A esta dramática situación se suma la polémica decisión del presidente estadounidense, Barack Obama, de enviar refuerzos al país centroasiático, apoyado por varios aliados europeos, asuntos que en el cuartel general de la OTAN, radicado en esta capital, no son considerados como apremiantes manteniéndolos en un absoluto silencio.
La muerte de ocho agentes de la CIA en un atentado suicida y de cuatro soldados y una periodista canadiense por un ataque de la resistencia y un nuevo bombardeo a civiles en la provincia de Helmand, son los acontecimientos más recientes, sobre los cuales la OTAN dijo que ‘se investigan los hechos’.
Precisó una nota de Prensa Latina, que las 512 bajas mortales hacen del 2009 el año más letal para las fuerzas invasoras desde que en el 2001 incursionara en territorio afgano el contingente internacional encabezado por Estados Unidos.
Por su parte el presidente afgano, Hamid Karzai, acusó a las fuerzas internacionales por la muerte de 10 civiles incluyendo 8 adolescentes, en una operación en el este de Afganistán.
Sin embargo el jefe de estado mayor inter-ejércitos de Estados Unidos, el almirante Michael Mullen, admitió que, ‘esta misión será mucho más difícil de lo que era hace un año para los soldados estadounidenses’.
‘Dije a nuestra tropa que debe prepararse a más combates y a más bajas, porque la insurrección se ha hecho más violenta, más extendida, más sofisticada y los talibanes más eficaces’, aseguró.