
2 mayo 2010 – El presidente estadounidense, Barack Obama, advirtió este domingo durante su visita a Luisiana, uno de los estados sureños afectado por el derrame de crudo, que pasarán «muchos días» antes de que se detenga y se limpie el vertido.
«Podrían ser necesarios muchos días para detenerlo», señaló este domingo Obama desde el estado de Luisiana, a donde había prometido ir para evaluar la situación de cerca.
La fuga de petróleo comenzó el pasado 20 de abril tras la explosión de la plataforma de extracción «Deepwater Horizon», perteneciente a la empresa British Petroleum (BP), ubicada a unos 70 kilómetros de la costa de Luisiana. El incidente ocasionó el fallecimiento de once trabajadores.
Sentenció que BP es «responsable» del vertido y «pagará la factura» por el derrame, que puede provocar un desastre ecológico «potencialmente enorme y sin precedentes», tal como lo afirmó Obama.
Recordó, que la Casa Blanca inició una investigación «inmediatamente» tras la explosión para aclarar lo sucedido. También el pasado jueves, el Gobierno decretó al incidente como «catástrofe nacional» para que el Estado pudiera destinar más fondos y enfrentar la situación.
Precisó que se estableció un centro de mando conjunto de BP y Washington, cerca de la ciudad de Nueva Orleans, (Luisiana, sur) para supervisar el derrame.
«Haremos todo lo que esté en nuestras manos para proteger los recursos naturales» , agregó el presidente estadounidense.
Por su parte, BP anunció este domingo que construyó una estructura para detener el derrame de crudo del Golfo de México, y que ésta estará instalada en seis u ocho días.
En tanto, el secretario del Interior de EE.UU., Ken Salazar, estimó este domingo que aproximadamente en tres meses existirá una «solución definitiva» al derrame petrolero.
Indicó que para lograr el fin del vertido se necesita la construcción de un pozo alternativo que cumpla la función de inyectar un líquido más pesado que el petróleo y de esta manera ese fluido actuaría como una especie de tapón e impediría que el crudo vaya a la superficie.
Salazar explicó en declaraciones a la prensa que hasta que no se logre el pozo alternativo que describió, «un montón de petróleo podría seguir fluyendo».
En un principio datos oficiales referían que se derramaban diariamente unos cinco mil barriles de crudo, pero ahora, se maneja la cifra de 800 mil litros diarios, mientras que el presidente de la filial estadounidense de BP, Lamar McKay, afirmó este domingo que es imposible saber con certeza la magnitud del vertido.
Fuentes ecológicas han advertido que la mancha negra representa una amenaza para más de 400 especies marítimas, entre estas, ballenas, delfines, 110 tipos de aves neotropicales migratorias, mariscos, entre otras.
Los animales mencionados corresponden apenas a una parte de los animales amenazados, pues se trata de una zona con un ecosistema de gran diversidad medioambiental, según el Departamento de Fauna, Flora y Vida Marina de Luisiana.
Además, el derrame petrolero puede llegar a abarcar el área de descanso del 70 por ciento de las aves acuáticas. En la zona se pesca el 50 por ciento de la producción de gambas salvajes, el 35 por ciento de los cangrejos azules y el 40 por ciento de las ostras de todo EE.UU.
Por su parte, el Centro de Análisis de Imágenes Satelitales (Cstars) de la Universidad de Miami estimó este sábado que la mancha de petróleo provocada por la fuga de la plataforma que estalló en el Golfo de México, triplicó su tamaño en los últimos días y ya alcanza más de 9 mil km cuadrados, una dimensión aproximada a la de la isla de Puerto Rico.