Felipe Gutierrez P.

 

El futbol, también llamado balompié o soccer, es un deporte de equipo jugado entre dos conjuntos de 11 jugadores cada uno y un árbitro que se ocupa de que las normas se cumplan correctamente. Es considerado el deporte más popular del mundo del que se estima participan unos 270 millones de personas.

Este deporte se juega en un campo rectangular de césped, con un arco (meta o portería) a cada lado del campo. El objetivo del juego es desplazar una pelota o balón a través del campo para intentar introducirla o ubicarla dentro de la meta contraria, acción que se denomina gol, en idioma castellano. El equipo que marque más goles al cabo del partido (dos tiempos de 45 minutos cada uno) es el quien resulta ganador.

Los mecanismos hegemónicos de dominación mundial se han apropiado de este deporte en su faz de valor de uso, convirtiéndolo en un “caballo de troya” desde el cual se generan ganancias milmillonarias de difícil cuantificación.

Un equipo de especialistas en comunicación de masas y neurólogos analizan un nuevo fenómeno nunca antes visto en mundiales de futbol: el denominado “efecto zombie” es descripto como una sensación similar a los efectos que producirían varios miligramos de una mezcla narcótica de efectos euforizantes cuya naturaleza química se asemejaría a moléculas de endorfinas, pero que poseen efectos que se prolongan varios días más allá de los 90 minutos reglamentarios de un partido de futbol.

Mientras tanto se incrementan en el transcurso del campeonato mundial, las ganancias de los grandes conglomerados transnacionales a través de sus marcas de comercio, segundos de propaganda en televisión y radio, servicios de telefonía fija y móvil, transmisión de programas por cable, internet, satélites y microondas. Comercialización de pasajes de avión, hotelería, televisores, camisetas, souveniers, balones, pelucas, pintura para la cara, alimentos, bebidas (espirituosas o no) y hasta las simpáticas (u odiadas) vuvuzelas, entran en el caballo de madera armado por las multinacionales bajo la fachada del brazo deportivo FIFA (Federación Internacional de Futbol Asociado al Capital), estructura troyana de la industria mundial de la pelota.