
Todo comenzó a principios de la semana, cuando The New York Times reveló que el gobernador del Estado, el demócrata David Paterson, habría presionado a la ex novia de uno de sus principales asesores, David Johnson, para que no presentase cargos de violencia doméstica contra su colaborador. La pesquisa del diario llevó a que renunciaran la jefa de la policía estatal y el director de comunicaciones del gobernador. Este, a su vez, anunció que no se presentará como candidato para la reelección.
Pero los problemas no terminaron allí para Paterson. Otro diario, The New York Post , reveló que había violado reglas éticas de funcionario público al pedir entradas gratuitas para la final del campeonato de béisbol del año pasado, lo que llevó a masivos pedidos de renuncia a este político afronorteamericano ciego, que pensaba haber curado de espanto a todos el mismo día que asumió, cuando confesó que le había sido infiel a su esposa y que había consumido cocaína en el pasado.
Como si fuera poco, ayer, otro demócrata en la Cámara baja, Eric Massa, del norte del estado, anunció la renuncia a su escaño. Ya había anticipado que no buscaría la reelección en noviembre por motivos de salud; está en proceso de recuperación de un cáncer. Sin embargo, lo que motivó el temprano alejamiento de este político, casado y padre de dos hijos, fueron acusaciones de acoso sexual por parte de uno de sus asesores más jóvenes. A esto hay que sumarle la caída en desgracia de otro demócrata neoyorquino, el ex senador estatal Hiram Monserrate, despedido de la Cámara alta el mes pasado, tras haber sido declarado culpable de golpear y herir en la cara a su novia con una botella.
El analista Paul Light, de la Brookings Institution, dijo que estos casos afectarán la imagen del Partido Demócrata «y aún más con el gobierno de Obama, que prometió cambiar la forma en que se hace política».
«En vez de discutir temas puntuales y locales, en noviembre, los republicanos intentarán nacionalizar los comicios y volverlos un referéndum sobre Obama», señaló Vincent Cannato, profesor de Historia y Ciencias Políticas de la Universidad de Massachusetts. «Y todos estos escándalos se sumarán al descontento que hay por la economía, la falta de empleo y las guerras en Irak y Afganistán.»
