Agencias

El Gobierno de EE.UU. declaró como catástrofe de «envergadura nacional» el vertido de petróleo en el Golfo de México, frente a las costas de Luisiana, a donde podría llegar este viernes el crudo.

La secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, compareció en la Casa Blanca junto a otras autoridades para dar cuenta de la respuesta del Gobierno ante este desastre, que amenaza con ser el más grave de la historia del país.

Napolitano explicó que el accidente ha sido declarado como un desastre de importancia «nacional» para que el Gobierno tenga capacidad de movilizar más recursos para hacerle frente.

«Usaremos todos los activos disponibles» para hacerle frente, dijo la secretaria, ante la predicción de que la mancha de crudo podría llegar a las sensibles marismas de Luisiana este viernes.

La alta funcionaria aseguró que Bristish Petroleum (BP), propietaria de la plataforma petrolera que explotó y se hundió el pasado 20 de abril, «es responsable de los costes que impliquen las tareas de limpieza» de la mancha de aceite.

Los responsables del servicio de Guardia Costera indicaron en la conferencia de prensa, no obstante, que la multinacional británica está poniendo todos los medios a su alcance para frenar el desastre ecológico en el Golfo de México.

«Estamos preparados para el peor de los escenarios», dijo en la misma comparecencia Sally Brice O’Hare, contraalmirante de la Guardia Costera, quien hizo hincapié en que están trabajando contrarreloj para evitar que esta catástrofe «se convierta en otro Exxon Valdez», el petrolero que vertió millones de toneladas de crudo en Alaska en 1989.

El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, indicó por su parte que el presidente Barack Obama ordenó que se movilicen más recursos para hacer frente «de manera agresiva» al vertido.