«Los enviamos a una misión para paralizar la flotilla y completaron la misión actuando de forma sobresaliente» dijo Ashkenazi a los soldados que reciben tratamientos, uno de ellos tras recibir una herida con un objeto cortante.
«Bajo circunstancias en las que la vida de los soldados estaba en peligro han operado correctamente», dijo resaltando la ‘dificultad’ de la misión en la que la violencia acabó con la vida de nueve de los cerca de 500 activistas que viajaban a bordo del «Mavi Marnara», uno de los seis barcos de la flotilla con bandera turca.
«Vivimos en una situación complicada tanto en tierra como en mar y estaremos preparados para el próximo incidente», añadió Ashkenazi, destacando el «valor y coraje de sus soldados» y las lecciones que se pueden sacar para el futuro a partir de la operación la madrugada de este lunes en alta mar.
Los soldados isarelíes dispararon antes de abordar el barco y lo hicieron «directamente a la cabeza», sostuvieron hoy distintos integrantes de la flota de ayuda humanitaria atacada ayer cerca de Franja de Gaza.
«Vi que rodearon los barcos y que empezaron a disparar antes de que los soldados abordaran nuestro barco», dijo la diputada árabe israelí del partido Balad, Hanin Zuabi.
Zuabi, quien estaba detenida junto a otros activistas pero fue liberada por su condición de parlamentaria, también denunció que los soldados dejaron morir a cinco heridos, a pesar de que ella les había avisado mediante un cartel escrito en hebreo y otro en inglés.
Por su parte, la cineasta brasileña Iara Lee, quien se comunicó desde la cárcel con la cadena TV Globo, afirmó que los efectivos «entraron y comenzaron a disparar a las personas».
«Esperábamos que dispararan a las piernas, disparos al aire, sólo para aterrorizar a las personas, pero fueron directo. Dispararon a la cabeza de los pasajeros», dijo Lee.
Además, dos diputadas alemanas dijeron hoy que son más de nueve los muertos, cifra difundida por Israel.
«Nos hemos sentido secuestradas, como si estuviésemos en guerra», dijo Inge Hoeger en rueda de prensa, mientras que Annette Groth advirtió que se trató de «un acto de barbarie».