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Honduras cierra este jueves ‘un año para el olvido’, aislada por la comunidad internacional tras el golpe de Estado, con profundas heridas en lo político y una severa crisis que arrojó cifras negativas en varios rubros de su economía.

‘Este fue un año para el olvido’, sentenció el analista político independiente José Luis Cruz a AFP.

‘No sé a quién echarle la culpa, pero hay mucha gente que le ha hecho mucho daño al país’, lamentó Cruz.

Cifras oficiales del gobierno de facto indicaron que el Producto Interno Bruto se contrajo 2%.

‘El 2009, año que concluye hoy, quedará registrado como uno de los peores en la reciente historia económica de Honduras’, escribió este jueves el diario El Heraldo.

El golpe de Estado del 28 de junio atrajo las miradas de todo el mundo hacia este empobrecido país centroamericano, cuyo régimen ha sorteado las presiones externas y sigue desafiante a los pedidos para que devuelva la Presidencia al depuesto Manuel Zelaya.

Honduras despertó ese día con un gobierno de facto y Zelaya expulsado del poder y llevado en pijama a Costa Rica, ante lo que la comunidad internacional, unánimemente, exigió con una sola voz su restitución.

Pero el régimen golpista de Roberto Micheletti ha desafiado estas exigencias, pese a las sanciones económicas y políticas contra Honduras desde julio, cuando la OEA la apartó de la Carta Democrática y los países donantes cortaron los desembolsos a la ya maltrecha economía hondureña.

 

La crisis política, que polarizó al país y agudizó la crisis económica, fue un duro golpe para las democracias centroamericanas en su proceso de integración, desde la firma de los acuerdos de paz en varios países inmersos en conflictos armados en los años 80.

La Unión Europea suspendió las negociaciones encaminadas a suscribir un Acuerdo de Asociación que contempla un acuerdo de libre comercio.

Para el ex viceministro de Economía hondureño, Gustavo Adolfo Aguilar, este año trajo problemas ‘muy serios’ para Honduras.

‘Yo lo lo calificaría como un año de serios problemas para el país, que iniciaron en el contexto de la crisis mundial’, dijo.

‘El golpe de Estado creó serios problemas, muy graves, que van a repercutir en el futuro de la sociedad hondureña’, aseguró Aguilar.

Para Germán Leitzelar, abogado y analista político independiente, Honduras ya daba señales de crisis económica antes del golpe de Estado, pero los problemas se acrecentaron tras la salida de Zelaya.

‘El presidente anterior ya venía demostrando problemas en el orden financiero, como consecuencia de la inadecuada administración y esto ya hacía percibir la crisis’, aseveró.

Con el gobierno golpista ‘se acrecentó la crisis como consecuencia de que la comunidad internacional llegó a la suspensión de la asistencia y los préstamos’, agregó.

‘Recuerde que somos un país de tarjeta de crédito, siempre estamos endeudados’, puntualizó Leitzelar.

A su juicio, la reconciliación y la estabilidad de la economía son grandes retos para el derechista Porfirio Lobo, quien apoyó el golpe y ganó los comicios del 29 de noviembre, marcados por un abstencionismo que rebasó el 50%.

Lobo, que asumirá el poder el 27 de enero, sólo ha sido reconocido por Estados Unidos, Colombia, Perú, Panamá y Costa Rica, cuyo presidente Oscar Arias medió sin éxito en el conflicto hondureño e instó a los países a respaldar las elecciones para no hundir más a Honduras en su crisis.