‘Durante los últimos años han aparecido nuevos actores armados ilegales. En este marco se establecieron vínculos entre dirigentes de grupos paramilitares y políticos, incluidos miembros del Congreso’, afirmó la Relatora, que visitó Colombia en diciembre pasado, la primera vez durante los dos periodos de gobierno presididos por Álvaro Uribe.
La Relatora citó el procesamiento de 93 parlamentarios y 22 sentencias emitidas por la Corte Suprema de Justicia, enumerando además que se han iniciado investigaciones contra 13 diputados, 12 gobernadores, 166 alcaldes y 58 concejales.
Sobre la extradición a Estados Unidos por tráfico de estupefacientes de 18 miembros de esas organizaciones, la Relatora estimó que han impedido que presentaran sus testimonios sobre los crímenes de lesa humanidad que cometieron ‘y sobre sus relaciones con políticos colombianos, principalmente Congresistas y funcionarios’.
La relatora indicó que en Colombia se percibe dificultad para la investigación de los crímenes y recalcó que no se ha producido todavía ninguna sentencia firme contra los miles de paramilitares desmovilizados por la ley de Justicia a Paz.
Por su parte, la viceministra de asuntos multilaterales de Colombia, Adriana Mejía Hernández, admitió que ‘la superación definitiva de la impunidad constituye el reto incuestionable que debe convocar los esfuerzos del Estado en su conjunto’.
‘Debemos continuar examinando las vías e implementando las medidas que permitan garantizar a todos los ciudadanos el acceso y la aplicación de una justicia pronta y eficaz’, adelantó la viceministra.
Para Marcelo Pollack, de Aministía Internacional (AI), ‘las alianzas entre grupos ilegales y políticos y empresarios es probablemente la amenaza más sería al Estado de Derecho en Colombia’.
‘La impunidad sigue siendo la columna vertebral de la crisis de derechos humanos en Colombia, la gran mayoría de los victimarios no han sido identificados, y menos llevados ante la justicia. Eso se debe a que aún no existe la voluntad política por parte de las autoridades para enfrentarla’, destacó Pollack.
Albuquerque e Silva denunció igualmente ‘que agentes del DAS habían incluso desarrollado actividades intimidatorias de seguimiento y persecución contra magistrados, jueces y fiscales, lo que se configura como un ataque a la Rama Judicial y también de abogados y defensores de derechos humanos’.
Recientemente, la Fiscalía General de la Nación citó a los ex agentes del DAS, Fernando Alonso Tabares, Jorge Alberto Lagos, Gustavo Sierra Prieto, Luz Marina Rodríguez y Bernardo Murillo Cajamarca, para que se presentasen por las interceptaciones telefónicas, mejor conocidas como ‘chuzadas’, y el seguimiento a periodistas, políticos y magistrados de la Corte Suprema de Justicia.
Los ex-agentes aseguraron en sus testimonios que entre los funcionarios implicados en el hecho se encuentran varios asesores cercanos a Uribe y mencionaron una serie de reuniones realizadas en el palacio de gobierno, en las que participaron el secretario de Prensa, Mauricio Velásquez, el asesor José Obdulio Gaviria, primo de Uribe, y al menos tres jefes del DAS.
La relatora de la ONU, indicó además que ‘las interferencias políticas en el nombramiento de los integrantes de las Altas Cortes, particularmente de la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura y en la Fiscalía General de la República constituye uno de los mayores desafíos para la garantía de la independencia de la Judicatura’.
‘La Relatora ha querido significar la facultad que tiene el Presidente para postular candidatos en el poder judicial, lo cual pone en duda la independencia de la justicia’, explicó Gustavo Gallón, de la Comisión Colombiana de Juristas.
Gallón añadió que ‘la Relatora no encontró nada rescatable de su visita a Colombia, salvo que se han localizado 2.500 cadáveres en fosas comunes, y que se va a instaurar, en un futuro, el sistema procesal penal oral acusatorio’.
Concluyó que la Relatora ‘ha sido muy crítica’, pues hay ‘impunidad, no hay condenas de paramilitares’ y se hace ‘espionaje de los servicios que dependen del Presidente contra magistrados y abogados’.