Prensa Latina (PL)

ex canciller británico Jack Straw recomendó a Tony Blair buscar otras opciones respecto a Irak, días antes de manifestar Gran Bretaña apoyo a la invasión de Estados Unidos en 2003, se informó hoy aquí.

Straw, llamado a declarar ante la comisión especial sobre la guerra anglo-estadounidense, entregará a los expertos copia de la carta en que aconsejaba que Reino Unido no debía ayudar al derrocamiento del presidente iraquí, Saddam Hussein.

El ex ministro de Relaciones Exteriores, según el texto revelado, instó a Blair a examinar otras opciones antes de seguir adelante con la participación del Ejército británico en el ataque contra Iraq, que costó la muerte de miles de civiles, de desaparecidos, desplazados y la destrucción de reliquias patrimoniales de valor universal.

A su juicio, Londres debió ofrecer al gobierno de Estados Unidos «apoyo político y moral» en su campaña contra Hussein, pero no ayuda militar.

La carta la escribió Straw después de conversar con el secretario permanente de Asuntos Internacionales Michael Jay, el 16 de marzo de 2003, dos días antes de que la Cámara de los Comunes (diputados) votara a favor de la guerra.

Analistas suponen que la comparecencia del ex funcionario ante el interrogatorio previsto para el mes próximo será una verdadera explosión.

De hecho Straw es uno de los testigos clave de la comisión de cinco expertos, presidida por John Chilcot, que busca esclarecer la participación de Londres en la invasión y los errores atribuidos a Blair y a la cúpula militar.

Fueron interrogados el ex procurador general Peter Goldsmith y el otrora secretario de Defensa Geoff Hoon, además de otros ex funcionarios de la Cancillería. Se espera que en enero declare Tony Blair.

El ex primer ministro es acusado de mentir a la opinión pública de su país al hacer creer que la agresión era legal y que sería mejor para el pueblo iraquí el derrocamiento de Saddam Hussein. Fuentes cercanas a la investigación ya anticiparon la inconveniencia de citar al jefe de Gobierno, Gordon Brown, antes de las elecciones generales de junio. Sería un error interrogar a cualquier ministro en funciones con una responsabilidad material con la guerra.

Downing Street, la sede del ejecutivo británico, nunca ha negado la existencia de la carta de Straw, pero las disputas en torno a su contenido exacto continúan hoy y sigue siendo uno de los misterios de la alta política sobre la invasión a Irak.

Al comparecer en una de las audiencias de esta semana antes de Navidad, Chilcot afirmó que insistirán en la desclasificación de documentos oficiales necesarios para las audiencias públicas que continuarán el próximo año.