Pedro Echeverría V

¡Libertad a los campesinos de Atenco presos por la dictadura sexenal!

1. Los gobiernos yanquis y los medios de información de EEUU a su servicio, han sido los principales terroristas a través de la historia; sin embargo, distraen al público como lo hacen los ladrones al gritar: “allí va el ladrón”. Por eso la revista yanqui Foreign Policy (Policía Internacional) hizo una comparación con los mayores tiranos de mundo, donde se incluyó al presidente de Cuba Raúl Castro y al mandatario de Venezuela Hugo Chávez. La edición coloca a Kim Jong II, el gobernante norcoreano, en primer lugar por ser considerado que es “un aislacionista, con culto a su personalidad y al buen coñac francés”. En el puesto 17 ubica al presidente venezolano Chávez porque “se ha perpetuado en el poder, encarcela a los opositores y cierra a medios de comunicación independientes”. Más abajo pone a Castro, por ser hermano de Fidel.

2, Durante muchas décadas -podría demostrarse- los EEUU siempre apoyaron golpes de Estados y dictaduras militares en Haití, Colombia, Venezuela, Guatemala, Panamá, Chile, Cuba, República Dominicana, Brasil, en todos los países de Centro y Suramérica. La historia de todo el siglo XX registra el apoyo yanqui a 50 intervenciones violentas –por lo menos- contra los pueblos americanos. El manido pretexto usado fue siempre: “salvaguardar los intereses de los ciudadanos norteamericanos en el país” o “salvar al mundo del comunismo”. Desde 1821, con la famosa Doctrina Monroe, el gobierno yanqui decretó que los gobiernos europeos ya no podrían intervenir en el continente porque “América es sólo para los americanos”. Con base en ello desde que los yanquis proclamaron su constitución y su primer gobierno, comenzaron a adueñarse de todo.

3. Debe reconocerse que aún muchos millones de seres humanos se dejan embaucar con la intensa propaganda yanqui que de manera inteligente, muchas veces de manera burda, extienden en el mundo a través de series televisivas, películas, medios escritos, música y bailes. Recuerdo que mi querido padre -a quien mucho amé por ser el más honrado y humilde trabajador de la madera dura- era lector de Selecciones de Riders, admirador de las películas gringas de guerra y se deleitaba (y bailaba) con la música yanqui de Miller, Gootman, Dorsey y Amstrong. Incluso le pedía al peluquero- hasta los 15 años de edad- que me cortara el cabello como soldado yanqui. Pero debo aclarar que murió odiándolos cuando entendió la realidad. La propaganda yanqui en México ha influido y dominado la ideología de clases altas y medias.

4. Así que cuando los yanquis califican de terroristas y dictadores a los gobernantes de países que odian por ser sus enemigos, y sus agencias internacionales repiten la nota por obligación, en el mundo todo se convierte en verdad revelada, sagrada o divina. Los luchadores sociales, así como los investigadores honrados y analistas, descubren de inmediato que los yanquis y los medios mienten porque conocen el comportamiento de la TV, radio y periódicos a través de la historia de su entreguismo; pero la población –sin experiencias y juicio crítico- se queda con las mentiras y las calumnias publicadas. ¿Quiénes son entonces los dictadores y los terroristas sino quienes mediante la fuerza del Estado y del dinero han impuesto su poder sobre otros países y sobre los pueblos para saquearlos y mantenerlos en la miseria y la opresión?

5. Se acusa a Corea del Norte, a Venezuela, a Cuba, a Bolivia, a Irán, Irak, etcétera, a los países que están contra las políticas guerreristas yanquis, de que no hay libertad, que no hay respeto de los derechos humanos, que no hay elecciones limpias, que no hay democracia, que no hay varios partidos políticos, que se encarcela a los que protestan, que el gobierno goza de privilegios, etcétera; sin embargo se dice, por el contrario, que en países como EEUU, México, Colombia, Perú, España, Inglaterra, etcétera no hay dictadura y sí mucha democracia. Dado que la mayoría de la gente no piensa en política y no le importa aclararse el problema, se queda con la flagrante mentira. ¿Se ha pensado acaso que en Venezuela y en Bolivia el pueblo ha electo y reelecto a sus gobernantes en comicios vigilados internacionalmente y que en Cuba las elecciones son más directas?

6. Las elecciones en EEUU, México, Colombia, son de las más fraudulentas y tramposas a pesar de la intensa propaganda positiva que se hace de ellas por fuentes periodísticas controladas por los mismos yanquis. La realidad es que aunque cada cuatro o seis años cambian caras en la presidencia, la dictadura de los empresarios, de los políticos que sólo permutan cargos, de los líderes sindicales y empresariales, continúa siendo la misma. No son dictaduras formales sino son de una clase social dominante en los hechos. En nombre de la democracia sexenal los secretarios de Estado, los diputados, senadores, presidentes municipales, sólo brincan de un cargo a otro porque muchas veces está prohibido que repitan en el mismo cargo; pero muchos personajes se han pasado 50 años de su vida brincando de uno a otro. Esto se llama dictadura de clase.

7. ¿Quién le autorizó a Obama la instalación de las 19 recientes bases militares en Colombia y otros países? ¿Por qué a pesar de las protestas mundiales sigue bombardeando en Afganistán, Irak, apoya los bombardeos de Israel en Palestina y amenaza a Irán, Corea del Norte, Turquía y Paquistán? ¿Cuándo consultó Calderón para poner al ejército en estados del país, para dejar a 44 mil electricistas sin trabajo y para tomar medidas económicas y políticas privatizadoras trascedentales? Por ello puedo subrayar que las dictaduras son de clase: Los que buscan la construcción del socialismo acuden a medidas fuertes para someter a los explotadores burgueses y buscar una distribución equitativa de la riqueza. Los dictadores de la burguesía, con su poder, buscan garantizar la explotación de los trabajadores en beneficio de un puñado de ricos.

8. Sobre esto de las dictaduras de clase, recuerdo que algún filósofo –no recuerdo quien-planteaba: “la libertad no es un conjunto de enunciaciones, por más profundas que parezcan, sino un sistema de vida. La libertad no está en las leyes ni en los libros ni en los discursos académicos. La libertad es un modo de vivir, de creer, de pensar, de decir y de construir el presente tanto como el futuro. Por lo mismo, si bien se sustenta en enunciados teóricos, tiene que ser fáctica, real, operativa”.

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