«Aún cuando uno se reconozca comunista o socialista, peronista o cualquier otra ideología política, solamente caben dos posiciones en la historia: o se está a favor de los monopolios o se está en contra los monopolios. […] Y aprestémonos a celebrar otro 25 de Mayo, ya no en esta tierra generosa, sino en la tierra propia y bajo símbolos nuevos, bajo el símbolo de la victoria, bajo el símbolo de la construcción del socialismo, bajo el símbolo del futuro….Ernesto Che Guevara, palabras a los argentinos residentes en Cuba, 25 de mayo de 1962″.
Comandante Che Guevara……quieren encerrarte en el bronce, sin fusil y sin ideas. Quieren apartarte de la Revolución. Quieren festejar tu nacimiento, mas no tu lucha. Te rinden homenajes para concretar negocios. Te elevan en la mística para apartarte del pueblo. ¡¡¡ Estúpidos burgueses, no harán mella en tu honor. Tu ejemplo revolucionario nos inspira. Tu calidad de Hombre Nuevo nos estimula. Volverás una y mil veces en cada lucha, con más ideas y con fusil. ¡¡¡ Seremos como el Che, Patria o Muerte, Venceremos !! .

Biografía del Che Guevara

Ernesto Guevara de la Serna nace el 14 de junio de 1928 en Rosario, Argentina. A los dos años de edad sufre su primer ataque de asma. La familia se muda en 1932 a la ciudad de Altagracia por recomendación médica.
En diciembre de 1947 ingresa a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Durante 1952 viaja por Argentina, Chile, Perú, Colombia y Venezuela en compañía de Alberto Granados. El 12 de junio de 1953 recibe el título de médico. El 6 de julio parte rumbo a Venezuela, pero la situación que encuentra en Bolivia y su posterior contacto con exiliados latinoamericanos en Perú le hace cambiar de idea.
En diciembre de 1953 llega a Guatemala. En enero de 1954 conoce a Antonio (Ñico) López, participante del asalto al Cuartel Moncada, con el que entabla amistad. Después del golpe de Estado que culmina con el derrocamiento del gobierno democrático de Jacobo Arbenz, el Ché parte rumbo a México.
En julio de 1955 conoce a Fidel Castro y se alista como médico de la futura expedición del Granma. El 25 de noviembre de 1956 los combatientes revolucionarios parten del puerto de Tuxpan con rumbo a Cuba. El desembarco se produce el 2 de diciembre y los rebeldes son sorprendidos pocos días después en Alegría de Pío por el ejército de Batista.

 


El 17 de enero de 1957 participa en el primer combate victorioso de los rebeldes en La Plata. El 28 de mayo se obtiene una importante victoria en el ataque al cuartel del Uvero. Según el Ché, este combate marca la mayoría de edad del Ejército Rebelde. El 21 de julio de 1957 fue ascendido al grado de Comandante por orden del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
El 5 de junio, es nombrado jefe de la cuarta columna rebelde (en realidad, la segunda). Entre julio y diciembre fija su campamento en la zona de El Hombrito. Ahí instala una escuela, una fábrica de zapatos, una talabartería, una armería, una hojalatería, una herrería y un horno para hacer pan.
El 21 de agosto de 1958, el Ché recibe la orden de marchar con destino a la provincia de Las Villas para ponerse al frente de las unidades del Movimiento 26 de julio que operaban en esa zona. La columna invasora 8 «Ciro Redondo» parte el 31 de agosto desde El Jíbaro. El 8 de septiembre llega a Camagüey. El 15 de octubre, después de recorrer más de 500 Km. llega a la sierra de El Escambray. El Ché instala su comandancia en Caballete de Casa.
El 28 de diciembre, como parte de la ofensiva final del Ejército Rebelde, inicia el ataque a la ciudad de Santa Clara. El 31 de diciembre se consuma la toma de la ciudad y el triunfo de la Revolución. El 2 de enero de 1959 se traslada a La Habana. El 7 de febrero es declarado ciudadano cubano por nacimiento.
El 26 de noviembre de 1959 es nombrado presidente del Banco Nacional de Cuba.
El 4 de marzo de 1960 acude al lugar dónde estalló el barco francés La Coubre. Al día siguiente, durante la despedida de duelo de las víctimas del sabotaje, su imagen queda plasmada en una memorable fotografía que está en la portada de este disco.
El 21 de octubre parte en un viaje hacia los países de la comunidad socialista. Visita Checoslovaquia, la Unión Soviética, Alemania Oriental, Hungría, China y Corea del Norte. El 6 de enero de 1961 informa en televisión los resultados de su viaje.
El 23 de febrero de 1961 es nombrado Ministro de Industrias.
El 2 de agosto de 1962 viaja al frente de la delegación cubana rumbo a Punta del Este, Uruguay, para participar en la Conferencia del Consejo Interamericano Económico Social. El día 8 interviene en la quinta sesión plenaria y fustiga la denominada Alianza para el Progreso. El 17 pronuncia un discurso en la Universidad Nacional de Montevideo. El 19, tras concluir su visita a Uruguay, viaja a Argentina y Brasil. El 23 informa en televisión al pueblo de Cuba los resultados de la Conferencia de Punta del Este.
El 22 de octubre de 1962, al desencadenarse la Crisis de Octubre, se le asigna la defensa de la parte occidental del territorio cubano. El Ché instala su comandancia en la cordillera de los Órganos, Pinar del Río.
El 30 de junio de 1963 viaja a Argelia para participar en las actividades por el aniversario de la independencia.
El 17 de marzo de 1964 parte con rumbo a Ginebra para participar en la Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo.
El 3 de octubre, en el acto de constitución del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Fidel lee la carta de despedida del Ché.
El 3 de noviembre de 1966 llega a La Paz, Bolivia, con el nombre de Adolfo Mena González y pasaporte uruguayo. El 7 de noviembre se incorpora a la guerrilla.
El 18 de abril de 1967 se publica en Cuba su «Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental».
El 8 de octubre de 1967 es herido en combate en la Quebrada del Yuro. El 9 de octubre es asesinado en el pueblo de La Higuera.

 

El 28 de junio de 1997 un grupo de expertos cubanos y argentinos descubre una fosa común en Valle Grande con los restos del Ché y de otros 6 guerrilleros.
El 12 de julio es recibido en el aeropuerto de San Antonio de los Baños por su familia, el Comandante en Jefe Fidel Castro y otros compañeros. Desde el viernes 17 de octubre de 1997, reposan definitivamente los restos del legendario guerrillero y su destacamento de refuerzo, en el mausoleo de la Plaza Ernesto Ché Guevara en Santa Clara, capital de la central provincia de Villa Clara, distante a unos 300 kilómetros al Este de la Ciudad de La Habana, capital de la República de Cuba.

DE ESE HISTÓRICO MOMENTO EL CHÉ ESCRIBIÓ… “ENVIAMOS UNA CARTA DE FELICITACIÓN Y RECONOCIMIENTO A CARLOS, NOMBRE CLANDESTINO DE FRANK PAÍS, QUIEN ESTABA VIVIENDO SUS ÚLTIMOS DÍAS. LA FIRMARON TODOS LOS OFICIALES DEL EJERCITO GUERRILLERO QUE SABÍAN HACERLO (LOS CAMPESINOS DE LA SIERRA NO ERAN MUY DUCHOS EN ESTE ARTE Y YA ERAN PARTE IMPORTANTE DE LA GUERRILLA). SE FIRMÓ LA CARTA EN 2 COLUMNAS Y AL PONER LOS CARGOS DE LOS COMPONENTES DE LA SEGUNDA DE ELLAS, FIDEL ORDENÓ SIMPLEMENTE PONLE COMANDANTE, CUANDO SE IBA A PONER MI GRADO, DE ESE MODO INFORMAL Y CASI DE SOSLAYO QUEDE NOMBRADO COMANDANTE DE LA SEGUNDA COLUMNA GUERRILLERA…”

 

Ernesto «Che» Guevara

Autor: Rodolfo Walsh. Buenos Aires, Octubre de 1967.


¿Por quién doblan las campanas? Doblan por nosotros. Me resulta imposible pensar en Guevara, desde esta lúgubre primavera de Buenos Aires, sin pensar en Hemingway, en Camilo, en Masetti, en Fabricio Ojeda, en toda esa maravillosa gente que era La Habana o pasaba por La Habana en el 59 y el 60. La nostalgia se codifica en un rosario de muertos y da un poco de vergüenza estar aquí sentado frente a una máquina de escribir, aun sabiendo que eso también es una especie de fatalidad aun si uno pudiera consolarse con la idea de que es una fatalidad que sirve para algo.

Lo veo a Camilo, una mañana de domingo, volando bajo en un helicóptero sobre la playa de Coney Island, asomándose muerto de risa y la muchedumbre que gozaba con él desde abajo. Lo oigo al viejo Hemingway, en el aeropuerto de Rancho Boyeros, decir esas palabras penúltimas : «Vamos a ganar, nosotros los cubanos vamos a ganar» . Y ante mi sorpresa: «I´m not a yankee, you know» .

Interminablemente veo a Masetti en las madrugadas de Prensa Latina, cuando ya se tomaba mate y se escuchaba unos tangos, pero el asunto que volvía era el de esa revolución tan necesaria, aunque hoy se presenta tan dura, tan vestida con la sangre de la gente que uno admirado simplemente quiso.

Nunca sabíamos en Prensa Latina, cuándo iba a venir el Che, simplemente caía sin anunciarse, y la única señal de su presencia en el edificio eran dos guajiritos con el glorioso uniforme de la sierra, uno se estacionaba junto al ascensor, otro ante la oficina de Masetti, metralleta al brazo. No sé exactamente por qué daban la impresión de que se harían matar por Guevara, y cuando eso ocurriera no sería fácil.

Muchos tuvieron más suerte que yo, conversaron largamente con Guevara. Aunque no era imposible ni siquiera difícil yo me limite a escucharlo, dos o tres veces, cuando hablaba con Masetti. Había preguntas por hacer pero no daban ganas de interrumpir o quizá las preguntas quedaban contestadas antes de que uno las hiciera. Sentía lo que él cuenta que sintió al ver por única vez a Frank País: sólo podría precisar en este momento que sus ojos mostraban enseguida el hombre poseído por una causa y que ese hombre era un ser superior. Yo leía sus artículos en Verde Olivo , lo escuchaba por TV: Parecía suficiente, porque Che Cuevara era un hombre sin desdoblamiento. Sus escritos hablaban con su voz, y su voz era la misma en el papel o entre dos mates en aquella oficina del Retiro Médico.

Creo que los habaneros tardaron un poco en acostumbrarse a él, su humor frío y seco, tan porteño, debía caerles como un chubasco. Cuando lo entendieron, era uno de los hombres más queridos de Cuba.

De aquel humor se hacia la primera víctima. Que yo recuerde, ningún jefe de ejército, ningún general, ningún héroe se ha descrito a sí mismo huyendo en dos oportunidades. Del combate de Bueycito, donde se le trabo la ametralladora frente a un soldado enemigo que lo tiroteaba desde cerca, dice: «mi participación en aquel combate fue escasa y nada heroica, pues los pocos tiros los enfrenté con la parte posterior del cuerpo» . Y refiriéndose a la sorpresa de Altos de Espinosa: «no hice nada más que una retirada estratégica a toda velocidad en aquel encuentro» . Exageraba él estas cosas, cuando todos sabían que acaba de recordar Fidel, que lo difícil era sacarlo del lugar donde hubiera más peligro. Dominaba su vanidad como el asma.

En esa renuncia a las últimas pasiones, estaba el germen del hombre nuevo que hablaba.

Guevara no se proponía como un héroe: en todo caso, podía ser un héroe a la altura de todos. Pero esto, claro, no era cierto para los demás. Su altura era anonadante: resulta más fácil a veces desistir que seguirlo, y lo mismo ocurría con Fidel y la gente de la Sierra. Esta exigencia podía ponernos en crisis, y esa crisis tiene ahora su forma definitiva, tras los episodios de Bolivia.

Dicho más simplemente: nos cuesta a muchos eludir la vergüenza, no de estar vivos porque no es el deseo de la muerte, es su contrario, la fuerza de la revolución, sino de que Guevara haya muerto con tan pocos alrededor. Por supuesto, no sabíamos, oficialmente no sabíamos nada, pero algunos sospechábamos, temíamos. Fuimos lentos, ¿culpables? Inútil ya discutir la cosa, pero ese sentimiento que digo está, al menos para mí y tal vez sea un nuevo punto de partida.

El agente de la CIA que según la agencia Reuter codeó y panceó a cien periodistas que en Valle Grande pretendían ver el cadáver, dijo una frase en inglés: «awright, get the hell out of here».

Esta frase con su sello, su impronta, su marca criminal, queda propuesta para la historia. Y su necesaria réplica: alguien tarde o temprano se irá al carajo de este continente. No serán los que nacieron en él. No será la memoria del Che.

Que ahora está desparramado en cien ciudades entregado al camino de quienes no lo conocieron.

En diciembre de 1947 ingresa a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Durante 1952 viaja por Argentina, Chile, Perú, Colombia y Venezuela en compañía de Alberto Granados. El 12 de junio de 1953 recibe el título de médico. El 6 de julio parte rumbo a Venezuela, pero la situación que encuentra en Bolivia y su posterior contacto con exiliados latinoamericanos en Perú le hace cambiar de idea.

En diciembre de 1953 llega a Guatemala. En enero de 1954 conoce a Antonio Ñico López, participante del asalto al Cuartel Moncada, con el que entabla amistad. Después del golpe de Estado que culmina con el derrocamiento del gobierno democrático de Jacobo Arbenz, el Che parte rumbo a México.

En julio de 1955 conoce a Fidel Castro y se enlista como médico de la futura expedición del Granma. El 25 de noviembre de 1956 los combatientes revolucionarios parten del puerto de Tuxpan con rumbo a Cuba. El desembarco se produce el 2 de diciembre y los rebeldes son sorprendidos pocos días después en Alegría de Pío por el ejército de Batista.

El 17 de enero de 1957 participa en el primer combate victorioso de los rebeldes en La Plata. El 28 de mayo se obtiene una importante victoria en el ataque al cuartel del Uvero. Según el Che, este combate marca la mayoría de edad del Ejército Rebelde.

El 5 de junio, es nombrado jefe de la cuarta columna rebelde (en realidad, la segunda). Entre julio y diciembre fija su campamento en la zona de El Hombrito. Ahí instala una escuela, una fábrica de zapatos, una talabartería, una armería, una hojalatería y una herrería.

El 21 de agosto de 1958, el Che recibe la orden de marchar con destino a la provincia de Las Villas para ponerse al frente de las unidades del Movimiento 26 de julio que operaban en esa zona. La columna invasora 8 «Ciro Redondo» parte el 31 de agosto desde El Jíbaro. El 8 de septiembre llega a Camagüey. El 15 de octubre, después de recorrer más de 500 Km, llega a la sierra de El Escambray. El Che instala su comandancia en Caballete de Casa.

El 28 de diciembre, como parte de la ofensiva final del Ejército Rebelde, inicia el ataque a la ciudad de Santa Clara. El 31 de diciembre se consuma la toma de la ciudad y el triunfo de la Revolución. El 2 de enero de 1959 se translada a La Habana.

El 26 de noviembre de 1959 es nombrado presidente del Banco Nacional de Cuba.

El 4 de marzo de 1960 acude al lugar dónde estalló el barco francés La Coubre. Al día siguiente, durante la despedida de duelo de las víctimas del sabotaje, Alberto Korda registra al Che en una memorable fotografía.

El 21 de octubre parte en un viaje hacia los países de la comunidad socialista. Visita Checoslovaquia, la Unión Soviética, Alemania Oriental, Hungría, China y Corea del Norte. El 6 de enero de 1961 informa en televisión los resultados de su viaje.

El 23 de febrero es nombrado Ministro de Industrias.

El 9 de abril publica en la revista Verde Olivo un artículo titulado «Cuba, ¿excepción histórica o vanguardia en la lucha contra el colonialismo?».

El 16 de abril se traslada a la comandancia de occidente en Consolación del Sur, Pinar del Río, pues la inteligencia Cubana piensa que habrá una invasión por esa zona, la más cercana al continente. El Che sufre un accidente con su pistola. El desembarco mercenario finalmente se produce en Playa Girón y es derrotado en tan solo 72 horas.

El 2 de agosto viaja al frente de la delegación Cubana rumbo a Punta del Este, Uruguay, para participar en la Conferencia del Consejo Interamericano Económico Social. El día 8 interviene en la quinta sesión plenaria y fustiga la denominada Alianza para el Progreso. El 17 pronuncia un discurso en la Universidad Nacional de Montevideo. El 19, tras concluir su visita a Uruguay, viaja a Argentina y Brasil. El 23 informa en televisión al pueblo de Cuba los resultados de la Conferencia de Punta del Este.

El 22 de octubre de 1962, al desencadenarse la Crisis de Octubre, se le asigna la defensa de la parte occidental del territorio Cubano. El Che instala su comandancia en la cordillera de los Organos, Pinar del Río.

El 30 de junio de 1963 viaja a Argelia para participar en las actividades por el aniversario de la independencia.

El 17 de marzo de 1964 parte con rumbo a Ginebra para participar en la Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo.

El 12 de marzo de 1965 el semanario Marcha publica el artículo del Che titulado «El socialismo y el hombre en Cuba».

El 3 de octubre, en el acto de constitución del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Fidel lee la carta de despedida del Che.

El 18 de abril de 1967 se publica en Cuba el mensaje enviado por el Che a la revista Tricontinental.

El 8 de octubre es herido en combate en la Quebrada del Yuro. El 9 de octubre es asesinado en el pueblo de Higuera.

El 28 de junio de 1967 un grupo de expertos Cubanos y argentinos descubre una fosa común en Vallegrande con los restos del Che y de otros 6 guerrilleros.

El 12 de julio de 1967 es recibido en el aeropuerto de San Antonio de los Baños por su familia y compañeros. Los restos del Che descansarán en un mausoleo en la Plaza Ernesto Che Guevara en Santa Clara.