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El barco de bandera irlandesa Rachel Corrie, con 19 personas a bordo y anclado en Malta por problemas mecánicos, no pudo unirse al resto de embarcaciones, que fueron atacadas por el ejército israelí. En los próximas horas emprenderá su rumbo hacia la costa palestina. Foto: Free Gaza (Creative Commons).


Las acusaciones de vinculación de la flotilla humanitaria hacia Gaza con grupos terroristas mulsulmanes en todo el mundo, desde la Yihad internacional hasta Al Qaeda pasando, cómo no, por Hamas, no se han hecho esperar. Mientras la comunicación vía satélite conseguida durante el ataque por los propios buques asaltados no deja lugar a dudas, así como la larga trayectoria noviolenta de las organizaciones sociales patrocinadoras de la flotilla, diferentes fuentes diplomáticas y de comunicación se esfuerzan en enmarañar las noticias y provocar la confusión. Pero, más allá de la guerra psicológica, ¿quiénes son estas gentes que se echan al mar rumbo a Gaza?

La IDF (Fuerzas Armadas Israelíes) asegura que los soldados que llegaron a los barcos de la flotilla se encontraron con un plan preparado y previo para repelerles de forma violenta, que incluyó tanto el uso de armas de fuego como barras de hierro o armas blancas. Según este comunicado del Ejército, del que algunos medios de comunicación próximos están haciéndose eco, «los manifestantes tenían preparadas su armas de antemano. Como resultado de esta actividad violenta y con riesgo para la vida, las fuerzas navales emplearon medios antidisturbios de dispersión, incluido el fuego real». La IDF asegura que sus fuerzas acturaron «de acuerdo con los mandos operativos y adoptaron todas las acciones necesarias para evitar la violencia, pero sin lograrlo».

El viceministro de Asuntos Exteriores de Israel, Danny Ayalon, en rueda de prensa celebrada en Jerusalén, ha asegurado hoy que el objetivo de la flotilla humanitaria era romper ilegalmente las restricciones impuestas por Israel a la Franja de Gaza y advirtió de que su Gobierno no permitirá que se abra un corredor naval «para el contrabando de armas y terroristas». «Ningún Estado soberano puede permitir esta provocación» declaró.

El jefe del Estado mayor, Gaby Ashkenazi, añadió que «está claro sin ningún tipo de duda que los soldados actuaron como era necesario» y que los medios antidisturbios «no eran suficientes». El responsable de la Marina, Eliezer Marom, alabó la «contención», la «valentía» y la «determinación» que mostraron durante el incidente los soldados israelíes. También declaró que dos de los diez soldados supuestamente heridos lo fueron por arma de fuego y otro por una cuchillada.

El embajador israelí en Madrid, Raphael Schutz, ha declarado «no hay que engañarse con el nombre de flotilla por la libertad porque se trata de un grupo que busca obtener provecho político». Ante la condena de la ONU y de otros organismos internacionales, Shutz, manifestó que la ONU no es más que una «acumulación de muchos países» que actúa «con una mayoría automática» y cuando hay «un evento así no se investiga ni se buscan matices» porque ya hay un «culpable fijo», refiriéndose a Israel.

 

Abriendo fuego

Sin embargo, según la mayoría de fuentes acreditadas y los propios civiles testigos de los hechos pertenecientes a más de 50 oenegés internacionales, entre quienes se encontraba hasta una premio Nobel probablemente herida, «los soldados israelíes descendieron desde helicópteros sobre las cubiertas en rappel abriendo fuego».

Las fuerzas israelíes se habían ocupado toda la noche de enviar algunos botes inflables militares hacia la flotilla tratando de subir a bordo de los buques. Tres fragatas de combate israelíes vigilaban desde esta madrugada la flotilla, que se encontraba todavía en aguas internacionales y había decidido desviar ligeramente su recorrido para evitar confrontaciones con el ejército, pero sin cambiar su objetivo de alcanzar la costa de Gaza. La alta presencia de prensa, incluso en las fragatas israelíes, no hacía presagiar un desenlace de estas características.

En los días previos, el Gobierno israelí había lanzado una campaña para intentar deslegitimar la intencionalidad de la flotilla, ofreciendo repatriar a todos los activistas internacionales, y llevar ellos mismos los productos a Gaza. Los productos pasarían el filtro establecido por el bloqueo, que de facto implicaría que ninguno llegase a Gaza. También se había creado una contra-flotilla desde la derecha israelí, que pretendía salir a impedir la llegada de la flotilla en apoyo a la población de Gaza.

750 personas de 40 nacionalidades, la mitad turcas, 12 parlamentarios, dos de Alemania, y el resto de Noruega, Suecia, Bulgaria e Irlanda, decenas de activistas helenos y tres españoles viajaban en un total de seis buques, incluidos los dos buques de carga y otros vehículos de pasajeros. El pasaje comprendía a personas de todas las edades desde 88 años a un año de edad y representaba también a personas de religiones diversas como la musulmana, judía y cristiana, incluido un cardenal de la iglesia católica.

La flotilla zarpó en la noche del jueves 27 de mayo del puerto de Anatolia (Turquía) encabezada por el Mavi Mármara, un antiguo barco turco de pasajeros que transportaba a 600 pacifistas, con el objetivo de llegar a Gaza el sábado 29. Los barcos transportaban un cargamento de 10.000 toneladas de suministros médicos, materiales de construcción y de educación y 500 vehículos eléctricos para personas con discapacidad, además de 100 casas prefabricadas destinadas a la familias que perdieron sus viviendas durante la Operación Plomo fundido. Entre los y las activistas, había tres de nacionalidad española: Manuel Tapial, Laura Arau y el periodista David Segarra.

Dos barcos de la flotilla de socorro a Gaza están registrados en los Estados Unidos, por lo que dichas embarcaciones son oficialmente territorio de los EEUU en virtud del derecho marítimo, y el gobierno de EEUU tiene la obligación de intervenir si esta «propiedad» es atacada o confiscada ilegalmente por las autoridades israelíes.

Israel mostró hace días a la prensa un «centro de detención» habilitado para las personas detenidas en el puerto de Ashdod. Allí es dónde ha llevado los barcos secuestrados. Según datos recogidos por el rotativo israelí Haaretz, al menos 32 activistas han sido detenidos al negarse a ser deportados, de los que 16 se han negado a identificarse y serán trasladados a la cárcel de Beer Sheva donde permanecerán por un plazo no inferior a 72 horas. Otros 25 habrían aceptado la deportación mientras que decenas de heridos han sido hospitalizados en la localidad de Askhelon. Los israelíes que hay en los barcos han sido arrestados. Los palestinos y palestinas a bordo serán conducidos directamente a los servicios de inteligencia israelíes para ser interrogados con alto riesgo de sufrir torturas.

La mayor acción coordinada desde la operación Plomo fundido

La Flotilla de la Libertad es «la mayor acción coordinada puesta en marcha hasta hoy para intentar romper el bloqueo marítimo impuesto por Israel a Gaza desde que su ejército finalizó la operación Plomo fundido el 18 de enero de 2009, tras 22 días de ataques».

La Flotilla está fletada por la organización no gubernamental IHH (Humanitarian Relief Foundation), Insani Yardim Vakfi, la Asociación Cultura, Paz y Solidaridad, la organización Europa para acabar el asedio de Gaza (ECESG), la campaña griega y sueca Barco a Gaza y la oenegé Free Gaza Movement.

 

Uno de los buques fue bautizado como Barco 8.000, en homenaje a los 8.000 prisioneros palestinos que se encuentran en cárceles israelíes, otro como Rachel Corie, dedicado a la activista estadounidense de 24 años del Movimiento de Solidaridad Internacional que fue aplastada viva en Rafah, al sur de Gaza en marzo de 2003, por un bulldozer israelí cuando bloqueaba su paso para impedir la democión de una vivienda palestina.

Desde agosto de 2008, el Movimiento Free Gaza ha navegado desde Chipre hasta la franja de Gaza en varias ocasiones, transportando a observadores internacionales para que atestigüen de primera mano las catastróficas repercusiones de la violencia israelí contra el pueblo palestino. Sus barcos fueron las primeras embarcaciones internacionales en viajar a Gaza desde 1967. Vienen de Italia, Irlanda, Canadá, Grecia, Túnez, Alemania, Australia, Estados Unidos, Inglaterra, Escocia, Dinamarca, Israel y Palestina. Son gente de todas las edades y profesiones. Tienen años de experiencia como voluntarios y voluntarias en Gaza y Cisjordania, donde han permanecido por invitación del pueblo palestino. Pero ahora, debido al creciente estrangulamiento de la ocupación ilegal de Israel en Palestina, para muchos es prácticamente imposible entrar en Gaza, y se les ha estado denegando cada vez más la entrada a Israel y a Cisjordania.

Quieren romper el asedio de Gaza, despertar la conciencia internacional sobre el cierre de la franja de Gaza como si fuera una prisión, y presionar a la comunidad internacional para que revise su política de sanciones y deje de apoyar la permanente ocupación israelí. Quieren defender el derecho de Palestina a dar la bienvenida a la ciudadanía internacional en calidad de visitantes, observadores de los derechos humanos, trabajadores de la ayuda humanitaria, periodistas o cualquier otra actividad. No piden permiso a Israel ni piensan hacerlo. Su intención es romper este brutal asedio a través de la resistencia civil y de la acción directa noviolenta, y establecer una vía marítima permanente entre Chipre y Gaza.

Principios comunes del Movimiento Free Gaza

1. Respetamos los derechos humanos de todas las personas, independientemente de su raza, tribu, religión, origen étnico, nacionalidad, ciudadanía o idioma.

2. Los legítimos habitantes de todos los territorios ocupados por Israel desde el 5 de junio de 1967 deben gozar de libre acceso a espacio aéreo y aguas internacionales, en conformidad con todas las resoluciones de las Naciones Unidas y el derecho internacional.

3. Los legítimos habitantes de todos los territorios ocupados por Israel desde el 5 de junio de 1967 tienen el derecho a controlar todas las entradas y salidas de dichos territorios sin injerencia israelí.

4. Israel debe retirar su presencia militar de todos los territorios ocupados desde el 5 de junio de 1967, y revocar todas las leyes, normativas, directivas y prácticas que se aplican de forma desigual sobre las distintas poblaciones que viven en dichos territorios.

5. Israel debe demoler todas las barreras construidas para limitar el derecho de circulación en todos los territorios ocupados desde el 5 de junio de 1967.

6. Reconocemos el derecho de todos los refugiados y exiliados palestinos, y de sus descendientes, a volver a sus hogares en Israel y en los territorios ocupados palestinos; recuperar sus propiedades y recibir indemnizaciones por daños, desposesión y uso ilícito de dichas propiedades. Este es un derecho individual y no colectivo, y como tal, sólo se puede negociar a título individual.

7. Nos manifestamos en solidaridad con el pueblo palestino, pero no apoyamos, sin excepción alguna, a ningún partido político ni organización concretos.

8. Aceptamos observar los principios de la no violencia y de la resistencia no violenta en nuestras palabras y acciones en todo momento.

http://www.diagonalperiodico.net/aragon/Quienes-son-la-flotilla-de-la.html