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Decenas de miles de franceses protestaron hoy en París y en otras ciudades galas contra la política del presidente Nicolas Sarkozy, en marchas convocadas por los grandes sindicatos con motivo del Día del Trabajador.

Sin embargo, la convocatoria fue menor que el año pasado: según estimaciones de los sindicatos, salieron a las calles 350.000 personas, mientras que en 2009 fueron 1,2 millones.

Las marchas y actos más grandes de los 280 organizados en todo el país fueron los de París, en los que participaron 45.000 personas. Las protestas de este año se dirigieron sobre todo contra la prevista reforma del sistema de pensiones.

Muchos franceses temen medidas como la subida de la edad de jubilación, a la que se accede actualmente a los 60 años de edad en el sistema de pensiones general.

 

Según una encuesta del diario «L’Humanité», de tendencia progresista, un 70 por ciento de los franceses simpatiza con las protestas, que también critican la política económica de Sarkozy.

Los sindicatos sostienen que el gobierno no hace lo suficiente para evitar la destrucción de empleos y para aumentar el poder adquisitivo de los franceses.