Agencias

Tegucigalpa, mayo 1ero – Miles de trabajadores organizados de Honduras y el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) exigieron este sábado, en el Día Internacional del Trabajo, la realización de una Constituyente y el regreso del ex presidente Manuel Zelaya, quien fue derrocado el 28 de junio de 2009.

En Tegucigalpa marcharon unidos el FNRP y los obreros organizados en la Confederación Unitaria de Trabajadores (CUTH), la Confederación General de Trabajadores (CGT) y la Central de Trabajadores de Honduras (CTH).

Este año la principal consigna del 1 de mayo para conmemorar el Día Internacional del Trabajo fue la exigencia de una Constituyente, promovida por el FNRP.

La resistencia popular también pidió en un pronunciamiento unificado con las centrales obreras la derogación del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Centroamérica y Estados Unidos, el rechazo a un acuerdo de asociación con la Unión Europea, la desaparición de las Fuerzas Armadas y que Honduras regrese a la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA).

Planteó, además, la «refundación del Estado», asegurar el goce de la justicia, la libertad, inclusión de los jóvenes, una política de apoyo al pequeño y mediano productor, estricto control de precios a los productos de la canasta básica, un salario mínimo para los trabajadores y una verdadera reforma agraria, entre muchos otros reclamos.

«La Constituyente viene y nadie la detiene», «En el mes de mayo exigimos el regreso de Manuel Zelaya y del padre (sacerdote) Andrés Tamayo», «Urgente la Constituyente» y «Ni con bombas, ni metrallas: este pueblo no se calla», eran algunos mensajes de las pancartas que además coreaban los trabajadores.

Entre los manifestantes en Tegucigalpa figuró la esposa del ex presidente Zelaya, Xiomara Castro, quien dijo que «el pueblo está luchando hecho un solo nudo para continuar la lucha por una Constituyente».

«Esa lucha la emprendió mi esposo y ahora le toca al pueblo llegar a alcanzar ese objetivo, porque en Honduras necesitamos justicia y paz», agregó la ex primera dama, quien además leyó una carta que Zelaya envió desde República Dominicana a los trabajadores de su país en su día.

Los manifestantes portaban centenares de mantas y pancartas con mensajes alusivos a una Constituyente, condenas al golpe de Estado contra Zelaya, repudio a los «golpistas», mejores salarios para los trabajadores, reforma agraria, cese a la represión, cárcel para los corruptos y cese de la inseguridad en el país, entre otros.

Un sindicalista de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), Marco Tulio Castillo,  indicó que «Manuel Zelaya debe volver al país y vivir sin que nadie lo moleste».

La marcha en Tegucigalpa inició en la Universidad Pedagógica Francisco Morazán y terminó frente a la cabecera sur del Aeropuerto Internacional de Toncontín, donde el 5 de julio pasado murió de un balazo en la cabeza el joven Isis Obed Murillo, cuando participaba en una manifestación a la espera del arribo de Zelaya, el cual fue frustrado por los militares.

Los manifestantes también expresaron que el Gobierno que preside Porfirio Lobo desde el 27 de enero pasado es la continuación del golpe de Estado contra Zelaya.