unidos (en espera), han logrado tener los grupos económicos colombianos las ventajas necesarias para expandir sus intereses y capitales. De allí su vínculo estrecho con las políticas norteamericanas para el continente. En el 2008 los grupos económicos de origen extranjero, no financieros, obtuvieron el 40% de los ingresos totales de todos los conglomerados en Colombia, los colombianos obtenían sus ingresos en un 60% del mercado nacional. En 1998 ese porcentaje era del 32% para los extranjeros y los colombianos solamente realizaban el 15% en el exterior.

2. En tal sentido, con algunas de sus empresas convertidas en multinacionales han desarrollado estrategias de inserción en los mercados nacionales latinoamericanos y del Caribe y han creado vínculos con empresarios e instituciones que les han permitido enormes ganancias y el fortalecimiento de sus políticas de expansión: Grupo Antioqueño, el más poderoso y ambicioso en este sentido, que capitalizaba casi el 40% de los negocios con y en Venezuela, tiene alianzas con Empresas Polar (Alimentos Polar de Colombia); Grupo Empresarial Bavaria (Santo Domingo), en alianzas con grupos como Cisneros, Prisa de España y su asociación con AB Miller de Sudáfrica; Grupo Ardila Lulle, que por la vía de sus empresas de comunicaciones mantiene vínculos estrechos con Globovisión y con la venta de Coltefinanciera (ahora propuesto como banco), con el Grupo Mezerhane de Venezuela. El Grupo Sarmiento, mayor banquero del país, con Cisneros incursiona para establecer un nuevo canal privado de televisión y que por la vía de Direct TV tiene alianzas con la familia Santos (antes Casa editorial El Tiempo) y con Santo Domingo y el Grupo Carvajal. Este último, tiene asentadas sus empresas de distribución por todo el continente contando, especialmente a Venezuela. De la misma manera Grupos como el Caicedo (Colombina), Tecnoquímicas con convenios de distribución suscritos especialmente con Locatel, Carval (laboratorios La Santé), Chaid Neme, Bolívar con alianzas con Oriental de Seguros creó la aseguradora Eastern Pacífico Insurance Company; Inversiones Mundial, con plantas de pinturas y químicos en Venezuela, que no figura como Antioqueño, pero sus vínculos así lo confirman. En este mismo sentido puede considerarse Familia Sancela, Imusa y Grupo Crystal con una importante distribución de sus productos en Venezuela.

3. Dos de los grupos más poderosos de Colombia, al tener compañías financieras y bancos, recibe fondos en paraísos fiscales, tal el caso de Antioqueño, con el mayor banco colombiano, Bancolombia, que tiene agencias en las Islas Caymán, Miami y Panamá. El grupo Sarmiento tiene presencia de sus bancos en Panamá, Bahamas, Miami. Otros, como en el caso del Grupo Caicedo (Colombina), tienen empresas de papel en países como Panamá y a partir de ellas ha comprado sus subsidiarias en Venezuela, por ejemplo. O Cinascar (Hyundai) que tiene inversiones en propiedad inmobiliaria en el paraíso del lavado de dinero, Miami. Otros, a través de sus filiales, hacen vínculos con sectores cuestionados, especialmente los laboratorios farmacéuticos, como La Santé (Grupo Carval) y Galeno Química en Venezuela, cuarto vendedor de fármacos en Venezuela, con presencia en diversos países a partir de vínculos en la industria avícola, en todo el continente. Carlos Vallecilla Borrero es su propietario, importador de mercancías contando hasta calzado.

4. Es importante destacar, además, las formas de penetración y vinculación de las empresas de algunos grupos. Es especial lo que sucede con el Grupo Empresarial Antioqueño (sobre todo porque este Grupo empresarial era y sigue siendo el principal usufructuario de las relaciones comerciales con Venezuela), el cual, si bien no lo hace aparecer así, tiene formas de relación y establece subordinaciones de otros grupos o subgrupos como Inversiones Mundial, Familia Sancela, Organización Corona, entre otros. Todo esto dentro de lo que se podría llamar una adecuación del toyotismo en este tipo de holding. Para ello ha venido subdividiéndose, estableciendo permanentes fusiones o vendiendo entre ellos sus mismas empresas, de la misma manera que formando subsidiarias en otros países, las cuales se hacen cargo de las que tienen en algunos en los cuales puedan encontrar inconvenientes. Pero, lo más importante, van categorizando sus vínculos, designando a funcionarios o directivos de sus empresas matrices en otras de nivel o categorización inferior y así sucesivamente como se puede comprobar con sus más reconocidos dirigentes y el cruce de sus funciones y participaciones.

El Grupo Empresarial Antioqueño ha aplicado, entonces eso que desde los comienzos de los años 90 se llamó toyotismo u ohnismo, por ejemplo el Keiretsu, adaptándolo a las nuevas circunstancias y sociedades, en donde las empresas matrices generan una red jerarquizada de ellas, las cuales suministran, a las inferiores en categoría en la cadena, sobre la base de su control, partes o insumos esenciales y determinan el marketing y el diseño, así como tramitan y manejan marcas y patentes. De la misma manera, por la vía de las normas de calidad y de los Controles de Calidad (CCQ), supervisa la producción de aquellas empresas que tiene como maquiladoras o subordinadas, obligándolas a suministrarles una transferencia cada vez mayor de ganancias, al mismo tiempo que las someten por medio de créditos e imposiciones, apropiándose progresivamente de sus acciones.

Con la calidad total y la innovación permanente comprometen a sus trabajadores, haciéndolos sentir como parte de la empresa, sin reconocerles sus aportes, que paradójicamente los pueden someter al desempleo, porque mejoran los procesos productivos. El Grupo Empresarial Antioqueño, por ejemplo, ha logrado, también a partir del manejo de los supermercados de gran superficie, sostener un control de una buena cantidad de pequeños y medianos productores y de maquilas, obligándolos a vender con precios progresivamente a la baja, a costa del deterioro ambiental por el uso intensivo de recursos naturales y en la explotación de formas de trabajo precarizadas. La venta de sus acciones al Grupo Casino de Francia, representa el acuerdo de mantener los vínculos y relaciones comerciales que les beneficiaban. El actual gerente de Éxito en Colombia, por ejemplo, sigue siendo un cuadro empresarial del Grupo.

Simultáneamente, en el sentido anterior han logrado imponer reformas laborales (flexibilización), privatización de los servicios sociales y públicos, creación de formas de centralización de capitales como los fondos de pensiones, entre otros y el establecimiento de los planes de megaproyectos, por medio del lobby, contando con el apoyo y la exigencia de organismos internacionales como el BID, FMI o Banco Mundial, muchos de cuyos directivos pasaron o hicieron parte de sus juntas directivas, como sucedió en Colombia, y han venido implementando en países centroamericanos.

Otra forma de inserción ha sido, como lo hacen en algunos sectores sociales de Colombia y Venezuela, los de la creación de organizaciones no gubernamentales, para la capacitación laboral y para micropréstamos, con lo cual generan economías de subempleo, al mismo tiempo que pueden establecer mecanismos de satelización y trabajo a destajo, apareciendo, además como benefactores sociales (muy común son pequeñas y medianas empresas de reciclaje, de empaque y terminado o de ejecución de tareas que se pueden descentralizar en la cadena productiva, especialmente en confección, calzado, mueblería, viveros para reforestación, etc.). Por esta vía y las becas concedidas a algunos miembros de las comunidades populares se “surten” de cuadros profesionales y laborales, que a la vez los colocan como ejemplos de superación.

En el mismo sentido, las llamadas innovaciones o método Keysan, que significa la creación o transformación permanente de detalles en el diseño, en el empaque o en el procedimiento y por lo tanto la inscripción o permuta de marcas y presentaciones, de las cuales se hacen propietarias las empresas matrices, como sucede con las empresas del Grupo Antioqueño y las multinacionales que se controlan desde sus subsidiarias en Colombia, para el mercado venezolano, centroamericano, del Caribe y andino.

Cuando una empresa multinacional del carácter del Grupo Antioqueño no puede hacerse a control de otra, especialmente por su tamaño y/o poder, establece vínculos estratégicos como los tiene con el Grupo Polar en el circuito agroalimentario, o como lo hace Sarmiento y Ardila Lulle, el Grupo Bolívar en medios de comunicación, finanzas y teleinformática, con Cisneros, Mezerhane y Oriental de Seguros.

5. Otro elemento por destacar es lo que se ha dado como suceso, sobre todo a partir del año 2005. El Grupo Empresarial Antioqueño vende al Grupo Casino de Francia la participación en la mayoría de sus empresas comerciales: Cadenalco (Éxito, Ley, Superley, Mercados La Candelaria, entre otros en Colombia) y Cativen en Venezuela (Éxito, Cada y acciones en Makro). A pesar de ello, los productos distribuidos en sus estantes son especialmente los del mismo Grupo y sus directivos en Colombia han sido directivos de la anterior fórmula de propiedad. Esto sucede, igualmente con Kimberly Clark, la cual se anunció que se entregó en su totalidad a la multinacional dueña de la franquicia.

No hay que descartar, dentro de las fórmulas observadas en los tiempos más recientes, la compra de empresas en países con los cuales Venezuela posee acuerdos de protección de inversiones, como sucede con Alimentos Alpina que traspasó la propiedad de sus subsidiaria, en el país, a una recién creada en Barbados. Así mismo, Global de Pinturas, de Inversiones Mundial (Pintuco, Venezolana de Pinturas), compró Mamoca, empresa ubicada en Aruba. De la misma manera este juego tiende a generalizarse con buena parte de las empresas que poseen, cuando mínimo, una subsidiaria en Ecuador, Nicaragua, El Salvador, República Dominicana y otros países de Centro América y/o el Caribe.

6. Es evidente el vínculo de empresas con instituciones financieras de la globalización. Esto sucede con algunas que reciben inversiones de la Corporación Financiera Internacional, del Banco Mundial, que se ha hecho al 10% de Tecnoquímicas, a la cual igualmente le hizo préstamo para su expansión internacional y a Propal, del Grupo Carvajal, en la cual hizo inversión por valor del 10% de su capital suscrito.

Los grupos económicos colombianos se están adecuando a las exigencias del capitalismo multinacional, especializándose en frentes en los cuales creen poseer sus ventajas comparativas:
Grupo Antioqueño, decidió mantener su holding alimenticio, extendiéndolo en alianzas con Nabisco, Bimbo y Polar, En otro sentido, expande sus propósitos en el capital financiero y en los fondos de inversión, para poseer fuente de recursos de inversión en generación eléctrica y construcción de grandes obras de infraestructura (Inversiones Argos, Colinversiones).

Como parte de esta estrategia, el Grupo Antioqueño redirige sus vínculos no declarados: Inversiones Mundial, en el área de suministro de materiales de construcción, pinturas y químicos. Su presencia en la industria textiles y confecciones (diseño de moda) para surtir y controlar los estantes y vitrinas de los almacenes de gran superficie, así como para imponer la moda (así desarrollan la Feria Internacional de la moda y el Diseño en Medellín): Textiles Fabricato-Tejicóndor-Rionegro; Inversiones Crystal, Vestimundo, Caribú y Leonisa. Al mismo tiempo, mantienen sus vínculos con los empresarios bananeros y sus asociaciones y se vinculan al desarrollo de proyectos de monocultivo forestal para el suministro de materia prima para papel (Familia Sancela y Kimberly Clark hasta hace algunos meses, según lo declarado).

Bavaria (Grupo Santo Domingo), se fusiona con AB Miller, obteniendo el 15% de sus acciones y amplía sus plantas en Ecuador, Perú y Panamá. Igualmente mantiene inversiones en medios masivos: Caracol Televisión, diario El Espectador, Revista Cromos, y otras publicaciones, pero más que ello decide desarrollar su fortaleza inversora en la informática y telecomunicaciones para lo cual ha establecido alianzas con grupos económicos españoles y mejicanos.
Ardila Lulle se decide a mantener sus ventajas y privilegios en la industria azucarera, pero ha venido fortaleciendo inversiones en el plano de los medios masivos de comunicación, la industria de refrescos y las plantaciones de bosques de monocultivo.

Grupo Caicedo (Colombina), se dedica a mantener y fortalecer la producción de dulces y chocolates, ampliando sus negocios en el continente.

El Grupo Carvajal, ha extendido sus esfuerzos por controlar mercados editoriales, la producción y venta de software a la medida y el manejo de la venta de productos de oficina, incluyendo hardware, pero más que ello, apropiándose de los servicios de mantenimiento y postventa.

Fuente: http://noticieroconfidencial.com/?p=792