«Hasta este punto hemos recuperado 12 cuerpos más el de Bird y seguimos la búsqueda», afirmó en una rueda de prensa el vicecomisario jefe Stuart Hyde, que no dio detalles de las víctimas porque aún se estaba informando a sus familiares.
Las autoridades desconocen las motivaciones del presunto asesino para actuar ni si tenía acceso legal a armas de fuego, según informaciones de los medios británicos. Las fuerzas de seguridad han recuperado las dos armas que habría usado Bird para cometer los asesinatos, mientras fuentes cercanas al hombre le describen como un aficionado a la práctica del tiro.
Sin descartar que aparezcan nuevos casos, la Policía ha localizado al menos 30 escenas de crímenes independientes y ha puesto a disposición de la población de Cumbria un número de teléfono para que informen de los posibles movimientos de Bird en las últimas horas.
Pese a la confusión de los primeros momentos, todo apunta a que el pistolero, que se movía en coche, no siguió un patrón determinado para cometer sus crímenes, ya que vecinos de las primeras localidades donde actuó –Whitehaven, Gosforth y Seascale– relataron que Bird se había limitado a bajar la ventanilla del vehículo y disparar a personas aparentemente al azar.