Javier del valle Monagas Maita

¿Recuerdan Uds ese relato bíblico, según el cual el diablo después de ser derrotado,     cayó en la tierra y desde aquí, se organiza para plantear otra batalla a su enemigo? Bueno después de conocer un poco la historia. De analizar como unas endemoniadas minorías han producido cualquier cantidad de muertes sin más pretexto que el destino manifiesto o, la racista creencia de que son superiores y, por lo tanto, pueden y deben disponer del destino y las vidas de los demás. También deben recordar que esa misma historia bíblica, relata como unos esclavos eran los que servían de bestias de carga y mano de obra dócil para el progreso y avance del Egipto imperial de esos días. Después que esos esclavos ignorantes, mal agradecidos y embrutecidos. Tras un largo batallar de ese supuesto Dios contra los faraones, logra mediante  actos de hechicería y manifestaciones sobrenaturales – para la época – que liberen a eso esclavos. Éstos en una alocada aventura se lanzan al desierto y tras arduo trajinar se rebelan contra las instrucciones recibidas y caen en sus conductas de adoración a bestias hechas con objetos preciosos y organizaciones  festivas, bacanales de orgia. De esa manera, errantes por el desierto, viviendo de lo que le proveyó su Dios demoniaco, o a costilla de sus fechorías y de despojar a otros pueblos de sus pertenencias en base a saqueos y robos a hurtadillas, reciben el premio a la delincuencia de un demonio disfrazado de dios, que como único pago exigía y exige rendimiento de pleitesías enfermizas. O adoración casi narcisista; pidiendo para sí la única potestad de deidad posible en el mundo, reservándose el juicio de determinar lo bueno y lo malo, pero premiando de manera hipócrita lo malo y castigando lo bueno. Ese demonio con disfraz de dios, le cedió a los esclavos errantes, las tierras y bienes de otros pueblos, sin más derecho y merito que su alocada voluntad. Los dotó de un arma terrible, cuya sola exposición, masacraba miles y miles de personas que peleaban por defender lo que era suyo y lo que habían logrado por su esfuerzo. De esa manera construyeron un imperio más poderoso que la Babilonia Nabucodonosor.  Pero como todo hijo de gato, caza ratón, los egoístas ex esclavos, convertidos en conquistadores, se inflaron en sus egos y se riñeron entre ellos, unos se quisieron imponer a los demás de su propio pueblo y hasta quisieron retar al propio demonio disfrazado de Dios, mismo, que los amparó para sus egoístas propósitos, descubriendo luego que no valían la pena y los abandonó a su suerte. Pero el daño estaba hecho. En el espíritu y la esencia de ese aberrante pueblo,  quedó sembrada la semilla de la maldad. El egoísmo, la avaricia y la perdición de adorar todo lo que represente dinero, joyas o valores materiales. Hoy esa es la constante de la conducta de esas personas hostiles a la vida y a la paz.

Desde entonces esos ex esclavos vagan por el mundo, incitando y provocando violencia, odio, rencor y muerte. Convertidos en parias de su propia maldad, planificaron guerras catastróficas, con las cuales se proveyeron de fortunas inmensas. La obra cumbre de su venganza contra la humanidad la consiguieron en la segunda guerra mundial, cuando impusieron  sus planes elaborados por al padre del sionismo Theodor Herzl. Según esta secta diabólica, ellos tendían que controlar o dominar al mundo, económica, política y militarmente,  para ello necesitarían de la creación de un estado que los aglutinara, que los recogiera de la dispersión a la cual, les condenó su Dios demoniaco. Así tomaron posesión económica de las naciones más fuertes militarmente y las pusieron a su servicio. Hoy Estados Unidos, Inglaterra y parte de su ex enemigo, Alemania, están bajo la dominación económica de esta secta sionista. Desde esa plataforma de apoyo y gracias a la estrategia de victimizarse como religión en la segunda guerra mundial, lograron imponer la creación del estado Israelí, desde donde se ejecutan políticas y acciones que siembran terror en el mundo pero que siempre los hacen presentarse a ellos como las victimas.  Lograron imponer la matriz mundial, de que sus caídos, fueron más que los de Rusia, o Polonia, o Francia, o Alemania, cuando la verdad es otra. Incluso muchos de los miembros de la secta sionista, se cuadraron con Hitler para atacar a los de su misma religión y despojarlos de sus riquezas.

Pasando páginas de triste y criminal historia. Encontramos a estas insensibles  bestias ejerciendo un terrorismo globalizado, desde América, pasando por África, Asia, Oceanía y Europa, imponiendo masacres, de las cuales acusan a otros de cometerlas, para tener así la justificación de seguir aplicando su maquiavélica mentira. De esa manera, bajo su dominio, Estados Unidos, ha  llevado la guerra a los mas alejados rincones del mundo, se han inventados todas las mentiras posibles para imponer sus intereses.  Han invadido naciones, han destruido la integridad de otras, han masacrado pueblos enteros, han producido enfermedades en laboratorios, para luego ganar millonarias sumas de dinero vendiendo los antídotos, atacan a cualquier pueblo que no comulgue con sus dictámenes, incentivan la producción y consumo de drogas mediante sus medios masivos de comunicación. En fin esas gentes se convirtieron en una plaga destructiva para la humanidad.

Su ultima hazaña, la de asesinar a sangre fría a unos pacifistas que solo llevaban víveres, medicinas, agua y materiales de construcción a la destruida palestina, los termina de desnudar como lo que son: unos depravados terroristas capaces de asesinar a quien sea, donde sea y cuando sea, pregunto yo ¿que dios benévolo puede avalar semejantes atrocidades? De allí que descorro el velo y acuso a ese Dios de esa secta Sionista, aliada con el sionismo católico http://www.webislam.com/?idt=6448, http://es.wikipedia.org/wiki/Fundamentalismo de ser un demonio engañador, que protege a una banda de cobardes asesinos indolentes, que impulsa la adoración a lo material tal como hicieron con su becerro de oro en el desierto. ¿Cómo puede un Dios avalar de manera sistemática la destrucción de vidas, tan solo por imponer su hegemonía?

Lo que realmente pasa es que ese diablo derrotado en los albores de la historia, se vale de artificios y mañas para engañar a la humanidad, se presenta como benévolo, pero defiende a los hacedores de maldad, sacrifica pueblos inocentes para satisfacer a una nación inmoral, asesina y fornicadora, inventora de tecnologías para la muerte y de un sistema social basado en la explotación del hombre por el hombre y permite que su nombre se escriba en la moneda símbolo de la usura y el despojo, de las cosas producidas por los hombres y mujeres con esfuerzo. No señores Uds. son hijos predilectos del diablo, por eso bombardean, matan mujeres, niños, ancianos, atacan naves desarmadas, destruyen escuelas, hospitales, roban las casas y sus terrenos a los palestinos y hasta los matan dentro de ellas con sus enseres y familias. Uds. no respetan el dolor ajeno, al contrario se deleitan con el y por eso se empeñan en producirlo a caudal. Por eso Uds. tendrán su segunda y definitiva derrota ya no en los cielos, sino aquí en la tierra. Su verdadero destino manifiesto es ser erradicados del seno de la humanidad junto su maldad. No se trata de atacar a un Dios, se trata de desenmascarar a un demonio y sus huestes asesinas.