La cita de Copenhague, que se espera marque el final de dos años de negociaciones, se arriesgaba a concluir sin la firma de acuerdos de la ONU pese a una reunión de 120 líderes el viernes, quienes trataron de establecer el primer borrador climático de la ONU desde el Protocolo de Kioto de 1997.
Países ente los que se incluyen Venezuela, Sudán y Tuvalu dijeron que se oponen a un acuerdo impulsado el viernes en la cumbre por Estados Unidos, China, India, Sudáfrica y Brasil.
Una sesión plenaria final que se extendió toda la noche, presidida por el primer ministro danés, Lars Lokke Rasmussen, y que involucró negociadores nacionales, estuvo marcada por intercambios crecientemente irritables.
El acuerdo requiere un apoyo unánime para ser adoptado, y Gran Bretaña dijo que un fracaso en adoptarlo retrasaría la entrega de fondos comprometidos a los países más pobres para luchar contra el impacto del cambio climático.
La disputada sesión tocó su punto más bajo cuando un delegado sudanés dijo que el plan en Africa sería como el Holocausto al causar más inundaciones mortales, sequías, aluviones, tormentas de arena y la subida del nivel del mar.
El documento «es una solución basada en los mismos valores que, en nuestra opinión, llevaron a seis millones de personas en Europa hacia los hornos», dijo Lumumba Stanislaus Di-aping de Sudán.
«La referencia al Holocausto es, en este contexto, absolutamente despreciable», dijo Anders Turesson, negociador principal de Suecia.
«Esta institución enfrenta un momento de profunda crisis en esta reunión», dijo el ministro británico de Medio Ambiente, Ed Miliband.
El instó a los delegados a aceptar el plan, «o de otra manera no haremos operativos los fondos contenidos en esta decisión (…) Sería una gran desventaja para la gente del mundo».
Varias horas de discusiones con recesos en el principal salón plenario fueron detenidas cerca de las 08.00 hora local (0700 hora GMT), justo en momentos en que Rasmussen parecía listo a aceptar que el documento no podía ser aprobado.
BORRADOR DE LA ONU
Otras naciones incluyendo estados de la Unión Europea (UE), Japón, un representante de la Unión Africana y la alianza de los Pequeños Estados Insulares (AOSIS, por su sigla en inglés) instaron a los delegados a adoptar el plan como un borrador de la ONU para actuar en la lucha contra el cambio climático.
«AOSIS apoya el documento, nosotros apoyamos el proceso», dijo Dessima Williams, jefe de AOSIS. «No es perfecto, aún hay cosas en él que no nos gustan», agregó.
«Tenemos un riesgo real de que las charlas sufran el mismo destino de las negociaciones de la OMC y de otras discusiones multilaterales», dijo el presidente de Maldivas, Mohamed Nasheed, instando a los delegados a apoyar el plan para evitar que el proceso se dilate por años.
Para que un acuerdo se vuelva un pacto de la ONU, éste debe ser adoptado de manera unánime en las charlas de 193 naciones.
Si algunas naciones se oponen, el acuerdo sólo sería adoptado por sus partidarios, los que actualmente están integrados por un grupo de países que producen más de la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Muchas naciones dijeron que el acuerdo está lejos de las ambiciones de la ONU para las charlas, planeadas como un punto de inflexión para impulsar al mundo hacia la energía renovable y lejos de los combustibles fósiles.
Antes de irse, el mandatario estadounidense, Barack Obama, dijo que el acuerdo era un punto de inicio.
«Este progreso no se produjo con facilidad y sabemos que no es suficiente (…) Hemos avanzado pero sabemos que hay mucho más por hacer», dijo Obama luego de las negociaciones con el primer ministro chino, Wen Jiabao, y líderes de India, Sudáfrica y Brasil.
«La reunión tuvo un resultado positivo, todos deberían estar felices», dijo Xie Zhenhua, jefe de la delegación climática de China.
Las naciones europeas se mostraron poco entusiastas luego de la eliminación de un objetivo mencionado en algunos borradores de reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero para el 2050.
«La decisión ha sido muy difícil para mí. Hemos dado un paso más, esperábamos mucho más», dijo la canciller alemana, Angela Merkel.
Muchas naciones europeas deseaban que Obama ofreciera recortes más profundos en las emisiones de gases de efecto invernadero para el 2020.
Pero Obama no pudo hacerlo, en parte debido a que la legislación que fijaría límites a las emisiones de su país está estancada en el Senado estadounidense. Washington aprobó un plan para reunir 100.000 millones de dólares en asistencia para las naciones pobres desde el 2020.
El acuerdo fija un plazo de fines de enero del 2010 para que todas las naciones presenten a la ONU sus planes para recortar las emisiones.
Un texto separado propone una plazo de fines del 2010 para transformar los compromisos no vinculantes en un tratado legalmente vinculante.
Algunos grupos ambientalistas se mostraron mordaces en sus críticas.
«Esta noche la ciudad de Copenhague es la escena de un crimen, con los hombres y mujeres culpables huyendo hacia el aeropuerto», dijo John Sauven, director ejecutivo de Greenpeace
UK.
(Reporte de Gerard Wynn, Anna Ringstrom, John Acher, Anna Ringstrom, Richard Cowan, David Fogarty, Pete Harrison, Emma Graham-Harrison y Alister Bull en Washington; Escrito por Alister Doyle. Editado en español por Carlos Aliaga)
(*) Reuters