Hillary Clinton, el embajador de Estados Unidos en Colombia, William R. Brownfield y Carolina Barco, embajadora de Colombia en EE. UU., en el aeropuerto de Catam.
En la agenda bilateral sobresalen el futuro del Plan Colombia, que cada año es más reducido, y el frustrado TLC, cuyo pronóstico por ahora es poco optimista ante la situación de la política interna en Estados Unidos. Incluye también los acuerdos de mutuo apoyo en educación, los proyectos de exploración de energías alternativas, el regreso de los Cuerpos de Paz a Colombia luego de 29 años de ausencia y, sobre todo, la lucha contra «el narcotráfico y el terrorismo».
“La relación entre Estados Unidos y Colombia es importante, porque Colombia juega un papel «significativo y constructivo» en la seguridad del hemisferio, un ‘papel notable’ en el área de la seguridad y las operaciones antinarcóticos que tenemos”, añadió Crowley.
La visita de Hillary esta enmarcada en el conevenio militar que permitirá la instalación de al menos siete bases estadounidenses en territorio colombiano.