José Justiniano Lijerón

Todas las acepciones y sinónimos contemplados en cualquiera de nuestros diccionarios del idioma castellano, referentes a las palabras invasión, saqueo, desfalco y terrorismo, nos dan como resultado una interpretación correcta del idioma para atribuir sin lugar a equívocos de ninguna naturaleza, los hechos flagrantes, de ayer y de hoy, de las políticas que imprimen los gobiernos de los Estados Unidos de Norteamérica, en nombre de la “libertad y la prosperidad” a los países y pueblos del mundo que a ellos les viene en ganas.

No es necesario apoyarse ni adjuntar ninguna clase de documentos para sostener que ellos son los mejores catedráticos, en estas cuatro ramas de delitos condenables por el ser humano, que sin ser los más desgraciados son algunos de los cuales en que el sistema capitalista sustenta su modelo de “bienestar y despilfarro” a costa del hambre de las mayorías y de la salud del planeta.

Parte de la historia de los EUA desde 1492 hasta nuestra época, la describe magistralmente en su libro “La Otra Historia de los Estados Unidos” bien documentado el estudioso escritor norteamericano Howard Zinn, y nos ayuda a los neófitos en el tema a conocer mejor la verdadera historia del imperio y no solo esa historia oficial del país de “las oportunidades” de la “libertad”, de la “prosperidad”, de la “igualdad”, de la “democracia”, como un don divino encomendado a ellos como rectores por encargo de nadie sabe quién.

Esa historia sinuosa basada fundamentalmente en el exterminio de todos los originarios de esos suelos del norte, por medio de la guerra bacteriológica ya usada en sus tiempos, y las masacres en masa por parte de los colonos y sus sirvientes para desaparecerlos del mapa y así ir fundando una nación sobre las ruinas y la tierra de sus legítimos propietarios originarios, luego consolidándose además con el trafico de millones de seres humanos arrancados de sus hogares en el África.

Esta vergonzosa historia no es muy diferente de la sufrida por los pueblos de América del Sur por la invasión Europea a la cabeza de Colón, ambos genocidios son gemelos y seguirán siendo, el talón de Aquiles de un sistema criminal y depredador que para seguir sosteniendo su sistema descompuesto, hoy en día continúan utilizando en forma más sofisticada los mismos métodos en los que basa su poderío económico y militar.

Es su desmedido apetito de poder despilfarro y consumismo en gigantescos gastos principalmente en maquinaria de guerra y armas nucleares para someter y amenazar a pueblos enteros del mundo, que usa como manera de mantener el temor a su poderío bélico.

Cuando las elites de las empresas transnacionales, a sus conveniencias de sus intereses saquean bancos a plena luz del día, hacen quebrar empresas, ocasionando de esta forma que las economías sufran el impacto principalmente en los países más débiles como los eternos destinatarios de las crisis del sistema capitalista.

Sus crisis cíclicas la solucionan, inventando enemigos y guerras de invasión y exterminio de pueblos y todo para sustentar su sistema depredador y de saqueo a los pueblos y al planeta.

Y los más grave aún, es que ellos, el imperio, como catedrático y pioneros de todo lo que es terrorismo, saqueo, invasiones y desfalcos, etc., casi están logrando revertir las acusaciones merecidos que le hace el mundo por toda su larga historia de intervencionismos.

El cinismo del imperio llega al colmo, de endilgar a las personas, fuerzas progresistas o gobiernos que están luchando, reclamando y denunciando, como reacción a las acciones de todo lo que significa el daño del sistema capitalista y por dar su respaldo a los gobiernos y movimientos que luchan por la liberación nacional y en contra del intervencionismo, del saqueo, las invasiones y todos los abusos del gobierno y corporaciones de los Estados Unidos y sus satélites Europeos.

Son objetos del calificativo de “terroristas” y vaya que lo han logrado en gran medida para asustar a algunos pusilánimes, es así que muchos intelectuales y estudiosos ególatras, expertos en teorizar y otros oportunistas utilizan su talento, que en verdad lo tienen, en hacer largos y sesudos comentarios, utilizando la metodología marxista para “enjuiciar” al sistema capitalista y por quedar bien con dios y con el diablo y aparecer de “izquierdistas independientes”, cuando juzgan las políticas del imperio en forma académica y liviana, para equilibrar sus miedos se acuerdan de “otro mal del siglo XX”, cuando no de Stalin.

No se trata de defender aquí si la política desarrollada por Stalin, para defender a su Nación contra el fascismo, como iniciador de la industrialización de su país llevándolo a la era atómica y su dura respuesta a la reacción interna y ante el acecho de potencias mundiales en contra de un nuevo sistema que les guste o no a muchos, con todos sus errores demostró que es posible implementar el socialismo camino al comunismo, que fracasó en la URSS, por ahora si, pero se debió a los maquinistas y al trabajo de día y noche del imperio por impedir en ese tiempo y ahora, que un nuevo sistema económico y político, el socialismo, se consolide para beneficio de la humanidad.

Así que no fue culpa de la locomotora, pues los principios que llevaron al poder a los obreros y pueblo soviético a la cabeza de Lenin, Troski y tantos otros compañeros, en el año 1917 a la revolución Rusa, fue el hecho político histórico más grande del siglo XX y sus postulados siguen más vigentes que nunca y el pensamiento y acción de dichos compañeros, nos seguirán orientando por siempre.

Tampoco nuestro objetivo debe ser de juzgar quien atropelló más gente si Stalin o el imperio, si esa fuera la gran pregunta habría que contabilizar todos y cada uno de los crímenes en su larga historia de los Estados unidos que son de dominio público y documentados hasta algunos trasmitidos en vivo por televisión, en sus diferentes guerras de invasiones a innumerables países, asesinatos a presidentes, políticos y luchadores sociales.

Además sus consabidos “juicios democráticos” al viejo estilo fascista aplicado a Sacco y Vanzetti, donde asesinaron a dos compañeros pretendiendo escarmentar a los símbolos que sustentaban, así mismo los atropellos de larga data de uno de sus engendros, el gobierno fascista de Israel que cotidianamente sigue asesinando al pueblo palestino y los miles de desaparecidos y asesinados de dictaduras militares apoyadas por los EUA y los incontables muertos con sus “falsos positivos” de Uribe y sus cómplices. Estos y nuestros miedos y la falta de unidad, son nuestros enemigos principales no otros.

Es bueno estar alertas a lo que puedan estar cocinando los laboratorios del enemigo que ante el ya desgastado epíteto de “terroristas”, para todo al quien se opone a sus intereses estén queriendo cambiarlo por “stalinista” ya se nota su preparación desde hace mucho tiempo y en el futuro con la complicidad de los comedidos internos se los este llamando a Fidel, Chávez, Evo, Correa, Ortega y a todo los luchadores y pensadores que sostengan los principios del marxismo-leninismo, en su verdadera esencia liberadora del capitalismo, como mote de moda sea el de calificarlos de “stalinistas”como si fuera un pecado mortal.

Por eso la moraleja es que no debemos olvidar que la contradicción principal y el enemigo principal es el capitalismo en todas sus formas fascistas o pseudo democráticas.

Al frente estamos los marxistas de todas las iglesias y tiendas políticas que se reclaman de izquierda, partidos políticos, tendencias, corrientes, movimientos obreros y campesinos, intelectuales comprometidos, gremiales, artistas, estudiantes, artesanos, empleados, etc. y todos quienes luchamos por un mundo armonioso en paz, con libertad y con igualdad donde todo sea de todos y en beneficio de todos.

Nada de lo que se dice aquí es nuevo, sino que todos unidos tenemos que hacer una especie de catecismo diario para repetirlo al unísono de forma sencilla y concreta, quien es el enemigo de la humanidad y de la tierra, quien vive del saqueo y la amenaza, quien es el terrorista más grande de todos los tiempos, sometiéndonos al tiempo y a la historia, tenemos que gritar todos los días, el Imperio norteamericano el sistema capitalista y sus sirvientes criollos, civiles y militares.

El imperio no es invencible, eso ya está demostrado en la práctica, con la verdad de los planteamientos, la unidad de los pueblos en la teoría y en la acción con la lucha constante, se puede vencer, siempre hay que resistir y resistir para triunfar.

La otra historia poco conocida es la lucha desde siempre de sectores del pueblo norteamericano en contra del sistema, lucha que es reprimida en forma científica por los encargados de preservar privilegios de minorías.

Ya es hora que el pueblo norteamericano y de todos los países capitalistas del norte, se den debida cuenta de lo que hacen sus gobernantes en sus nombres, ya no es valedero que aduzcan que no están informados sobre todas las barbaridades, atrocidades y abusos que cometen sus gobiernos en el planeta, además sus modos de vivir son insostenible y de no atreverse a obligar con sus votos y sus luchas a sus clases dominantes de parar el saqueo y depredación de la tierra, serán cómplices del desastre que se avecina por error u omisión. Aún hay tiempo para que sean parte de la salvación de la humanidad y el planeta.

José Justiniano Lijerón

Es ex Dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB)

josejustinianol@hotmail.com