Panorama Alternativo
Buenos Aires.- Menos de tres meses después de que empresas del Reino Unido se lanzaran nuevamente a buscar hidrocarburos en las aguas de Malvinas, como lo hicieron sin éxito en los ’90, la Rockhopper Exploration anunció ayer el hallazgo de petróleo en la cuenca que opera al norte de las islas.
A través de un comunicado firmado por el canciller Jorge Taiana, el Gobierno salió al cruce del inquietante hallazgo y de toda la actividad hidrocarburífera de los británicos en la zona de disputa que consideró como «un acto ilegal que va en contra del derecho internacional y las resoluciones de Naciones Unidas». En el texto, la Argentina «rechaza de la manera más enérgica el intento de apoderarse ilegalmente de recursos naturales no renovables propiedad del pueblo argentino».
El inicio, en febrero, de la exploración petrolífera en Malvinas, y el endurecimiento de los controles por parte del Gobierno de los buques que operan en el zona y la presentación del reclamo de soberanía a Gran Bretaña ante cada foro internacional desató una escalada bilateral como no se vivía desde la guerra de 1982.
La Rockhopper no informó si el petróleo descubierto es «comercialmente viable». Por el contrario manifestó que de ahora en más se concentrará en el análisis de la muestra encontrada tras 20 días de perforación de roca y arena a 2.740 metros de profundidad del Atlántico Sur. Y también que considera ahora si ciega el pozo, o lo suspende para buscar gas y petróleo en otro.
Pero el optimismo de la industria se esparció como una mecha encendida en Londres donde toda la prensa dio cuenta del asunto. Y como era de esperarse, las acciones de la compañía se dispararon un 138 por ciento. Una analista de la Oriel Securities, una de la firmas influyentes del sector fue incluso más que optimista al afirmar al diario The Times, que el hallazgo «es muy significativo» y podría representar hasta 200 millones de barriles de petróleo que, a los precios actuales del crudo, representarían 17.000 millones de libras (U$S 25.000 millones):
Desde la Rockhopper -que tiene licencia por ahora en dos pozos- como desde el gobierno isleño también ayer hubo expresiones de victoria: «Estamos muy entusiasmados por los resultados», dijo el director de la compañía Samuel Moody.
En total silencio se mantuvo el gobierno del Reino Unido, enfrascado en sus comicios para nuevo primer ministro. Pero también advertía ayer la prensa de ese país por el golpe de imagen que en algún sentido les representa el desastre ecológico causado en el Golfo de México por la British Petroleum.
A fines de marzo la empresa Desire Petroleum, que opera cuatro pozos en la misma cuenca norte de las islas donde está la Rockhopper -que podría acceder a dos más-, anunció el hallazgo de petróleo «comercialmente no viable». Es decir, que la calidad o la cantidad no justifica los altísimos costos de exploración en aguas tan «difíciles» como las del Atlántico Sur. Fue el pozo Liz, que se tapó y abandonó, y con ello se desplomaron las acciones de la compañía.
La Desire como al Rockhopper operan en la misma zona y están utilizando la plataforma Ocean Guardian, que llegó a las Malvinas desde Escocia en las últimas semanas de febrero, desatando la furia de todos los sectores políticos argentinos. Apoyan a la plataforma los buques Maersk Traveller, Maersk Pacer y Toisa Invicible. También tienen licencia en Malvinas, pero en la cuenca sur de las islas, la Bordern & Southern Petroleum, la BHP Billiton y su socia local Flakland Oil and Gas.
El descubrimiento anunciado ayer se produjo en el pozo 14/10-2, en el bloque petrolero Sea Lyon . Según la empresa, encontró petróleo en intervalos de 53 metros, con 25 metros de profundidad.
Estrategia argentina
Ocean Guardian es propiedad de la empresa norteamericana Diamond Drilling Inc con sede central en Houston, Texas. A esta contratista se alquiló en 2008 la plataforma Ocean Scepter para llevar adelante dos proyectos costa afuera impulsados por el Ministerio de Planificación Federal: Aurora (litoral de Santa Cruz) y Helix E2 (cuenca austral), los encabezó Enarsa junto a YPF, y también participó Enap Sipetrol Argentina.El mecanismo de rechazo del Gobierno consistirá de tres pasos: a) protesta formal ante Gran Bretaña por arrogarse competencia en materia de autorizaciones para operar en la plataforma continental argentina (ya se ejecutó), b) envío de «notas de desaliento» a cada empresa (subsidiaria y subcontratadas) advirtiendo la ilegalidad de sus actos y notificando que es pasible de sanciones legales y, c) si la empresa no es británica (el caso de Diamond, norteamericana), envío de notas al Gobierno (en este caso los Estados Unidos) advirtiendo la «preocupación» de las autoridades argentinas, la ilegalidad del accionar de la empresa y la aplicabilidad de sanciones.