En la capital iraquí hubo siete explosiones, dos de las cuales tuvieron lugar cerca de las mezquitas chiíes, en el barrio Hurriyah, y otras dos en Zafaraniyah, una zona de población mayoritariamente chií. Esos atentados causaron por lo menos 62 muertos y casi 250 heridos.
Varias horas antes, una cadena de explosiones mató a siete personas y causó heridas a otras 10 en Anbar, una provincia situada en el oeste de Iraq.
Ninguna organización terrorista reivindicó la autoría de esas explosiones pero se sospecha que detrás podría estar la célula local de Al Qaeda cuyos cabecillas, Ayub al-Masri y Ahmed al-Obeidi, fueron eliminados hace unos días.
Сonsecuencias de una explosión de 1 kilo de trilita. Infografía