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Los ex presidentes de Estados Unidos Bill Clinton y George Bush visitaron este lunes Puerto Príncipe y «prometieron» al gobierno haitiano trabajar por mejorar su situación, agravada sobremanera tras el sismo de enero pasado.

Ambos ex mandatarios llegaron a media mañana al destruido Palacio Nacional, en medio de un dispositivo impresionante de seguridad que inmiscuyó a tropas estadounidenses, la Misión de la ONU para la estabilización en el país (MINUSTAH) y la policía haitiana.

La imposibilidad de acercarse al recinto provocó prolongados congestionamientos de tráfico, mientras grupos de apoyo al ex presidente Jean Bertrand Aristide, le prendieron fuego a varios neumáticos en las calles aledañas.

Una situación similar se vivió durante la visita del gobernante francés, Nicolás Sarkozy, a quien los seguidores de Bertrand Aristide también le reclamaron por el retorno de su dirigente exiliado, quien en 2004 se vio obligado a dejar Haití tras un Golpe de Estado, orquestado por Francia y EEUU (durante el período de George Bush). Actualmente el líder haitiano radica en Sudáfrica.

Es de recordar que cuando se perpetró el Golpe de Estado esta fue la matriz de opinión que se manejó en los medios en ese entonces: «Jean-Bertrand Aristide renunció a sus funciones de presidente de la República de Haití y fugó en un avión hacia un destino desconocido. En pocos días, el caos se había expandido en todo el país y el pueblo cansado por la corrupción de su régimen, se sublevó contra él. Además los EE.UU. sospechaban de Aristide de ser el nuevo padrino de la cocaína en el Caribe, apoyando por tal motivo también su caída. Los EE.UU. y Francia desplegaron una fuerza de interposición sin perder tiempo y antes que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas vote por el envío de una fuerza multinacional».

De manera que la visita de ambos ex presidentes, provocó malestar entre los seguidores de Aristide. Clinton y Bush se reunieron con el presidente haitiano, René Preval, en el recinto del colapsado Palacio Nacional antes de retirarse a lugares más seguros.

La de este lunes fue la primera visita de Bush a Haití y también la primera de ambos políticos después que el actual jefe de la Casa Blanca, Barak Obama, les encomendó encabezar los «esfuerzos estadounidenses» por recaudar fondos y otros recursos para el empobrecido país caribeño.

Los ex huéspedes de la Casa Blanca apenas se acercaron al campo de refugiados de Champ de Mars, el cual pretendían recorrer completamente, donde se alojan en tiendas de campaña, o bajo lonas improvisadas, varios miles de haitianos damnificados por el terremoto.

Clinton adelantó que la fundación que lleva su nombre y el de Bush ayudará a crear unos 100 mil empleos a largo plazo, pero no especificó los sectores ni las ramas de la economía que serán favorecidos por los puestos de trabajo prometidos.

«Los fondos recibidos deben ayudar a desarrollar Haití a largo plazo», reiteró el ex presidente, quien prepara junto a Bush una conferencia de donantes prevista el venidero 31 de marzo en Nueva York.

Hasta el momento, la Fundación Clinton-Bush recaudó unos 36 millones de dólares, cuatro de los cuales ya se repartieron a organizaciones humanitarias encargadas de proteger a los damnificados del terremoto.

El sismo del 12 de enero pasado dejó 220 mil muertos, 300 mil heridos y más de un millón de damnificados.