Roberto Hernández Montoya
¿Por qué varios televisoras estadounidenses, de esas de cable, se la pasan últimamente anunciando obstinadamente el Apocalipsis? También Hollywood, cada vez más, se refiere al inminente Fin del Mundo o futuras eras de horror a través de distopías magníficas como Brasil, de Terry Gillian, o de menjurjes como la película 2012, de no me importa quién. Y no solo los medios sino que los organismos internacionales de salud anuncian periódicamente y en cadena catástrofes que nunca ocurren, como las abejas “africanizadas”, el mal de las vacas locas o la gripe aviar. Solo me quedó claro que La Vaca Que Ríe es una vaca loca. ¿Dónde está la mortandad que iba a causar la llamada “gripe porcina” o A H1N1? De la aviar no hubo sino unos pocos casos, todos tan dudosos como los de la A H1N1, porque no hay diferencia entre los síntomas de las gripes aviar y porcina y los de la gripe estacional de siempre. Esas gripes como que fueron un fracaso…
¿Será que nos están preparando para algo? ¿Ves que la paranoia se contagia? ¿Qué va a provocar este nuevo Apocalipsis de 2012 ó cuando sea? Pestes, huracanes, terremotos, maremotos, volcanes o todo eso junto. Los seres humanos nos estamos volviendo cada vez más prescindibles para los grandes aparatos del capitalismo, que podría evolucionar hacia el capitalismo sin gente, con computadoras obstinadas y autosustentadas moliendo cifras ad aeternum, computadoras que no hacen huelgas ni socialismo del siglo XXI.
Ah, el terrorismo. El Diccionario de la Real Academia define terrorismo como
1. m. Dominación por el terror.
2. m. Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror.
3. m. Actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos.
Pero a juzgar por las declaraciones de las autoridades de ultraderecha que gobiernan en casi todo el mundo, terrorista es cualquiera que ellos señalen como tal a su solo e inapelable gusto. Hasta los vendedores de discos quemados han sido difamados como terroristas. Alguno de los jefes del Comando Sur llegó a decir, ¡en serio!, que Osama Ben Laden se paseaba por las Tetas de María Guevara en la Isla de Margarita, será en compañía del Espía Salazar… Aunque no debiera bromear, porque con estas cosas no se retoza, aunque den risa, porque con argumentos igualmente risibles como las armas de destrucción masiva que nunca aparecieron destruyen masivamente a Iraq. Con el pretexto de que Osama Ben Laden diseñó, entre ovejas karakul, el atentado a las Torres Gemelas, justificaron la invasión de Afganistán. Después de nueve años de muerte masiva y multiplicación de la producción y tráfico de drogas derivadas del opio, no hay ni rastro de Ben Laden (ver, por ejemplo, los galimatías de Stanley A. McChrystal, comandante de la invasión a Afganistán, “Los talibanes no son tan fuertes”, le Monde, 29/3/2010, p. 3).
No tengo datos duros, solo los blandos de una obstinación del totalitarismo mediático de que el Fin está cerca. ¿El fin de quién? ¿El fin de qué? ¿Causado por qué? ¿Causado por quién? ¿Por qué muchos indios anuncian más bien una era de paz, amor y nueva conciencia a partir de 2012? ¿Tendrá que ver?