Prensa Latina

Managua, 20 feb (PL) El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, anunció un plan gubernamental de emergencia ante los efectos en el país del cambio climático global, combinado con el fenómeno El Niño.

A la fuerte sequía que ya padecen numerosas zonas del centro y del litoral del Pacífico, se unen predicciones científicas que sugieren la posibilidad de la llegada tardía de las lluvias que acompañan la temporada invernal, dijo el mandatario.

Ortega abordó con amplitud este tema la víspera al dejar instalada una comisión integrada por representantes gubernamentales, de los empresarios y de numerosos sectores vinculados con la producción, esencialmente agropecuarios.

Al margen de las medidas anunciadas hoy por el presidente, esa comisión comenzará a trabajar de inmediato en el diseño de acciones para enfrentar todas las variantes posibles que tenga que enfrentar el país este año como consecuencia de anomalías climáticas.

Tenemos que trabajar a paso firme y rápido, previendo las situaciones más difíciles, dijo el mandatario a los miembros de la comisión.

Ortega se refirió a la sequía que padecen algunas zonas del país y analizó con muchos detalles los problemas que de ella se derivan, especialmente la falta de agua, no sólo para el consumo humano, sino también para las actividades agrícolas, la industria y la generación de energía eléctrica, entre otras.

Al respecto subrayó que lo más importante es garantizar el abasto de agua y de alimentos para las familias y anunció, entre las decisiones ya adoptadas, la perforación de 392 nuevos pozos repartidos en decenas de localidades, así como un determinado número de miniacueductos.

Todo ello dirigido a satisfacer las necesidades del preciado líquido y a estimular a los agricultores a producir más alimentos.

Reveló que en estos momentos el país dispone de una reserva de alimentos, que sumada a la próxima cosecha de apaste, permitiría cubrir un período de tres meses en caso de una emergencia alimentaria.

Al mismo tiempo, se ha logrado asegurar, a través del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y de la FAO, otra reserva para 40 mil personas por seis meses, y se gestiona con esas agencias de la ONU otra reserva similar.

Sugirió, por otra parte, estimular la construcción de embalses locales de retención de agua, el uso de semillas más resistentes para la siembra en lugares secos, proteger las cuencas fluviales y continuar los programas de reforestación.

Ortega insistió, finalmente, en la imperiosa necesidad de ahorrar agua y llamó a la población a la unión ante estos problemas y a trabajar de conjunto para enfrentarlos y superarlos.