Bruselas, 27 may (PL) El 17 por ciento de la población de la Unión Europea, unos 84 millones de personas, son consideradas pobres por contar con ingresos equivalentes o inferiores al 60 por ciento de la media nacional.

Pese a disponer de un generoso sistema de seguridad social, el viejo continente muestra hoy altos niveles de indigencia que, según el Consejo de Salud y Bienestar de Bruselas, puede ser mayor por la crisis económica.

De acuerdo con el titular de esa entidad, Maarten Deman, con la recesión, prolongada ahora con la crisis de deuda y caída del euro, el desempleo ha incorporado a sus filas a casi 10 millones de personas durante los últimos meses.

Actualmente más de 23 millones de europeos han sido afectados por la desocupación y sigue aumentando.

En su opinión un pobre europeo podría no ser considerado como tal en Latinoamérica.

Deman consideró que ser pobre en Europa significa no tener acceso a por lo menos tres de los nueve derechos básicos que la mayoría de los europeos demandan.

Entre ellos mecionó como comer carne por lo menos una vez cada dos días, salir de vacaciones una vez al año, poder hacer frente a gastos inesperados y tener un hogar digno y con calefacción.

En lo registros del Consejo de Salud y Bienestar, Letonia figura como el país con mayor número de familias pobres con una por cada cuatro, acompañada por Rumania, Bulgaria, Grecia y España con un promedio de una de cada cinco.