Laura Vales

 

El dibujo muestra al ex presidente Eduardo Duhalde tras las rejas, y advierte al pie: “Candidato a la cárcel”. Estampado en remeras y buzos, lo llevaban ayer en el puente Pueyrredón los manifestantes que se movilizaron para reclamar que se juzgara a los responsables políticos de los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. A ocho años de la masacre de Avellaneda, los movimientos sociales pidieron que no hubiera impunidad para los funcionarios que planificaron el operativo que el 26 de junio de 2002 reprimió la marcha de desocupados, causando las muertes de Kosteki y Santillán, 33 heridos con balas de plomo y más de ciento sesenta detenidos.

El dato principal de este aniversario es que encontró a Duhalde, motor de aquel operativo de represión, lanzado a la presidencia. Por eso fue el blanco de todos los discursos, que exigieron su juzgamiento. Pero hubo dos actos sobre el puente, uno de las organizaciones sociales no kirchneristas, que acusaron al gobierno nacional de complicidad por no impulsar la investigación, y otro de movimientos afines al Gobierno, que se centraron, en cambio, en defender el nuevo modelo económico.

Los familiares de Kosteki y Santillán estuvieron en el primer acto. Al mediodía, la misma hora en que hace ocho años la policía bonaerense comenzaba a disparar sobre los piqueteros, ayer se había reunido una multitud, que cubría desde lo alto del puente hasta la base, más allá del Bingo de Avellaneda.

Vanina Kosteki, la hermana de Maximiliano, y Alberto Santillán, el padre de Darío, fueron los oradores. Sin ayuda de ningún papel, Vanina nombró a los funcionarios que ocupaban lugares clave cuando la represión: “Felipe Solá (entonces gobernador bonaerense), Juan José Alvarez (secretario de Seguridad), Alfredo Atanasof (jefe de Gabinete), Carlos Soria (jefe de la SIDE), Jorge Matzkin (ministro del Interior)”. Incluyó en la lista al actual jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, también ex funcionario de Duhalde.

Alberto Santillán habló después; dijo que se sentía orgulloso por la jornada. “Desde algún lugar Darío y Maxi deben estar contentos viendo todo esto, viendo cómo la muerte no cae en el vacío, viendo que la lucha que dieron se sigue prolongando, no sólo por los compañeros que los conocieron, sino por la enorme cantidad de jóvenes que se siguen sumando.” Luego, señalando a la gente movilizada, dedicó la protesta: “Para vos, Duhalde, asesino. Para vos, Solá, asesino. Para vos, Kirchner, cómplice”. El reclamo nace de que Néstor Kirchner, cuando era presidente, recibió en la Casa Rosada a los familiares y les anunció que crearía una comisión investigadora para “ir a fondo” en el esclarecimiento del rol que tuvo el gobierno duhaldista, lo que nunca se concretó.

Historias en el puente

Una historia que se podía encontrar ayer en el puente: Josefina Díaz, del Frente Darío Santillán de Rafael Calzada, no estuvo en Avellaneda el día que mataron a Kosteki y Santillán. “Lo vi todo por la tele porque todavía no estaba en el movimiento. Me sumé después y enseguida me sentí cómoda”, contó. “Una vez que entré no me fui nunca más: empecé a trabajar en una huerta, me puse a estudiar, terminé la escuela primaria.” Ahora está cursando el secundario en un bachillerato popular de la organización.

Mucha gente fue en familia, como Lucía, que llevó a su hija Manuela, de 9 años. “La traigo porque tiene que saber que en este país las cosas se consiguen luchando y que, lamentablemente, en esa lucha hay compañeros que mueren”, señaló.

Como todos los años, junto a los piqueteros hubo agrupaciones universitarias y todo el arco de los partidos de izquierda. El Frente Darío Santillán, Barrios de Pie, el Polo Obrero, el Movimiento Teresa Vive, el Movimiento Territorial de Liberación, el Movimiento Teresa Rodríguez estuvieron entre los que movilizaron las principales columnas. Participaron también organismos de derechos humanos, como la Asociación de ex detenidos, y las madres de Plaza de Mayo Nora Cortiñas y Elia Espen.

Sobre el palco fue desplegada una bandera en reclamo de la libertad de Roberto Martino, dirigente del Movimiento Teresa Rodríguez, quien fue procesado por “prepotencia ideológica”, acusado de haber participado en una marcha que terminó con incidentes, en repudio a la política israelí contra los palestinos. Martino mandó una carta desde el penal de Carlos Paz que fue leída en el acto.

Las organizaciones consensuaron un documento común con fuertes críticas al rumbo económico y la política social del Gobierno. “Digan lo que digan los dibujos del Indec, la inflación galopante ha hecho caer millones de argentinos bajo la línea de pobreza”, plantearon. También cuestionaron la implementación del programa Argentina Trabaja, y dijeron que la asignación por hijo “no llega a todas las familias que la necesitan”. Estas críticas estuvieron entre las razones para que hubiera dos actos. Los manifestantes opositores y los oficialistas no se cruzaron. Cuando el primer acto terminó, los movimientos de la izquierda se retiraron del puente. Quince minutos después comenzaban a subir las organizaciones kirchneristas.