Agentes policiales recurrieron a carros lanza-aguas para dispesar a cientos de personas que comenzaron a saquear las bodegas del supermercado Líder, en pleno centro de Concepción, epicentro del terremoto de 8,8 grados que azotó a Chile el sábado.
“Tenemos que comer”, señaló una mujer a la televisora estatal, mientras se observaba a otras personas corriendo con cajas de leches y otras mercaderías en sus manos, como lavadoras y televisores plasma.
En Concepción, el comercio no opera desde el terremoto de la madrugada del sábado y la población comienza a sentir los efectos del desabastecimiento de agua y alimentos.
Las autoridades pidieron ayuda a las Fuerzas Armadas para controlar la situación.
“Si hoy no logramos solucionar el tema de alimentos nos enfrentaremos a una situación muy conflictiva”, expresó la alcaldesa de Concepción, Jacqueline Van Rysselberghe.