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Ambos ex mandatarios llegaron a media mañana al destruido Palacio Nacional, en medio de un dispositivo impresionante de seguridad que inmiscuyó a tropas estadounidenses, la Misión de la ONU para la estabilización en el país (MINUSTAH) y la policía haitiana.
La imposibilidad de acercarse al recinto provocó prolongados congestionamientos de tráfico, mientras grupos de apoyo al ex presidente Jean Bertrand Aristide, le prendieron fuego a varios neumáticos en las calles aledañas.
Una situación similar se vivió durante la visita del gobernante francés, Nicolás Sarkozy, a quien los seguidores de Bertrand Aristide también le reclamaron por el retorno de su dirigente exiliado, quien en 2004 se vio obligado a dejar Haití tras un Golpe de Estado, orquestado por Francia y EEUU (durante el período de George Bush). Actualmente el líder haitiano radica en Sudáfrica.
La de este lunes fue la primera visita de Bush a Haití y también la primera de ambos políticos después que el actual jefe de la Casa Blanca, Barak Obama, les encomendó encabezar los «esfuerzos estadounidenses» por recaudar fondos y otros recursos para el empobrecido país caribeño.
Los ex huéspedes de la Casa Blanca apenas se acercaron al campo de refugiados de Champ de Mars, el cual pretendían recorrer completamente, donde se alojan en tiendas de campaña, o bajo lonas improvisadas, varios miles de haitianos damnificados por el terremoto.
Clinton adelantó que la fundación que lleva su nombre y el de Bush ayudará a crear unos 100 mil empleos a largo plazo, pero no especificó los sectores ni las ramas de la economía que serán favorecidos por los puestos de trabajo prometidos.
«Los fondos recibidos deben ayudar a desarrollar Haití a largo plazo», reiteró el ex presidente, quien prepara junto a Bush una conferencia de donantes prevista el venidero 31 de marzo en Nueva York.
Hasta el momento, la Fundación Clinton-Bush recaudó unos 36 millones de dólares, cuatro de los cuales ya se repartieron a organizaciones humanitarias encargadas de proteger a los damnificados del terremoto.
El sismo del 12 de enero pasado dejó 220 mil muertos, 300 mil heridos y más de un millón de damnificados.