Javier Monagas Maita

Colombia ya pasó a ser del primer mundo, mejor dicho, es una copia fiel del desarrollo norteamericano. La prosperidad de esa nación, lo mismo que su patrón comparativo Sion norteño, demuestra una superación acumulativa en riquezas, basada en el poder de una minoría gobernante y simuladora de unas libertades, que son solo un teatro de apariencias, que desvirtúan la realidad y afirman la conveniencia.

La visita a ultima hora a Colombia de los jefes militares y políticos de estados Unidos (todos servidores del verdadero poder imperial) no estaba dirigida o a garantizar y asegurar la victoria de su títere favorito, no. Era un recordatorio a esos que se quieran salir del esquema; dentro del cual la oligarquía inmiscuyó a los colombianos, de que sufrirían las consecuencias muy dolorosas, si se atrevían a retar a quienes los tienen invadidos sin hacer un solo disparo y se manifestaban por el voto en contra de sus dos agentes que, en una farsa electoral, se muestran dóciles a la dominación impuesta a punta de bayoneta, droga, pornografía, terrorismo y desplazamiento. Se impuso en Colombia por encima de miles y miles de muertos y desparecidos con un quinto cuerpo militar al margen de la ley, que ejecuta las acciones mas sucias que el presidente Uribe impone para sostenerse en el poder y garantizar los intereses del poder imperial dominante. Intereses que Juan Manuel Santos o Antanas Mockus, sostendrían, en contra del pueblo colombiano.

Ambos candidatos, solo representan a la rancia y puerca oligarquía que domina en esa nación desde antes de la independencia. Su objetivo es servir de traba a cualquier intento de liberación colectivo de las naciones de esta parte del mundo. Las actuaciones de los presidentes del pasado y el actual así lo confirman. Pero para al imperio la cosa se le pone mas peligrosa, debido a que como se ha avanzado al margen de sus títeres principales – Colombia, Perú y Chile – y se están tomando decisiones diplomáticas, e iniciativas, repito INICIATIVAS, que antes eran imposible de tomar sin el consentimiento imperial; sienten una angustia tan penetrante en sus egoístas entrañas, que están reaccionando con desespero y aunque no lo crean, políticamente y militarmente, están cometiendo errores garrafales que les están haciendo descubrir sus verdadera fas, cosa de la que antes se cuidaban mucho.

Las elecciones actuales en Colombia, es sabido son una farsa. Hasta su propia institución electoral reconoce públicamente lo imposible de evitar un fraude. Por lo tanto el sucesor favorito de Varito, tiene todo a su favor y el pueblo colombiano todo en contra. Dado lo importante de Colombia para el imperio, es seguro pasará lo mismo que pasó en USA cuando Gore y Bush, en México con Calderón, en Panamá con Martinelli, en Honduras con Lobo, en Perú con García, o en Chile con Piñera. Todos son ganadores fraudulentos o impulsados por el terror impuesto a la hora de la votación por el chantaje del terrorismo yanqui y sus antecedentes criminales.

Para el imperio, la farsa de la elección representativa en Colombia es necesaria, por que para éllos es imperativo frenar el proceso de Venezuela y la integración del sur. Por eso también sus instrumentos de derecha en los congresos de Brasil, Paraguay, se comportan como lo hacen. Son marionetas al servicio de un amo, que les alimenta sus egoístas avaricias, para que conspiren y atenten contra sus propios pueblos e intereses nacionales. El pueblo Colombiano no resolverá su crítica situación por la vía electoral. Ya el imperio se encargó de cerrar esa puerta. La represión y masacre del pueblo Colombia se acentuará en la medida que los burgueses oligarcas y serviles del imperio sientan que pierden terreno. Lo que se impone como una urgencia en esa Nación sureña, es la rebelión popular armada; esa seria la única forma de evitar un exterminio selectivo gradual y permanente. El control que la oligarquía asesina colombiana ejerce sobre la población, es de tal envergadura, que hasta planifican las acciones criminales en conjunto con las fuerzas militares oficiales y las paramilitares, usando todo mecanismos de terror, desde las moto sierras hasta los falsos positivos, pasando por los cementerios clandestinos y las fumigaciones con sustancias envenenadas, que matan a los pobres campesinos e indígenas en sus propias casas, utilizando sustancias prohibidas como el agente naranja y el glifosato; en combinación letal para personas, animales, plantas y agua. Ese es el interés yanqui sionista en Colombia y la región sur latino caribeña.