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En la Cumbre sobre el Cambio Climático, que se realizó en Copenhague, capital de Dinamarca, quedó en evidencia la lógica de la muerte del capitalismo, afirmó el presidente de la República, Hugo Chávez Frías, en su columna de este domingo Las Líneas de Chávez.

“Desde un principio, las cartas quedaron sobre la mesa a la vista de todos. De un lado, las cartas de la mezquindad y la insensatez brutal del capitalismo que no da su brazo a torcer en defensa de su lógica: la lógica del capital, que sólo deja muerte y destrucción a su paso cada vez más acelerado”, destacó.

Por otro lado, el mandatario nacional precisó que también se hizo sentir el reclamo de los pueblos por la dignidad humana, la salvación del planeta y por un cambio radical del sistema-mundo.

Indicó que el sistema capitalista ha colocado al mundo al borde de una catástrofe ecológica y social sin precedentes.

“No me cansaré de repetirlo a los cuatro vientos: la única alternativa posible y viable es el socialismo’, dijo.

Agregó: ‘Lo dije en cada una de mis intervenciones ante todos los representantes del mundo congregados en Copenhague, la cita mundial más importante en los últimos doscientos años: no hay otro camino, si queremos detener esta carrera desalmada y envilecida que sólo nos promete la aniquilación total”.

El presidente citó a la pensadora hindú Vandana Shiva a quien calificó como una voz clara y valiente, que dijo: “Creo que es hora de que Estados Unidos deje de verse a sí mismo como donante y comience a reconocerse como contaminador: un contaminador debe pagar una compensación por los daños y debe pagar su deuda ecológica. No se trata de caridad. Se trata de justicia”.

El bloque africano, respaldado por el Grupo de los 77, denunció que los países ricos estaban desentendiéndose del Protocolo de Kyoto, el único instrumento internacional que existe para luchar contra el calentamiento global: el único que impone sanciones a los Estados industrializados y protege a los países en desarrollo, detalló.

No fue posible un acuerdo en Copenhague por la falta de voluntad política de los países ricos.

“Los poderosos del mundo, los hiperdesarrollados, que no quieren ceder en sus patrones de producción y consumo tan insensatos como suicidas”, argumentó.

Hizo un llamado a reconocer la batalla que ya se había iniciado en las calles de Copenhague, con la juventud en la vanguardia, protestando y proponiendo.

“Copenhague no es un fin, lo reitero, sino un comienzo: se han abierto las puertas para un debate universal sobre cómo salvar al planeta, a la vida en el planeta. La batalla continúa”, expresó el jefe de Estado.