Según el portal Cubadebate, las mayores pérdidas provinieron de la caída en el valor de las viviendas y en el precio de las acciones desde que la crisis irrumpió a mediados de 2008.
El valor de las viviendas disminuyó 3,4 billones de dólares, mientras que las acciones perdieron 7,4 billones de dólares de su valor, desde julio de 2008 hasta marzo de 2009.
Para una familia promedio estadounidense esto implica que su casa vale 30 mil 300 dólares menos que antes de la crisis, entretanto sus acciones cayeron 66 mil 200 dólares.
La profunda recesión en este período llevó a 5,5 millones de personas a perder su empleo, congeló el salario de los trabajadores y costó 73 mil millones de dólares de los contribuyentes.
“La crisis financiera entre 2007 y 2010 tuvo un impacto masivo en Estados Unidos. Millones de familias sufrieron pérdidas de sus empleos, ingresos y hogar, y los efectos de esas pérdidas los van a pagar la sociedad y las próximas generaciones”, dijo Phillip Swagel, ex funcionario del Departamento del Tesoro, quien escribió el estudio.