El asunto toma más relevancia luego que expertos estadounidenses y de la empresa British Petroleum (BP) fallaron el sábado en un intento inicial usando una campana de concreto y acero para taponar la fuga de crudo a las aguas del Golfo de México.
La formación de cristales parecidos al hielo (hidratos de gas) obligó el sábado a las cuadrillas de trabajadores a postergar el plan que usaría la estructura de 100 toneladas de peso para contenerle derrame de miles de galones de crudo diario.
Hasta ahora las soluciones presentadas y aplicadas a la contaminación de las aguas no agradan a los ambientalistas. Estos aseguran que los mismos diluyentes duplican la contaminación que afecta la vida marina.
Mientras tanto, los informes revelan que en los últimos 15 años, las empresas petroleras perforaron más profundo y más lejos en el Golfo de México, corriendo más riesgos en su búsqueda del crudo, sin garantizar las condiciones de seguridad.
Las garantías para prevenir o minimizar los derrames no se han mantenido al ritmo de los crecientes peligros de la exploración, revelan expertos.
Esto, agregan, pese a una serie de advertencias, malos funcionamientos y sustos a través de los años, según muestran entrevistas y estudios federales.
Comentaristas políticos esperan que los legisladores estadounidenses husmeen porque las empresas utilizan hoy sistemas de seguridad que, en gran medida, son los mismos que se usan en aguas mucho menos profundas y han fracasado en el pasado.
Mientras tanto, medios norteamericanos escudriñan en un estudio federal del 2004 que describió las alternativas de la industria para detener un gran derrame como inexistentes.
Pero pese a esta situación, la Minerals Management Service (MMS), agencia federal que controla las explotaciones en el mar, alentó la exploración en aguas profundas y no demandó un sistema adicional de respaldo para evitar un desastre, consideran analistas.
Por su parte, los ecologistas, que desde hace tiempo han advertido que el fallo de una plataforma podía ser catastrófico en el Golfo, ven la explosión y la lucha por contener el derrame como una pesadilla hecha realidad.