Agencias

Lima, mayo 29 – El director de la prisión donde el ex presidente peruano Alberto Fujimori cumple su condena a 25 años de cárcel ha sido relevado de su cargo, informó este viernes el Instituto Nacional Penitenciario (Inpe).

Un portavoz del organismo confirmó que la resolución, «de carácter interno», fue tomada ayer por el ministro peruano de Justicia, Víctor García Toma.

La decisión determinó la salida del funcionario Tomás Meléndez, que dirigía el centro penitenciario especialmente habilitado para Fujimori dentro de la sede de la Dirección de Operaciones Especiales (Diroes) de la Policía Nacional

En su reemplazo asumirá el cargo César Herrera Pérez, según el diario El Comercio.

Meléndez fue destituido después de que la revista Caretas denunciara en sus últimos números una serie de supuestos privilegios que tiene dentro de prisión el ex presidente, condenado a 25 años de cárcel por delitos de lesa humanidad.

Caretas reveló ayer que Fujimori vende en su prisión gorros, carteles, vídeos y otros artículos que publicitan la candidatura de su hija Keiko a las elecciones presidenciales peruanas de 2011.

Esa revista también denunció en anteriores ediciones que el ex gobernante recibía visitas diarias de decenas de sus seguidores, a quienes al parecer adoctrinaba, y que se le permitía dejar su celda para dirigir la construcción de una cochera en el interior de la base policial.

Tras estas denuncias, las autoridades del Ejecutivo admitieron que el ex gobernante había llegado a recibir hasta a 180 personas en un día y revisaron las reglas de acceso para que los visitantes no pasaran de los 20, tres veces por semana.

Keiko Fujimori, que la semana pasada presentó oficialmente al partido Fuerza 2011, asegura que su padre tiene permiso para trabajar limpiando y sembrando plantas en los alrededores del centro de reclusión y rechaza que se dedique a adoctrinar a sus seguidores ni que venda propaganda electoral.

Fujimori fue sentenciado a 25 años de prisión por la matanza de 25 personas en los Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), así como por dos secuestros tras el «autogolpe» de Estado de 1992, y en otros procesos también fue condenado delitos de corrupción, pero a penas menores que no son acumulativas en Perú.