Javier Del Valle Monagas Maita

Desde que era un muchacho, me despertaba sospecha cuando una persona, líder o simple mortal, se ufanaba de sus dotes, logros y metas.  En materia de revolución, jamás olvido aquellas frases de (trásfuga después) Freddy Muñoz, cuando decía en Casalta en tono de gruñón honesto “que no se nos olvide el olor de la pólvora” y cuando sostenía en conversación aparte “lamentablemente de las propias FALN,  salieron los peores delatores que vendieron a los camaradas que si se destacaban y creían en la lucha armada como medio para la toma del poder” desafortunadamente Freddy Muños cambió su enfoque de la lucha, cuando pudo comprar trajes de corte ingles y tener una tarjeta de crédito pagada por el extinto congreso nacional.

En el caso del farsante revolucionario de las artes del engaño y el fingimiento revolucionario Douglas Bravo, debo decir que jamás me engañó, que siempre tuve mis sospechas respecto a su condición real. Un elemento que medio arriesgaba, que la suerte siempre le acariciaba y le deparaba riesgos lejanos casuísticamente. Al igual que las banderas rojas de los años setenta en el liceo José Gregorio Hernández, de Gato Negro, Catia. Mis dudas no estaban tan descarriadas. Al pasar el tiempo muchos compañeros cayeron presos por la delaciones del  “Negativo” (dirigente de Bandera Roja en ese entonces a nivel de educación media) de un estudiante infiltrado de la DIM, llamado Guillermo (lamentablemente no recuerdo el apellido) y un personaje que luego hizo carrera en la DISIP, de nombre Cesar Montaño. Yo era un solitario impulsador de la táctica e ideas políticas del compañero Alfredo Maneiro y la naciente Causa R.

Ya en los años ochenta en el Yaracuy de mi arraigo, el Señor Douglas Bravo, se paseaba con un halo de Gloria por los lados del Camunare Rojo, recuerdo que una vez un camarada Luchador de los Cañizos – Palo quemao me preguntó mi opinión de el Sr Bravo y le respondí en ese entonces, que yo no confiaba en ese tipo, que me parecía un jactancioso engañador, que muchos izquierdistas de apariencia como ese Douglas Bravo habían entregado y traicionado a muchos verdaderos revolucionarios.  Hoy el tiempo me da la razón desgraciadamente.

El año 2005, cuando vi a Douglas Bravo en un programa de Globo visión, en amena conversación con la barragana de Alberto Federico Ravell, Nitú Pérez Osuna, donde el señor Bravo se vanagloriaba de las amistades mutuas con Nitu, y recordaba como un capitán – que según él – lo persiguió en la guerrilla; era ahora su amigo compartido y entrañable con la Pérez Osuna de coleguita. Luego se hicieron muy seguidas las visitas del señor Douglas a Globo visión y cada vez eran más hipócrita y cobarde en sus declaraciones, demostrando de una vez por todas, su talante de mercantilista de la conciencia, sin más ideología que la traición el engaño y el uso de las reivindicaciones populares como método de obtener beneficios personales. Después me entero por medio del programa la “Hojilla”, que ese agente infiltrado, tiene relaciones comerciales por mampuesto, con PDVSA. Y es un viajero consumado a las grandes capitales del mundo “COSAS VEREDES SANCHO”

En estos tiempos de definiciones, el ex revolucionario Douglas Bravo, se destapa y declara su amor al capitalismo y a la vida cómoda, denigrando de de la lucha popular, enfrentando a quien ha sido el único factor de unidad para el logro de las reivindicaciones populares y reivindicando a los traidores que como él,  se  entregaron al imperialismo sionista asesino Norteamericano. Mayor bajeza no puede existir.

javiermonagasmaita@yahoo.es