Los estudiantes de la Escuela de Derecho tenemos un gran reto dentro de las más diversas tareas que la práctica social y la academia nos exige: interpretar científicamente que es el Estado y el Derecho, su origen y evolución, ya que estos dos elementos no solo que son parte diaria de estudio de nuestra carrera profesional, sino que atañen todo lo que hacemos por organizar el cambio social.
Diversas teorías surgen desde las distintas clases sociales, cada cual siguiendo la concepción y los intereses a los que representan.
Los ideólogos burgueses parten de la teoría clásica de Juan Jacobo Rousseau, plasmado en su obra “El Contrato Social”.
Según esta teoría “los ricos, al hacerse propietarios, se apoderaron por la fuerza de los bienes de sus vecinos y los pobres les respondieron del mismo modo, produciéndose cruentísimas luchas. Entonces, los ricos propusieron a los pobres llegar a un acuerdo, establecer las reglas fundamentales de la justicia y la paz y crear el Estado para defensa de todos y para suprimir las luchas intestinas”.
Para la burguesía esta es la pura verdad. Ricos y pobres hubo siempre y por tanto seguirán existiendo indefinidamente divididos en estos dos bandos. El Estado viene a ser un ente regulador, una especie de “juez imparcial” que vela tanto por los intereses de los propietarios de los medios de producción como de los trabajadores y desposeídos, por lo tanto el Derecho vendría a ser “un conjunto de normas jurídicas que regulan la vida de la sociedad”.
La historia de los pueblos de todo el mundo nos demuestra la fragilidad y lo errónea de la teoría del Contrato Social.
El Imperio Romano con su forma de Estado y de Derecho esclavista no solo que no evitó las guerras de conquista y colonización hacia otros pueblos, sino que revistió de ilimitados derechos a la minoría mientras que la gran mayoría carecía incluso del derecho a la vida. Acaso los Estados modernos que se erigieron en Inglaterra (1664), en Norteamérica (1776) y Francia (1789), fueron “acuerdos” entre feudales y burgueses junto a los pobres de la ciudad y el campo para evitar las “luchas” intestinas entre estos sectores?. Por supuesto que no. La burguesía irrumpió con violencia, sublevando a las masas campesinas contra reyes y monarcas, destruyendo el Estado y Derecho feudales e imponiendo su forma de Estado y de Derecho, totalmente distinta a las anteriores…
Los ideólogos burgueses acostumbrados a deformar y tergiversar la realidad para defender un orden social tremendamente injusto no pueden sino seguir en su triste tarea de acomodar viejas teorías a la realidad actual, condición sumamente importante para frenar el derrumbe del sistema capitalista.
El materialismo histórico, apoyado en el conocimiento y análisis científico de la sociedad, nos muestra el verdadero origen del Estado y del Derecho.
El análisis del Derecho no puede estar desligado al estudio del Estado pues los dos se complementan. No puede existir Estado sin Derecho ni Derecho sin Estado.
Igualmente el Estado y el Derecho no surgen ni evolucionan al margen de los sistemas económicos sino que están condicionados por estos. La estructura económica proyecta una superestructura ideológica.
La humanidad conoce cinco modos de producción con sus respectivas formaciones económica-social. La comunidad primitiva, el esclavismo, el feudalismo, el capitalismo y el socialismo, como etapa de transición hacia al comunismo científico.
El Estado y el Derecho no existieron siempre. En la comunidad primitiva donde no existía la propiedad privada ni las clases sociales no eran instituciones necesarias. Fue en una fase de la evolución del modo de producción de la comunidad primitiva en que se crean las condiciones para el acaparamiento del excedente de producción por parte de la minoría (frutos, animales, herramientas) dando origen a la propiedad privada. Esto a su vez se transformó en luchas sangrientas entre la minoría que empezaba a adueñarse de los medios de producción y la mayoría que se iba quedando cada vez más despojada. Fue entonces cuando surgen los primeros esbozos de Estado, cuya misión principal es defender a los dueños de los medios de producción contra las sublevaciones de los pobres y oprimidos. Para el efecto se crearon guardias armadas (ahora la policía y el ejército modernos) y leyes que protegían la propiedad privada, a los gobernantes y eran sumamente rígidas contra los rebeldes o disidentes. Siempre ha sido peor crimen el robar a un rico que matar a un pobre.
A partir de esta etapa se disgrega totalmente la comunidad primitiva y da paso al modo de producción esclavista. Es conocido que el Estado y el derecho esclavistas fueron terriblemente crueles. Los patricios (esclavistas) tenían derechos políticos y sociales casi ilimitados, disponían de enormes cantidades de tierras y de la vida de sus esclavos, podían ser gobernantes y ejercer funciones públicas. En cambio los esclavos no tenían derecho alguno. Ni siquiera a la vida. Los esclavos y los niños eran considerados cosas, susceptibles de hurto. Fueron las sucesivas sublevaciones de esclavos, una de ellas que comandó Espartaco contra el Imperio Romano, las que les dotaron de algunos derechos y luego de un largo proceso dio paso al modo de producción feudal. El feudalismo trajo consigo una forma de Estado y de Derecho superior a la esclavista. Los nobles y el clero ya no tenían el derecho a quitar la vida a los pobres sin causa alguna que lo justifique. Los plebeyos tenían algunos derechos respecto a la propiedad de las tierras y de otro tipo de bienes. El derecho y el Estado se fusionaron con la iglesia, al punto que se confundían normas jurídicas con normas morales. El Tribunal de la Santa Inquisición estableció la pena de muerte para los “herejes” que eran, en verdad, científicos que trataban de interpretar la naturaleza sobre la base de la investigación y el razonamiento. En última instancia el derecho feudal era una dictadura de los terratenientes sobre los campesinos y la naciente burguesía.
Tras la toma del poder por parte de la burguesía se crearon un Estado y Derecho superiores a los dos anteriores. Se creó el Estado Nacional que unifica a los distintos feudos. Se produce la separación de los poderes del Estado y las masas conquistan derechos políticos y sociales. Vale recalcar que si bien la burguesía fue tremendamente revolucionaria en su época (hace cuatro siglos) ahora su forma de Estado y de Derecho es caduca y debe ser totalmente cambiada. No está por demás advertir que no es el desarrollo del capitalismo el que ha consagrado derechos a las mayorías. Es la lucha de los pueblos la que ha ido conquistando derechos: a las 8 horas de trabajo, al voto universal, a la educación fiscal y mixta (por ejemplo en nuestro país, las mujeres tienen derecho a estudiar tras la Revolución Liberal de 1895), etc.
El Estado y el Derecho burgués velan por la defensa del sistema capitalista. El gobierno por lo general no es más que el comité ejecutivo que representará los intereses de la burguesía en un periodo de años determinado. La legislación es sumamente compleja pues busca defender las propiedades y el poder de la clase dominante. No es gratuito que los EEUU a través de la OEA y la ONU buscan definir qué y quienes son terroristas según sus intereses.
En el capitalismo la igualdad ante la ley es puramente formal. Cuando los empresarios infringen la ley, hay leves sanciones si es que las hay. Cuando un campesino se lleva una vaca de un hacendado se puede ir preso varios años.
Según el C. Civil la ley es “una declaración de la voluntad soberana…..”. Nada más alejado de la realidad. En el sistema capitalista la democracia es una ficción social y política. La clase dominante las utiliza para legitimar cada cierto tiempo a sus dirigentes, para zanjar las disputas entre los grupos de poder y hacer creer al pueblo que es él quien toma las decisiones por medio de sus representantes. Esta afirmación la prueban 150 años de historia internacional y los últimos 30 años de la democracia capitalista en nuestro país.
Dentro del Estado y el Derecho burgueses jamás habrá paz, justicia ni libertad. Esto lo comprueban 400 años de historia de guerras, pobreza y miseria en el mundo desde que el capitalismo empezó a expandirse. No olvidemos que, durante la Primera y la Segunda Guerra mundiales, las grandes potencias capitalistas se repartieron el mundo a vista y paciencia de muchos gobiernos y organismos internacionales, violando tratados y convenios.
La lucha de los trabajadores y pueblos lleva inevitablemente al triunfo de la revolución socialista. Se crean un nuevo tipo de Estado y Derecho, totalmente distinto a los anteriores.
La historia y la humanidad fueron testigos del Estado socialista que se creó en la URSS, China, Albania y otros países. Antes de la traición de los dirigentes y del regreso al capitalismo (1956), el derecho socialista otorgó amplios poderes a las masas. Logró lo que ningún tipo de derecho anterior había podido: suprimir las guerras entre nacionalidades, incorporar a las masas a la toma de decisiones políticas importantes, nivelar las condiciones de vida de los pueblos, verdaderos centros de rehabilitación social, etc.
Cuando el socialismo científico haya triunfado en la gran mayoría de países, se establecerá el comunismo, sociedad de los trabajadores, en la que ya no serán necesarios el Estado y el Derecho al desaparecer la propiedad privada de los medios de producción y las clases sociales. La humanidad entera entrará entonces en una nueva fase de desarrollo económico y social ilimitados.
CONCLUSIÓN:
1.-El Estado y el Derecho no existieron siempre.
2.-Surgieron para defender los intereses económicos y políticos de la clase dominante.
3.-Las conquistas jurídicas no fueron “gratuitas”. Fueron y son logros alcanzados tras grandes convulsiones sociales como la DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE Y DEL CIUDADANO, con la Revolución Francesa de 1789 o la DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS de 1948, tras la derrota del fascismo.
La burguesía que actualmente se encuentra en el poder utiliza el Estado para defender sus propiedades y capitales y organiza un tipo de Derecho sumamente coercitivo.
Los trabajadores y los pueblos pueden tomar el poder y crear un tipo de Estado y Derecho diferentes.
Hasta que eso suceda, los estudiantes de Derecho debemos utilizar las mismas leyes de la burguesía para arrancar conquistas en beneficio del pueblo, para impedir la criminalización de la lucha social y para avanzar en la lucha popular y revolucionaria.
EL PAPEL DE LOS ESTUDIANTES Y ABOGADOS DEMOCRÁTICOS
A lo largo de toda nuestra carrera, en forma reiterada, escuchamos y decimos que queremos ser abogados para servir a nuestra Patria, para hacer justicia, para defender a los pobres, entre otros postulados. Esto es correcto como una aspiración e ideal de justicia, pero si no va acompañado de una real práctica social, entonces se queda en meros enunciados que se los lleva el viento.
El estudiante de Derecho y el futuro abogado, si estudian en una universidad pública y vienen del pueblo, debe consagrar su vida a la defensa de nobles ideales. Nadie podría criticar a los estudiantes de las universidades privadas o provenientes de las clases acomodadas pues ellos defienden sus intereses económicos, pero algo muy distinto debe ser en nuestra casona universitaria.
A diario vemos, sentimos y palpamos como la profesión de abogado se ha denigrado y puesto al servicio de los intereses injustificables de una minoría.
Estudiantes que vienen del pueblo y que a lo largo de su carrera y, mas aún después de graduarse, se olvidan de su origen social y a los pobres son los primeros a quienes explotan y sojuzgan, mientras sirven a grandes empresarios y defienden las injusticias sociales.
Por eso creemos y planteamos construir una NUEVA TENDENCIA EN LOS ESTUDIANTES Y PROFESIONALES DEL DERECHO que cuestione lo establecido, de paso a nuevas tesis, que ligue el Derecho a los problemas sociales y que su estudio se lo haga desde un punto de vista científico, histórico, dialéctico, apegado al avance incontenible de la sociedad, que se produzcan nuevos planteamientos jurídicos y se los exponga públicamente, que también salgamos de las aulas y oficinas a conocer la realidad del pueblo, a contactarnos con él, a entender su situación y buscar salidas coyunturales y a largo plazo.
El estudiante y abogado democráticos deben:
1.-Ser investigadores y críticos, no aceptar los dogmas establecidos, cuestionar la realidad social y buscar transformarla.
2.-Crear, debatir y difundir proyectos que contribuyan a denunciar y combatir la injusticia social.
3.-Impedir la criminalización de la lucha social, defender el derecho a la huelga, a la libertad de expresión, pensamiento y organización.
4.-Defender las causas jurídicas de los más necesitados y aplicar el principio de “quien puede pagar mil que pague los mil, quien puede pagar cien pues pagará cien”, es decir cada quien según su capacidad.
El abogado democrático tiene en sus manos grandes herramientas: la constitución, los códigos y las leyes, sumado a la organización y movilización de las masas, servirán para enfrentar al sistema de opresión social y conquistar derechos para el pueblo.
BIBLIOGRAFÍA
TEORÍA DEL ESTADO Y DEL DERECHO
N.G. Alexandrov y otros
Editorial Grijalbo, México 1966
LAS IDEAS REVOLUCIONARIAS DE LOS
SIGLOS XVIII y XIX
A. Volodín y E. Plimak
Editorial Cártago, Buenos Aires
ECONOMÍA POLÍTICA
P. Nikitín
Ediciones de Cultura Popular, México 1966
DICCIONARIO FILOSÓFICO
Rosental-Iudín
EL ORIGEN DE LA FAMILIA, LA PROPIEDAD
PRIVADA Y EL ESTADO
Federico Engels
Ediciones Vanguardia Proletaria, Quito 2007
COMISIÓN DE REDACCIÓN:
NICOLÁS GUALLE
JIMMY RAMÍREZ
ALEX LÓPEZ