La Nación
WASHINGTON (De una enviada especial).- Las fotos y los saludos iban para él. Los pedidos para hablarle, también. Aunque no trajo una agenda particular a esta ciudad, Néstor Kirchner no pasó inadvertido en su día en funciones como «primer damo», como él se autodenomina, en el exterior.
Lejos de los debates por la falta de funcionamiento del Congreso que integra como diputado, el ex presidente apenas saludó a los medios y se encargó de no quitarle protagonismo a su esposa. Evitó de cualquier manera asumir un rol destacado.
Pero el ex presidente fue figura central en el almuerzo en la Cámara de Comercio norteamericana. Habló poco, pero lo suficiente como para que los empresarios se acercaran al final a saludarlo.
Aunque es inconfesable para la comitiva argentina, su presencia en el centro del poder norteamericano no es sólo oficiar de acompañante de su esposa. Es su mayor respaldo político.
Su viaje es, además, su primer ensayo para su intención de volver a posicionarse en el exterior, antes de asumir la secretaría de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), si es que finalmente los países miembros terminan eligiéndolo para ese cargo en la próxima cumbre del grupo regional, que se hará el 4 de mayo en Buenos Aires.
Kirchner se sentó en la mesa principal, junto con la comitiva de funcionarios argentinos, como el ministro de Economía, Amado Boudou, el secretario legal y técnico, Carlos Zannini, y el embajador argentino en Washington, Héctor Timerman. Tenía una intérprete de la Presidencia, especialmente ubicado detrás de él, pero casi no pidió sus servicios. Comió liviano y escuchó.
Con especial cuidado, Kirchner dejó a la Presidenta el diálogo con los medios. Mientras ella repetía los principales conceptos de su discurso a la salida del almuerzo, él la observaba de cerca, parado tras una columna.
Esta es la segunda vez que Kirchner decide subirse al Tango 01 para un viaje internacional de su esposa.
La anterior vez había sido en septiembre de 2008, para la asamblea anual de la ONU. Y a pesar de que siempre se anotaba en la lista de viajeros, a último momento cancelaba el viaje.
Caminata vespertina
Se nota que lo atrae particularmente Estados Unidos. Ayer intentó salir a caminar un rato por las calles de esta ciudad, pero esta vez fue la Presidenta la que al final lo dejó plantado.
Resultó que, a media tarde, antes de la caída del Sol, salieron raudamente por la avenida 24, pero Cristina se acobardó por el frío y decidió volverse al hotel.
Con la mirada en el piso y enfundado en su clásica campera de cuero negro, Kirchner no tuvo más remedio que obedecer.
«Es mi jefa sentimental y políticamente», bromeó al volver, y se quedó junto a la Presidenta más de tres horas en el lobby del hotel Park Hyatt, donde se hospedan, probando una variedad de quesos y fiambres.
Casi como si se hubieran acostumbrado a los horarios norteamericanos, se fueron a cenar temprano, a las 20. El restaurante elegido era anoche un misterio que toda la comitiva se encargó de mantener.
ALTA DEMANDA DE BONOS ARGENTINOS
Los inversores locales e internacionales se mostraron ayer decididos a incrementar su demanda de bonos argentinos con la intención de llegar bien posicionados al inicio de canje de la deuda impaga. Los precios de los títulos cerraron el día con alzas de entre 2 y 3,7% (fue lo que subió el Discount en pesos), mientras que los cupones del PBI avanzaron hasta 6%.