Agencias

Ciudad de méxico, abril 30 – Basta un poco de observación en las calles de la capital de México para comprobar que los niños de este país no están protegidos contra su explotación laboral y que desde muy temprana edad muchos comienzan a trabajar en lugar de acudir a la escuela. Pero, aun así, sorprende conocer su cifra: casi cinco millones de menores de entre seis y 14 años trabajan.

Lo dice el informe que ha presentado hoy la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, que devela, además, las terribles condiciones en las que los pequeños se incorporan al mercado laboral. Por ejemplo, 1,3 millones ni siquiera obtiene una remuneración más allá de la propina que puedan darles. Y 600.000 lo hacen como jornaleros en el campo.

«A pesar de tener derechos reconocidos por diversos instrumentos internacionales y por la legislación nacional, la niñez mexicana está expuesta a la explotación laboral», ha denunciado la CNDH en un comunicado de prensa.

La realidad revela que basta con que tengan seis años para que los pongan a partirse el lomo en la agricultura, con jornadas de ocho a 14 horas y expuestos, sin protección alguna, a pesticidas y condiciones climatológicas extremas.

La infancia mexicana, sostiene la Comisión, «padece constantemente violencia, explotación y abuso» y corre el riesgo de «ver afectado su desarrollo físico, mental y moral». Por ello, reclama de las autoridades mexicanas «una vigilancia más efectiva, además de trabajar en el reconocimiento y respeto del derecho de la infancia mexicana a la alimentación, atención médica, educación y un sano esparcimiento y desarrollo».