
El seísmo despertó de su sueño a los habitantes de la zona de Basyurt, en la provincia de Elazig, cuando sacudió la tierra a las 4:32 hora local (02:32 GMT). Tuvo una magnitud de 6 grados y estuvo seguido por 30 pequeñas réplicas.
Trabajadores de hospitales y familiares trasladaban a las víctimas en coches y ambulancias al hospital estatal en la ciudad de Kovancilar. Mientras, en los pueblos cercanos, la gente encendía fogatas para mantener el calor en la calle tras huir de sus casas en plena madrugada.
«Hubo un montón de miedo y pánico entre la gente. Duró alrededor de un minuto. Lo sentimos muy fuerte y todo el mundo intentó salir a la calle», dijo Nursel Sengezer, corresponsal de la agencia Dogan en Elazig, a la cadena CNN Turca.
Aún puede haber más víctimas
El terremoto derribó los minaretes de tres mezquitas en localidades de la zona, dijo el gobernador de Elazig, Muammer Erol.
«El número de heridos no está claro. Las ambulancias siguen yendo y viniendo. El trabajo de los equipos de rescate continúa. Nuestros equipos de gendarmería y defensa civil están trabajando», indicó Erol.
Un equipo de la Media Luna Roja llegó al área del seísmo y estableció un centro de crisis, mientras los equipos de rescate trataban de localizar a supervivientes bajo los escombros.
El viceprimer ministro Cemil Cicek y otros tres ministros se dirigían a la zona del terremoto, dijo la agencia estatal Anatolian
Turquía está entrecruzada por fallas tectónicas y sufre terremotos con frecuencia. Un gran seísmo de 7,4 mató a unas 18.000 personas en agosto de 1999.
