Política Exterior. En pocos días, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner estuvo presente en dos actividades que tienen que ver con la provisión de gas. Hace dos años, el ministro de Planificación Federal Julio De Vido había anunciado la licitación del gasoducto Transmagallánico. Un ducto submarino que constituía «el desafío más importante del plan de obras públicas» de las últimas tres décadas. Hace 12 días, quedó inaugurado. En un momento en el cual, la recuperación de la economía hace pensar en la oferta energética y la capacidad industrial instalada de modo de evitar los cuellos de botella. Hace dos días, la Presidenta viajó a Sucre, esa ciudad que podría haber sido la capital de las Provincias Unidas, para inaugurar junto a Evo Morales las obras del gasoducto Juana Azurduy, que entrará en operaciones en junio del año próximo. En esa oportunidad, además, el presidente boliviano propuso que Néstor Kirchner asumiera la secretaría ejecutiva de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Observadores no argentinos advierten, además, que Kirchner podría surgir con el voto de las 12 naciones interesadas. Pocos días atrás, la visita de la Presidenta a Perú permitió recuperar un vínculo estrecho con un país tradicionalmente hermano de Argentina. En ese sentido, la agenda internacional piloteada por el canciller Jorge Taiana tendrá en el mes de abril dos hitos muy importantes. Por un lado, la participación en la próxima reunión del G20 que comenzará el próximo 12 de abril en Washington y que seguramente será la oportunidad en la cual Barack Obama tenga una reunión a solas con la Presidenta argentina, tal como recomendó la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton. El otro tema es la decisión de la Corte de la Haya respecto al conflicto de la pastera Botnia, cuyo fallo será el 20 de abril. Fuentes de Cancillería estiman que los magistrados tienen suficientes elementos como para comprobar que el vecino país violó el Estatuto del Río Uruguay. Hay que agregar la solidaridad recibida por las naciones del Commonwealth (asociadas a la Corona Británica) del Caribe y de África en contra de la decisión unilateral del Reino Unido de iniciar operaciones petroleras off shore en las Islas Malvinas. Si hubo algo vital que debe agregarse para valorar la fortaleza de la política exterior es la sólida relación con Brasil, socio mayor de la región y potencia emergente a escala mundial.
Canje de deuda y economía. La aceptación de la propuesta para cerrar definitivamente el default logró una aceptación mayor al 65% esperado. Tras las dilaciones propias de la crisis mundial de 2009, la expectativa de rendimiento bursátil de los títulos argentinos es tan grande, que se da por descontado el éxito de la operación. Un paso decisivo que despejará las amenazas de los fondos buitres que no lograron embargos sobre bienes argentinos. Algo que fue esponsoreado por Clarín y La Nación de manera desembosada. Por el contrario la Securities and Excanche Comission (organismo homólogo a la Comisión de Valores de Estados Unidos) dio el visto bueno a la propuesta argentina y lo giró a sus pares europeos. Dicho sea de paso, la SEC conformó que los únicos datos que toma como válidos «son los proporcionados por el Indec». Amado Boudou quedará como el ministro de Economía que piloteó esta última etapa del canje de deuda en una etapa en la cual buena parte de los intentos opositores por hacer fracasar este proceso estuvieron asociados a dos fenómenos con vasos comunicantes: acérrimos enemigos del gobierno que quieren hacer fracasar la gestión de Cristina y, por otra parte, los lobbistas de los fondos buitres que movieron las piezas para valorizar sus devaluados papeles. La Argentina no necesita en este momento de los «mercados voluntarios», como se llama a la gran banca concentrada para diferenciarla artificialmente del FMI y otros organismos diseñados para imponer políticas neoliberales. Sin embargo, para las grandes empresas que operan en el país es una necesidad. Lo más importante es que el fin de la negociación de la deuda externa coloca al país en la posibilidad de lograr la independencia económica. Vale la pena recordar que Juan Perón, en 1947, en oportunidad de cancelar las obligaciones externas del país, se trasladó a la Casa Histórica de Tucumán para anunciarlo.
Trabajadores. El secretario general de la CGT, Hugo Moyano, dio pasos firmes para acercar a la poderosa central obrera a la CTA encabezada por Hugo Yasky. Antes de la realización de las paritarias de la mayoría de los gremios, el ministro de Trabajo Carlos Tomada tiene como una de sus pretensiones más firmes la de acercar posiciones para que ambas centrales tengan un accionar común. Vale la pena recordar que hubo dos fallos de la Corte Suprema a favor de la libertad sindical y que eso podría haber sido un poco de combustible para que se acrecienten las diferencias entre CGT y CTA. La placa en homenaje a los trabajadores desaparecidos el pasado jueves en el Ministerio de Trabajo reunió a una multitud de dirigentes de muchos gremios sin que afloraran discrepancias. Es una muestra más de la sostenida práctica de convenciones colectivas de trabajo, respeto al derecho de huelga y a la multiplicación de Repros (Recuperación Productiva, un programa para sostener parte del salario de los asalariados) a partir de la crisis de 2009.
Derechos Humanos. Presos acusados por delitos de lesa humanidad en cárceles comunes. Inicio de los juicios a los represores de la Esma y del Primer Cuerpo de Ejército. Una jornada ejemplar en memoria de los luchadores caídos durante la dictadura militar el pasado miércoles 24 donde se vio, más que otras veces, a cantidad de jóvenes nacidos después de la trágica dictadura. La presencia de las principales espadas del gobierno circulando entre los concurrentes, como Aníbal Fernández y Oscar Parrilla. Un discurso medular de Estela de Carlotto en el que subrayó la responsabilidad de las grandes empresas como beneficiarias y sostenedoras del golpe: la presidenta de Abuelas mencionó a Ford, Mercedes Benz, Ingenio Blaquier y Acindar, entre otras para ponerle una dimensión menos ingenua a las explicaciones del horror. No menos importante fue el festival de Madres, donde Hebe de Bonaffini tuvo palabras emotivas y convocantes. Ese día hubo diversidad de expresiones, no faltaron las crónicas ácidas que hablaron de las columnas de manifestantes antiK. Ni más ni menos que una realidad de esta democracia, con diversidad y diferencias. Ni una línea sobre la ausencia de columnas de radicales, el partido que ganó las elecciones del 30 de octubre de 1983 con un claro compromiso de restitución de los derechos humanos.
Liderazgos y alianzas. La confirmación de Néstor Kirchner al frente del Justicialismo abrió en algunos sectores la preocupación de que el peronismo se replegaría en el aparato y perdería su fuerza y espíritu frentista. La figura de Jorge Rivas, quien se recupera dificultosamente del ataque sufrido, le pone la cuota de épica y militancia a una serie de aliados de centroizquierda del kirchnerismo. Carlos Heller, Ariel Basteiro, Martín Sabbatella son algunas de esas figuras. Pero también habrá otras. Una, muy probable, es la de León Arslanián, un hombre de sólidos vínculos en la Justicia en tiempos en los cuales la llamada familia judicial se convierte en el tercer partido opositor (después de Clarín y La Nación) de la Argentina. El lanzamiento de Agustín Rossi al frente del Movimiento Santafesino por la Justicia Social es un dato clave de esta realidad: se terminó la convivencia con el senador Carlos Reutemann y comienza una etapa en la cual el presidente del bloque de Diputados K peleará por el liderazgo del peronismo en la provincia. Rossi, lleva casi siete años como piloto de una nave que en los últimos tres años se sacudió más de una vez. Su capacidad, su estilo dialoguista, sus firmes convicciones y su austeridad le permitieron concretar esta iniciativa. A su lado estaban dos de las figuras emergentes más interesantes de este año, la presidenta del Central Mercedes Marcó del Pont y uno de los intelectuales más interesantes del momento como Ricardo Forster. Muchos hubieran deseado una celebración del bicentenario con una amplia mesa de partidos y organizaciones libres del pueblo de distinto signo. Sin duda, algo que enaltece a cualquier democracia. A su vez, un entendimiento de distintas fuerzas serviría para avanzar en el compromiso de avanzar en la inclusión social, la deuda interna más grande de la democracia. Un gobierno que cumple sus compromisos y una fuerza política abierta que lo acompaña y afirma son dos buenos puntos de partida para que ese espacio sea posible. No como una foto de ocasión o un compromiso hipócrita sino como un avance institucional real.