Prensa Latina
Santo Domingo, 30 ene (PL) Expertos en sismología dominicanos, que vieron las barbas de su vecino Haití arder el pasado 12 de enero, aconsejaron hoy rediseñar el pensamiento constructivo de su país, en previsión de una catástrofe similar.

Es preciso que los ingenieros se sometan a cambios drásticos en la forma de construir, advirtió Leonardo Reyes, presidente de la Sociedad Dominicana de Sismología, en la conferencia El terremoto 7.0 de Haití: Análisis y Consecuencias.

La mayoría de las construcciones públicas dominicanas, en especial hospitales y escuelas, y los edificios residenciales son muy vulnerables a ciclones de fuerza notable o a un terremoto como el que asoló la parte de la isla La Española que comparte con Haití, según expertos.

Las regulaciones para la construcción en Dominicana se abstienen de exigir condiciones especiales a las edificaciones inferiores a los cuatro pisos.

No se trata de diseñar o saturar con materiales de construcción las edificaciones, (sino) de vernos en el espejo de lo que ha acaecido en Haití, dijo el técnico, quien recordó la existencia de la falla septentrional que abarca las provincias de San Francisco de Macorís, Moca, Santiago, La Vega y Puerto Plata.

Puerto Plata sufrió daños de consideración el 22 de septiembre de 2003 cuando fue sacudida por un seísmo de 6,5 grados en la escala abierta de Richter que causó severos daños materiales, algunos aún visibles.

El entonces presidente de la República, Hipólito Mejía, fue objeto de severas críticas por proseguir un periplo oficial en el exterior y, después, cuando declaró que se había abstenido de retornar para no perjudicar la industria turística.

Otros ponentes aludieron al choque de las placas tectónicas y la perspectiva de generación de sismos.

Desde el año pasado en este país son frecuentes los temblores de baja intensidad, entre 3,2 y 3,4 grados, que no son percibidos por las personas, pero fueron registrados en el Instituto de Sismología (ISUASD), adscrito a la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

Aunque en principio los expertos del ISUASD desestimaron que la frecuencia de esos movimientos telúricos pudiera tomarse como aviso de un evento mayor, a fines del año pasado recomendaron elaborar un estudio de las condiciones del país para enfrentar un cataclismo.

Los primeros resultados de la pesquisa evidenciaron que el país quedaría inerme ante una catástrofe similar a la que devastó Haití y hasta de proporciones mayores, debido a la proliferación de construcciones altas y la densidad poblacional en esta capital y otras provincias.

El 12 de enero pasado en esta capital varias personas percibieron una de las primeras remezones del terremoto en Haití, cifrada en una intensidad superior a los 5 grados, mientras otras testimoniaron haber padecido repentinas náuseas y jaquecas.