Una organización que debería ser equilibrada y estar al servicio de los intereses de las mayorías, no debe prestarse para manipulaciones y como instrumento de propaganda de intereses de una minoría muy acaudalada. Así, cuando la OEA, toca el tema Colombia, lo hace en defensa de la oligarquía, los Santos e indirecta mente en defensa del narco trafico impulsado por Estados Unidos en esa nación. Cuando se ve obligada a actuar, lo hace aplicando métodos de distracción y de cansancio, que conducen a permitir, que las cosas sigan como estaban, eso hicieron en los casos del ataque de Colombia a Ecuador, del golpe de estado patrocinado por el pentágono, de la Dictadura de Micheletti en Honduras, de los asesinatos selectivos en esa misma nación, del silencio sepulcral sobre la amenaza de las bases militares yanquis en Colombia, sobre la súper producción de marihuana transgénica en California y otros estados de USA, sobre la ocupación ilegitima de Haití, aprovechándose del desastre telúrico. Sobre las permanentes amenazas yanquis a las naciones del continente y de otros continentes. Sobre la usurpación inglesa de las islas Argentinas de las Malvinas y de las amenazas de robarse también la Antártida Argentina, sobre las compras con dineros inorgánicos de los acuíferos y nacientes más importantes del continente latino sur caribeño, por parte del sionismo avaro, sobre las masacres en México, producidas por bandas alimentadas por el narco trafico yanqui y apertrechados con armas made in de USA; sobre la injerencia Norteamericana en los asuntos internos de los demás países de la región, sobre el financiamiento mediante la CIA, USAID, NED Y otras organizaciones mamparas al servicio del gobierno sionista yanqui; con los cuales promueven el terrorismo y el desconocimiento de las leyes nacionales de esos países y violando también las normativas internacionales, por la poca voluntad de enfrentar el bloqueo mil veces condenado contra Cuba.
Pero en lo que si es diligente la OEA, es en condenar a los países que se esmeran en elevar el nivel de vida de sus pueblos; en defender el derecho a la propaganda de guerra y de desinformación que ejercen las empresas mediáticas, socias del imperio, en avalar a unos locos disociados que en vez de política. Aplican el método del chisme y la murmuración como medio de chantaje y engaño, para generar opiniones engañadoras y des – informativas de violación de derechos humanos. No es secreto para nadie, que la OEA es como dicen otros: un ministerio de colonias, creado para mantener un orden falso y una estructura de dominación
En conclusión. Debe morir la OEA y retoñar la organización del sur sin los países mediatizadores, ladrones y explotadores, enemigos de la unidad de la región y jugadores de división para seguir desangrando a la región ¡no más OEA ni Insulzas que se vendan! Los países del sur debemos tener nuestra organización libre de las injerencias yanquis y sus perros serviles Canadienses