Lula es un prisionero del G7. Utiliza las armas auxiliares creadas por las naciones más desarrolladas para las economías emergentes: se opuso a sus vecinos en UNASUR, utilizando el concepto de soberanía prácticamente justifico las bases norteamericanas en Colombia, ahora sabemos por qué, entrego 10000 millones de dólares al “nuevo FMI”. Siempre lucho con Argentina por el puesto de imperio regional y, por pertenecer al Consejo Permanente de Seguridad, primero se alió con China, este país no le brindo su apoyo, hoy coquetea con Francia y EEUU, por el mismo propósito.
El diario Folha de Sao Paulo dice: El presidente Luis Ignacio Lula da Silva y su ministro de defensa Nelson Jobin se encuentran en Washington para participar en la cumbre sobre seguridad nuclear. Días antes Brasil informo a UNASUR sobre la conclusión y los pormenores de la negociación de la cooperación de defensa con EEUU, a firmarse hoy 12 de abril en Washington.
Acuerdo que, según Brasil “cumple con las garantías de no intervención exigida por UNASUR, y contempla el fortalecimiento del dialogo bilateral, abre nuevas perspectivas en bases equilibradas y con muchos beneficios”, informo la cancillería brasileña.
Lula con una popularidad del 76%, según el sondeo de Datafolha, a poco menos de nueve meses para dejar la presidencia, ofrece declaraciones ambiguas tanto al interior como en sus visitas en el extranjero, producto de querer impulsar a Brasil a la cúpula del G9, sin que le importen los chantajes de las naciones más industrializadas a la solución del calentamiento global en la cumbre de Copenhague. O declaraciones como esta “me canse de ver a presidentes de EEUU, apretando las manos de presidentes palestinos y de Israel” o esta declaración:” ¿Quién tiene la influencia sobre Hamas? Irán, entonces alguien tiene que hablar con Irán”.
En esta misma lógica, Lula critica el formato del dialogo de paz creado por el cuarteto: EEUU, UE, Rusia y la ONU, lo dijo el 6 de marzo cuando visito Israel, Palestina y Jordania. Conversa con Irán, Hamas, y con Abu Mazen, titular de la Autoridad Nacional Palestina, el 15 de mayo se reunirá con Mahmud Amadinejad en Teherán, “por la necesidad de incorporar ese país a la mesa de negociaciones sobre el Oriente Medio”.
Lula destaco el peso iraní en la región al decir:”hay que comprender la importancia de un país de 80 millones de habitantes”, aseguro que no admitirá presiones de Washington que impidan su relación con Teherán. “no puedo dejar de conversar con fulano porque alguien lo diga” agrego.
El año pasado, Lula se quejo por la falta de transparencia en la instalación de las bases militares estadounidenses en Colombia, por eso, el palacio de Itamaraty, informo a todos los países miembros de UNASUR que, “el acuerdo de defensa con EEUU, contempla visitas de alto nivel, contactos técnicos, encuentros de defensa, intercambio de personal y entrenamiento, visita de barcos, programas y proyectos bélicos e iniciativas comerciales”.
El acuerdo tiene el principio de no intervención con base en la resolución adoptada en la II reunión extraordinaria de cancilleres y ministros de defensa de la UNASUR realizada el 27 de noviembre en Quito.
Lula tiene que haber leído el libro del italiano Gianni Vattino, “Ecce Comu” en donde trata de revivir al comunismo, escuchando a todos y haciéndose el pendejo ante las desigualdades sociales y la opresión militar por los gastos de defensa aliados con el freno industrial a los países en vías de desarrollo, con un respeto a la libertad. El libro saluda el respeto a la presencia de un bloque unificado de países no alineados en contra de la economía de EEUU, y de “América Latina, como futuro de la Nueva Europa”. Concepción hermenéutica de la sociedad.
Es decir, el ideal del comunismo solo es cuestión de interpretación, una idea que aspira Lula a mostrar que las razones en conflicto no son una razón contra un error, sino interpretaciones contra otras interpretaciones. En otras palabras, “la izquierda socialista y la derecha salvaje unidas, jamás serán vencidas” en conflictos agrícolas o sociales como el de las favelas de Rio de Janeiro, derrumbándose por el invierno, la tala indiscriminada de la Amazonia, y la pobreza del 60% de su población.
El 80% de la producción agrícola brasileña está dominada por el maíz, soya, caña de azúcar, materia prima para elaborar los combustibles alternativos, y el café. El instituto de geografía y estadística del ministerio de planificación informa que: “este año se producirán 146 millones de toneladas de granos, tremendo agro negocio, dijo Fernando Ribeiro de FUNCEX, fundación centro de estudios de comercio exterior.
La cosecha se incremento en un 8.5%, en relación a los años 2007-2008, que fue de 144 millones de toneladas, sin embargo, los sin tierra, los trabajadores rurales y la red campesina, dicen: “·este record no cambia la estructura de la producción agrícola, porque, transformo a Brasil en mero exportador de materias primas agrícolas para satisfacer la demanda de etanol estadounidense”.
El convenio firmado hace dos años entre Bush y Lula, atiende los intereses de las trasnacionales afirma Joao Pedro Stedice, miembro de la red vía campesina y vocal de los sin tierra, cuando Venezuela, su gran amigo, se opuso abiertamente a los cultivos transgénicos para alimentar alternativamente a las trasnacionales.
Ahora, con este convenio de defensa entre EEUU y Brasil, se cierra la pinza contra Venezuela, es cuestión de tiempo, una vez que Lula se vaya para que se autorice la instalación de bases militares estadounidenses en la Amazonia, con ella el control político-militar de toda Sudamérica.
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