Manuel Freytas

Hay un punto de coincidencia generalizada entre autoridades monetarias, gobiernos y especialistas respecto de cuatro factores clave que podrán determinar el fracaso de la recuperación y una recaída de la crisis: El agravamiento del desempleo (principalmente en EEUU y Europa), la no reactivación del consumo, la desaparición del crédito para la producción, y los interrogantes que persisten en caso de que los bancos centrales levanten los estímulos (planes de rescate) a bancos y empresas. A este panorama se suman los déficit (baja de la recaudación) y la inflación (que podría desatar otra crisis alimentaria a escala global). Pero a estos factores hay que agregar otro: El regreso de la «burbuja» a Wall Street de la mano de una nueva especulación con los bonos corporativos que podría precipitar otro desenlace de colapso económico proyectado desde EEUU a todo el planeta.En un artículo titulado «Wall Street vuelve a jugar con fuego» el vocero más emblemático del poder financiero estadounidense, The Wall Street Journal, advierte que la especulación con los bonos que desató la «burbuja» y precipitó la crisis financiera, y que derivó luego en crisis recesiva con desocupación en masa, regresó  a Wall Street.

Según el diario, «Algunos de los instrumentos de mayor riesgo que abundaron durante el apogeo de la burbuja crediticia han vuelto a encontrar compradores. Un bono, por ejemplo, le permite a las empresas emitir deuda como forma de pago de los intereses, en lugar de pagar en efectivo. Las compañías también están emitiendo deuda para financiar la distribución de dividendos a sus dueños».

Los mercados de crédito resucitaron en EEUU, y ahora algunos de los valores exóticos que llegaron a simbolizar la «burbuja financiera» acumulan un leve repunte, apunta el Journal.

Para el financiero, la recuperación del mercado de bonos corporativos y el fácil acceso al crédito, cortesía de la Reserva Federal, han fomentando una mayor tolerancia al riesgo entre los inversionistas (especuladores).

La semana pasada, señala,  Credit Suisse colocó una obligación de deuda colateralizada (CDO por su siglas en inglés), un valor compuesto por una serie de préstamos que es vendido a los inversionistas. Algunas firmas también están tratando de crear bonos respaldados por hipotecas que no son garantizados por el gobierno estadounidense.

«Hemos atravesado por un período en el cual no se hizo nada ambicioso», dice Steven Miller, director del grupo Leveraged Commentary and Data de Standard & Poor’s. «Ahora, estamos entrando en una etapa de recuperación, similar a la de 2004-05 o 1995-96, donde empezamos a ver inversionistas que quieren algo un poco más arriesgado».

De acuerdo con el Journal,  la resurrección de estos instrumentos y métodos alternativos de crédito (especulativo) sugiere, en el mejor de los casos, que los inversionistas (especuladores) están dispuestos a asumir más riesgos y otorgarle a las compañías más formas de financiación.

Estas prácticas, asimismo, no son lo suficientemente generalizadas como para insinuar que un nuevo colapso es inminente, puntualiza el diario.

No obstante, añade, en momentos en que la Fed mantiene una política monetaria laxa y los inversionistas salen en busca de opciones más riesgosas y lucrativas, vale la pena seguir de cerca esta tendencia por si surgen señales de alerta.

En el primer trimestre, los valores respaldados por hipotecas de bienes raíces comerciales ascendieron a US$2.900 millones, frente a US$693 millones del mismo período del año previo, según los datos de Dealogic. La emisión de préstamos apalancados (pedaleo financiero), es decir préstamos concedidos a empresas que ya tienen un alto nivel de deuda, sumó US$120.000 millones en el primer trimestre, un salto de 56% respecto al mismo lapso del año anterior, según Dealogic, precisa el Journal.

En este escenario de regreso a la «burbuja»,  las acciones estadounidenses subieron el viernes y el Dow Jones alcanzó brevemente los 11.000 puntos, por primera vez desde septiembre de 2008, por un pronóstico optimista de la petrolera Chevron y datos de inventarios que apuntaban a una recuperación económica.

Según cifras extraoficiales, el promedio industrial Dow Jones subió 70,28 puntos, o un 0,64 por ciento, a 10.997,35 unidades. El índice Standard & Poor’s 500 avanzó 7,93 puntos, o un 0,67 por ciento, a 1.194,37 unidades.

El índice tecnológico Nasdaq Composite ganó 17,24 puntos, o un 0,71 por ciento, a 2.454,05 unidades.

En la semana, el Dow Jones sumó un 0,6 por ciento y el S&P 500 avanzó un 1,4 por ciento, mientras que el Nasdaq ganó un 2,1 por ciento. Los índices cerraron su sexta semana consecutiva de alzas.

La «fiesta» bis

Esta tendencia de nueva «fiesta bursátil» no hace nada más que probar lo que vienen adelantando los especialistas.

Los billonarios fondos públicos utilizados para salvar a los megaconsorcios bancarios e industriales terminaron generando una nueva escalada especulativa que vuelve a «apalancar» la economía (pagar con endeudamiento).

La consecuencia es la generación de una  deuda impagable y un rojo crónico en las cuentas fiscales de las naciones capitalistas centrales (principalmente EEUU y la UE).

La nueva crisis, como lo señala The Financial Times, ya está siendo exportada desde EEUU mediante el endeudamiento sin respaldo que explota el dólar como «refugio seguro» para los especuladores internacionales

Este cuadro se complica  por el alto desempleo, el difícil acceso al crédito y el estancamiento (o reducción) de los salarios, que resultan la principal amenaza a la sostenibilidad de una débil recuperación económica.

Y esta situación alimenta los datos oficiales que siguen mostrando tendencias negativas, o una recuperación débil, que no alcanza -según los especialistas- para una recuperación plena de la economía en variables claves como el consumo, el crédito y el empleo.

Las paquetes de estímulo y otros programas que han implementado para reactivar sus economías son increíblemente costosos y dejan tras de sí déficit fiscales que reducen y lentifican el crecimiento.

Si mantienen los planes de ayuda a empresas y bancos, en especial los programas de estímulo fiscal, corren el riesgo de impulsar la inflación, y si los retiran demasiado pronto, podrían descarrilar la recuperación, señalan los especialistas.

El regreso de la «burbuja» apuntada por The Wall Street Journal refuerza la posibilidad de una recaída de la crisis, empezando por EEUU y las naciones centrales europeas.

http://www.iarnoticias.com/2010/secciones/norteamerica/0043_wsj_wallstreet_vuelve_10abr2010.html