Página12

 

El titular del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, aseguró ayer que Brasil e Indonesia podrían ser el centro del estallido de una nueva burbuja financiera y aprovechó para reclamar mayor protagonismo de la entidad en las decisiones económicas globales. Para el responsable del organismo multilateral, la fuerte entrada de capitales inflará el precio de los activos, esa situación se volverá insostenible en el tiempo y terminará detonando una nueva debacle en algunas economías en desarrollo como la del país vecino. La lista de aciertos del organismo a lo largo de los dos años y medio de crisis es bastante escueta. La avanzada discursiva y política de los altos funcionarios del FMI busca recuperar parte de la posición económica central desempeñada en las décadas del ochenta y noventa. Además, Strauss-Khan sugirió, entre otras propuestas, la creación de una nueva moneda de reserva que desplace al dólar y quede bajo la órbita de control del Fondo.

El titular del FMI estima que en Brasil e Indonesia existe “un riesgo real” de que se formen nuevas burbujas ante las grandes cantidades de capital financiero que fluyen hacia los mercados de esos países. La peligrosa advertencia del FMI llega meses después de que el gobierno brasileño estableciera políticas para controlar el impacto de la volatilidad de esos fondos especulativos mediante un impuesto del 2 por ciento a las inversiones extranjeras en títulos públicos y acciones.

 

Esa política fue duramente criticada por el Fondo, que preferiría que el ingreso de esos capitales se traduzca en la apreciación del tipo de cambio. Sin embargo, meses después Strauss-Khan terminó tolerando las medidas: “Si al final no hay otro recurso que usar los controles de capitales en forma temporal para evitar más daños a su economía, ¿por qué no lo deberían hacer?”, apuntó. El peligro que genera la inestabilidad de los flujos financieros no es novedoso, pero el “riesgo real” sobre el que advierte el FMI podría acelerar y amplificar sus consecuencias.

Desde que comenzó la crisis, el organismo desestimó la fragilidad del sistema financiero global y aseguró repetidas veces que “lo peor había pasado”. La situación en Europa del este, Dubai, Grecia y España puso en evidencia sucesivas veces sus predicciones fallidas. Pese al fracaso de sus pronósticos y la aplicación de las mismas condicionalidades contractivas para prestar fondos, el FMI logró reposicionarse. Ayer Strauss-Kahn anunció que la institución solicitará a los Estados miembro que amplíen sus atribuciones para controlar, supervisar, regular e intervenir en la economía a nivel global. Para el galo la solución a la crisis “es más y no menos FMI”.

La lectura del director ejecutivo de la entidad sobre los sucesivos fracasos del Fondo en sus pronósticos para advertir la magnitud de la crisis se debe a la “ausencia de un mandato más claro para detectar los riesgos que pesan sobre la estabilidad económica y financiera mundial”. A pesar de lo infantil del argumento, sus declaraciones evidencian la indefinición de los objetivos de la entidad luego de las distintas crisis de finales de los noventa en el sudeste asiático, Rusia, Turquía, Brasil y Argentina. El FMI, cuya estructura de gobierno es ampliamente cuestionada y donde predomina una matriz ideológica fundamentalmente ortodoxa, apunta a convertirse en el encargado de controlar y supervisar la economía global.

Las “novedosas” posibilidades para prevenir nuevas crisis que impulsa el FMI, como la Línea de Crédito Flexible, sólo fue solicitada por tres países –México, Colombia y Polonia– en forma “testimonial”, ya que no utilizaron los fondos. Esos préstamos no imponen condiciones pero son sólo accesibles para países con un “buen desempeño macroeconómico”. En los últimos dos años el organismo se comportó en forma esquizofrénica, ya que al momento de realizar préstamos a países como Bielorrusia y Ucrania volvió a aplicar las mismas recetas contractivas que en los noventa, recorte del gasto público, reducción de salarios y alza de tasas. En ese escenario, Strauss-Khan volvió a ofrecer ayuda a Grecia.

Entre las innovadoras propuestas de Strauss-Kahn figuran la de ofrecer “un activo de reserva emitido mundialmente, similar –aunque en importantes aspectos diferente– a los Derechos Especiales de Giro” para reemplazar al dólar. El organismo propone construir una moneda basada en una canasta de divisas compuesta por la moneda estadounidense, el euro, el yen y la libra esterlina. “Ese día aún no ha llegado, pero creo que es saludable a nivel intelectual explorar este tipo de ideas ahora”, apuntó el ex ministro de Economía francés.