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Las protestas de trabajadores de la transnacional del aluminio estadounidense Alcoa llevadas a cabo desde primeras horas del viernes en el aeropuerto italiano de Cagliari, capital de la isla de Cerdeña, obligaron a cerrar el aeropuerto sardo al tráfico aéreo.

Los trabajadores, unos 200 en total, ocuparon las pistas del aeropuerto en protesta contra el cierre temporal durante seis meses de la fábrica que Alcoa tiene en la localidad sarda de Portovesme, en el suroeste de la isla.

El pasado martes, tras una reunión con Gobierno y sindicatos en Roma, la empresa estadounidense anunciaba su intención de llevar a cabo la suspensión, que afectaría también a la planta de Fusina, próxima a Venecia, y en total a unos 2.000 trabajadores, a la espera de una solución sobre el precio de la energía en Italia.

La manifestación de los trabajadores, en la que participan además representantes de los sindicatos CGIL, CISL y UIL, comenzó a primera hora de la mañana en Portovesme y se trasladó posteriormente al estacionamiento del aeropuerto, tras lo  cual decidieron entrar en el aeropuerto, ocupando algunas puertas de embarque e ingresando a la pista.

Los trabajadores  se enfrentaron con los policías, aseguraron que no abandonarán el aeropuerto de Cagliari hasta que no se convoque una nueva mesa de negociación entre Gobierno y empresa antes del fijado para el 5 de febrero.

 

En la planta de Alcoa en Fusina, los trabajadores de la compañía estadounidensese han declarado en huelga desde primera hora de la mañana del viernes y bloquean las instalaciones para impedir la entrada y salida de mercancías.

Alcoa emplea aproximadamente a 600personas en Portovesme (Cerdeña) y a 140 en Fusina (noreste). Aproximadamente1,000 personas trabajan además para empresas subcontratistas en estos dossitios. «Alcoa se compromete a reactivar la fábrica dePortovesme (…) si se consigue un suministro de energía aceptable yeconómicamente sostenible», añadió el grupo. Tras una mesa redonda con el gobierno y los sindicatos en Roma, el grupo Alcoa indicó en un comunicado que «las acciones emprendidas hasta el presente han sido constructivas, pero sin embargo no bastan para evitar la necesidad de un cierre temporal de nuestras fábricas de aluminio primario de Fusina y de Portovesme hasta que haya una solucióna probada por la Comisión Europea» sobre el precio de la energía.